PARKS AND RECREATIONS
No recuerdo la serie ganadora del Emmy el año pasado, ni la del anterior si os digo la verdad. Parks and Recreation no es de alegrarte el día por haber ganado un premio, es de darte ánimos en un mal día, de cambiar tu visión sobre los obstáculos que caen en tu camino, de hacerte mejor persona. Con el optimismo por bandera, la maravillosa serie de Amy Poehler se despidió la pasada temporada televisiva abrazando con más fuerza si cabe sus pilares básicos, sé una persona decente y positiva y lograrás en mayor o menor medida tus objetivos vitales.
Quizás el hecho de atreverse a dar un salto al vacío temporal con ese flashforward y el hecho de que sea la última vez que veamos a Tom y a Retta exclamar “TREAT YOURSELF” le den ciertas posibilidades para hacerse con el ¿ansiado? premio. A pesar de ser más ligera que Louie, es capaz de hacer crítica política, ha conseguido crear un mundo propio en Pawnee que ni Springfield, una familia más unida que Modern Family y lanzar al estrellato a El Hombre, Chris Pratt.
Además, qué más dan los Emmys, “The gang” de Cómo conocí a vuestra madre no ganó ni un Emmy a mejor serie de comedia y aún así siempre formará parte de ese grupo de personajes que querremos con toda nuestra alma, al igual que los 6 de Friends, que tampoco…. vale, ellos sí ganaron uno, pero no se le recuerda por ello sino porque como con Parks and Recreation, a uno se le dibuja una sonrisa en la cara nada más escuchar la sintonía de los créditos.
Texto escrito por Pablo Ollero