Tom à la ferme – Secretos y psicología | La Cabecita

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El jovencísimo canadiense Xavier Dolan está ya consagrado como uno de los talentos más precoces del cine reciente, debutando a la edad de 19 años con su aclamada opera prima, Yo maté a mi madre que fue incluso seleccionada por Canadá para ir a los Oscar. Posteriormente ha rodado películas a un buen ritmo, una cada año desde 2010 manteniendo un buen nivel y quizá mostrando todo el talento que tiene en la que es su mejor película, Laurence Anyways, magistral historia de un profesor que decide cambiarse de sexo.

Han sido la sexualidad y la orientación sexual los temas dominantes (los únicos temas, vaya) hasta ahora en su cine, relatando historias casi siempre con personajes homosexuales o bisexuales. En Tom à la ferme esta premisa no varía si bien no nos quiere contar una historia romántica sino las consecuencias indirectas de ésta.

TOM AT THE FARM

Tom à la ferme es la historia de Tom (interpretado por el propio Xavier Dolan), un joven que acude al entierro de su ex, fallecido recientemente, en la granja en la que éste vivía. Descubrirá entonces que la madre de su antigua pareja no sabía que su hijo era homosexual y había mantenido una relación con Tom. Este sencillo punto de partida da mucho juego a Xavier Dolan que se aleja del evidente melodrama que podría desembocar de un relato así y prefiere encauzarlo hacia un drama psicológico gestado a partir de las reacciones de los familiares del difunto, dibujados de una manera brillante como una familia problemática y con severos problemas emocionales, y en especial a partir de la reacción del hermano, que, este sí, consciente de que su hermano era homosexual intenta ocultar dicha orientación a su madre, incluso violentamente, al ver a Tom un peligro para la paz familiar y para la mentira que ha estado tanto tiempo creando.

Con un tono febril y malsano, creado a partir de una fotografía apagada y de unos personajes que recuerdan mucho a cualquiera que pudiera crear David Lynch, Xavier Dolan teje el drama psicológico de manera que oculta parcialmente un guion que no acaba de dar la talla sin llegar a desentonar por otro lado. Y es que estamos ante el trabajo de dirección más maduro de del precoz director, que sabe aquí más que nunca sacar partido de la puesta en escena y la atmósfera para llegar a lo que él quiere. Y lo logra, incluso aunque el todo no sea brillante, en ningún momento hay altibajos, toda la película mantiene el justo el tono que le quiere dar y esto es muy notable.

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Los protagonistas al igual que el resto de la película se mantienen sobrios y constantes, quizá con la excepción del hermano, interpretado por Pierre Yves Cardinal, que aporta el histrionismo y la locura a la cinta y que a ratos puede parecer algo pasado de vueltas. Es una clase de película dada a que los actores se luzcan y aunque esto acaba de ocurrir todo casa perfectamente.

Es quizá con la parte final donde la película se desliza por la cuerda floja y consigue los momentos más arriesgados y satisfactorios con un final algo previsible pero que gracias a su ejecución es  satisfactorio y casi catártico, lo que a veces se agradece en películas así pero puede verse también como una falta de ideas, aunque no me parece el caso. Desde luego Xavier Dolan ha arriesgado más que nunca, y ha ganado, alejándose de las múltiples referencias a otros directores de sus anteriores películas y haciendo un trabajo muy maduro, a ratos brillante, y personal, que aunque no acaba de llevar a sus últimas consecuencias es una muestra evidente del talento mayúsculo que posee esté director.

3.5_estrellas