Spider-man 3 – 10 razones para amarte | La Cabecita

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Buenas tardes [se pone en pie]. Su señoría, jurado y todos los asistentes [saluda con una ligera reverencia]. Seguramente, nadie tenga ninguna duda de por qué estamos aquí, pero por si acaso, hagamos un recordatorio rápido. Mi cliente, el señor Raimi [señala a un señor muy majete] ha sido criticado, vapuleado e incluso amenazado por su realización, allá en 2007, de cierta película superheroica [hace el gesto de lanzar redes al jurado, que le mira con cara de perro muerto]. Spider-man 3 fue la última de la trilogía original del hombre araña, un conjunto de películas que, pese a quien pese, hicieron mella en la industria y sentaron cátedra para el aluvión que vendría tiempo después [guiña un ojo a Sam Raimi, que no sabe muy bien qué hace aquí]. Como fan de esta trilogía y con el poder que me concede ser un lector de cómics desde hace muchos años, me veo en la necesidad de defender el honor de una cinta que, si bien dista de ser perfecta, es una representación audiovisual soberbia del que es mi superhéroe favorito de las viñetas [espera un aplauso que no llega]. Así que sin más dilación, voy a exponer a través de diez pruebas, a las que llamare Exhibits porque es como se dice en inglés y me parece más molón, las razones por las que mi cliente puede abandonar esta sala con la cabeza bien alta y hasta algún palmeo en el hombro de alguien en plan “tío, eres un fenómeno”.

  • Exhibit A: Soy consciente que venimos de Spider-man 2. Y Spider-man 2 es una película realmente buena, una adaptación de toma pan y moja (no sé si esta expresión funciona en este contexto) que llenó de expectación, que así es como llamábamos antes al hype, los corazoncitos de los espectadores para la tercera parte. Bajo mi punto de vista, esta expectación es una de las principales razones por las que los detractores de Spider-man 3 la detractan (¿esto existe?). Si nos fijamos bien, la película es continuista con todo aquello que nos habíamos dejado atrás. Peter y MJ están juntos y revueltos, hay intenciones de boda, la gente reconoce a Spidey como héroe… Hasta que la “suerte Parker” aparece y empieza a desmoronar ese mundo perfecto. Como en una buena historia de Spider-man de las de toda la vida, achacamos todas esas casualidades fortuitas a que Peter es un pobre desgraciado al que no paran de pasarle cosas. Y a disfrutar, sin más.
  • Exhibit B: El casting sigue siendo fantástico. Sé que gran parte del jurado opina que el bueno de Tobey no da la talla como Spider-man. Bueno, pues a esa parte del jurado les digo… [le hace una peineta al jurado y la mantiene durante unos segundos]. Vale, perdón, se me ha ido. Lo que quería decir es que Tobey Maguire puede no ser el más guapo, ni el más carismático, ni el mejor actor del mundo, pero él es Peter Parker en el cine. Y, a través de las dos películas anteriores, le hemos visto crecer, aprender, enamorarse, sacrificarse… Y ahora toca verle desatado. No me tiembla el pulso al afirmar que su actuación en Spider-man 3 es la mejor de todas y que el tío mantiene el tipo y desata una vis cómica que es muy necesaria en Peter, más allá de los chascarrillos que, sé que duele, pero quedan mejor en las viñetas que en la pantalla.

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  • Exhibit C: Sam Raimi está en la casa, bitches [el juez le mira fijamente mientras Raimi se lleva la mano a la cara]. Perdón. Digo que mi cliente sabía lo que se hacía y dio una demostración a todo el mundo de que hay una forma de llevar los cómics al cine manteniendo el espíritu de los personajes. No importan los cambios (¿alguien ha dicho redes orgánicas?), las variaciones ni las licencias que se tomen, siempre y cuando la esencia y el alma del original traspase sin importar el medio en el que se encuentre. Y esto es muy básico. Estoy cansado de oír críticas porque tal o cual no pasa como en el cómic. Bueno, enhorabuena, para eso tienes el cómic. Raimi dió una clase magistral con la trilogía al completo y os aseguro que en esa clase estaba Joss Whedon tomando apuntes.
  • Exhibit D: Vamos a hablar de la historia de Spider-man 3. ¿Es complicada? Sí, mogollón. ¿Funciona? Si, en su mayoría. Es cierto que hay detalles que resultan forzados y que las artimañas para unir las subtramas están algo cogidas por pinzas. Pero ¿por qué nos molesta? En los cómics hay miles de momentos así, pero si eso da lugar a buenas historias y grandes batallas, merece la pena. Recordad que esto es entretenimiento. Además, los mismos que critican que Raimi no justifica las cosas son los que dicen que Nolan las explica demasiado. Acuéstate y suda.
  • Exhibit E: La escena del nacimiento del Hombre de Arena es, probablemente, la escena de origen de un supervillano más espectacular y bonita que se ha hecho hasta el momento. Los efectos, que han envejecido muy bien, son impresionantes y, sin nada más que la preciosa música de Danny Elfman, recorremos el dolor, la confusión y la rabia que recorre a un personaje que, en esencia, siempre ha sido un buen hombre [todo esto lo dice mientras intenta imitar la escena, pero parece que le está dando un ictus]. Muchos hablan de la fidelidad del Dr. Octopus, pero la representación del Hombre de Arena, más allá de aquello del Tío Ben que en perspectiva tampoco importa tanto, es sublime.

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  • Exhibit F: ¿Os acordáis de las set pieces de acción de Spider-man 3? El sentimiento de maravilla de ver a Spidey balanceándose por las calles de Nueva York ya se gastó en las anteriores películas así que, para seguir fascinándonos como niños, Raimi construye unas escenas de acción frenéticas, con delicias visuales como el momento en el que Spider-man salva a Gwen Stacy (que obviamente es OTRA chica que se llama igual que la Gwen original, no nos alteremos) de la caída de la grúa. No me diréis que no mola [nadie habla. A uno le suena el móvil y se sale de la sala]. ¿Nadie se acuerda de eso? ¿En serio?
  • Exhibit G: Veamos, ahora toca hablar del Spider-man chungo, el que se vuelve malo [la gente empieza a murmurar, alterada]. A ver, vamos a partir de una cosa. Todo el tema de los bailes es realmente divertido [la gente empieza a tirarle piedras y botellas]. ¡Calma, por el amor de Dios! De verdad que nunca he entendido por qué el Peter con el flequillo emo que se comporta como un capullo ofende a tantísima gente. Es divertido, maldita sea. ¿Qué queríais? ¿Una introspección al dolor y la furia interna de Peter consumida por el simbionte a través de escenas oscuras y crudas en las que el héroe se convierte en villano? Pues lo siento, esta no es vuestra película. Estas escenas, con un Spider-man cruel, un Peter engreído y que baila James Brown por la calle son fieles al tono de toda la trilogía. Es la forma de tratar esa trama que encaja dentro de la película que estamos viendo. Y a mi me encanta [esquiva una piedra que le pasa rozando la cabeza].
  • Exhibit H: K. Simmons como J.J. Jameson. Es una razón en si mismo. La última esperanza que todos los fieles creyentes guardamos para que el nuevo Spider-man de Marvel mantenga un poquitín del espíritu de Raimi. Además, que Simmons quiere hacerlo, maldición.
  • Exhibit I: [se pone un chaleco antibalas] Esto… Venom [la gente grita amenazas y queman esculturas con su efigie en medio de la sala]. Con todo el dolor de mi corazón, Sam, aquí me lo pones difícil. Venom, no tanto gracias a los cómics como a la serie de animación de los 90, es el villano favorito de muchísimos aficionados. Una bestia incontrolable alienígena que escapa a toda comprensión. Por eso, puedo entender los odios que despierta este tema. Sin embargo, tras hablar con mucha gente, me he dado cuenta de que, más allá del tiempo de metraje en el que aparece o de la precipitación de su historia, todo el mundo se queja del diseño. Y, pensándolo fríamente, esa es la clave. Eddie Brock está bien presentado a lo largo de la película y la escena en la que el simbionte se une a él parece una viñeta de cómic en movimiento. De hecho, su papel en la batalla final encaja con el conjunto y queda bastante espectacular. Pero es un tirillas, y eso afea todo lo demás. Es irónico pensar que, si Venom hubiera aparecido hipermusculado y duplicando el tamaño de Spidey, la mitad de las quejas sobre esta película estarían silenciadas. Pero así somos. Pensadlo.

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  • Exhibit J: Para finalizar, más que una prueba, me gustaría realizar una conclusión. No sé si con mis razones habré logrado convencer a alguien [el jurado está jugando al Candy Crush, durmiendo o peinando a sus gatos] pero me dolería irme de aquí y que alguien siguiera pensando que Spider-man 3 es una mala película. Es cierto que no está a la altura (aunque en ocasiones si) de sus predecesoras. Es verdad que hay una excesiva complicación en la historia y cierta sobredosis de villanos. Admito que el humor de Sam puede no cuajar del todo en mucha gente. Pero Spider-man 3 es una pieza clave en la historia del arácnido. El cierre de una trilogía que, sinceramente, ojalá no hubiera terminado. Porque estoy seguro de que, después del pequeño bajón, podrían haber surgido historias fantásticas, respetuosas y con la personalidad propia que Raimi consiguió imprimirlas. Spider-man es el mejor superhéroe de Marvel, un personaje redondo con muchísimo bagaje a sus espaldas y que, esperemos, alguna vez vuelva a ser tratado con el cariño que se merece. Opino que deberíamos ver la trilogía en conjunto y no hablar de mejores y peores, sino de una etapa de nuestro amistoso vecino Spider-man escrita por un autor concreto.

Se me acaba el tiempo de intervención [la mitad de la gente ya se ha ido e incluso ha entrado gente de otro juicio por un robo que no entiende de qué narices va todo esto] y me gustaría cerrar con una pequeña reflexión [resoplido general]. Adaptar a un personaje querido por el público es muy difícil y una carga que hay que tener mucho valor para llevar. Como un hombre realmente sabio dijo una vez “Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Y Sam Raimi entendió esa frase. Ya lo creo que sí. Eso es todo, su señoría [recoge sus cosas y, en medio de un silencio sepulcral, sale de la sala. Antes de salir alguien le toca el hombro, es Sam Raimi, que le quiere invitar a unas cañas].