No podíamos esperar mucho de un director cuya filmografía está compuesta por películas como Una rubia muy legal, El chico de tu vida o la reciente Killers. E hicimos bien, porque aunque 21 Black Jack y La cruda realidad no nos parecieron malas, Robert Luketic demuestra con El poder del dinero que sigue en su línea. El realizador australiano ha dejado de lado la comedia familiar y romanticona que presidía sus obras anteriores y se ha pasado al drama con un thriller sobre espionaje tan tonto como olvidable. Porque por muchos grandes nombres que haya conseguido reunir en su reparto, Paranoia no es más que un vago intento por reflexionar acerca de la sobrecomunicación actual, la perversidad de los grandes hombres de negocio y los peligros que trae consigo la codicia. Esas interesantes ideas, lejos de desarrollarse, se diluyen incluso antes de que el espectador se percate realmente de ellas. La película, como muchas otras de este estilo, da prioridad a temas que en verdad no la merecen. Todo esto y más hacen que El poder del dinero sea un producto más, que con toda seguridad no tendrá importancia dentro de la carrera de su director y que, a pesar de lo llamativo de su reparto, seguramente pase sin pena ni gloria por las taquillas españolas.
Porque precisamente es el cast lo más atractivo de este largometraje. La presencia de Harrison Ford y Gary Oldman consigue lo que no hace la película durante sus 106 minutos de duración: despertar cierto interés en el público. Y como era de esperar, ellos son lo mejor de la cinta. Porque a pesar de la obviedad de su historia, la poca intensidad de la misma y sus carencias a nivel técnico, las batallas verbales que protagonizan estos dos grandes profesionales logran que el visionado de El poder del dinero no sea tan insufrible. Aunque no nos engañemos, ni siquiera por eso Paranoia merece la pena, porque si quisiéramos disfrutar tanto de Ford como de Oldman hubiéramos seleccionado cualquier otra película de sus filmografías. A pesar de que estos dos colosos de la interpretación se dan cita en esta película, Liam Hemsworth, el hermanísimo de Thor, es la cabeza de cartel, quien llamará a las salas a jovencitas que se enamoraron de él en La última canción o Los juegos del hambre. Y aunque el pequeño de los Hemsworth no nos disgusta (tampoco seré yo quien critique que se saque partido de sus cualidades físicas) aún estamos esperando un papel en el que de verdad demuestre algo digno de alabar.
El poder del dinero cuenta la historia de Adam Cassidy (Hemsworth), un joven de 26 años que odia sutrabajo en la compañía tecnológica Wyatt Corporation, en la que lleva varios años observando cómo los grandes jefes se llevan todos los méritos y los jóvenes no ascienden. Cuando un proyecto en el que lleva trabajando mucho tiempo es rechazado por su jefe, Nicholas Wyatt (Oldman) comete un delito en un acto de rebeldía. Para no ir a la cárcel Wyatt le obliga a aceptar un trato: infiltrarse en la compañía de Jock Goddard (Ford), antiguo mentor de Wyatt, y actuar como espía industrial. Una vez infiltrado en la nueva empresa, Adam comienza a escalar puestos rápidamente y descubre las ventajas del éxito, además del amor. Sin embargo, todo este lujo tendrá un precio que Cassidy tendrá que pagar si quiere que, además de él, sus seres queridos sigan con vida.
“La gente está tan distraída que no sabe quién es”. Esa frase la pronuncia Jock Goddard, el personaje de Harrison Ford, en el diálogo más interesante de toda la película. Él y Adam Cassidy se encuentran para hablar del teléfono que según la compañía de Goddard, cambiará la vida de la gente para siempre. Un móvil capaz de hacer absolutamente todo. Un dispositivo que permitirá que la gente camine por la calle sin monedero, llaves, carnet de conducir o tarjetas de crédito. Un aparato súper fino, plegable, fácilmente recargable, que sabe dónde has estado y con quién, que rastrea tus prioridades, tus gastos, tu salud y tu agenda… En definitiva, un móvil que sabe más cosas de ti que tú mismo. Si Paranoia se hubiera centrado en esa disyuntiva tecnológica, si hubiera profundizado en los problemas del actual paradigma digital, probablemente esta crítica sería positiva, porque el producto resultante habría sido infinitamente más interesante que el aquí se valora. Pero como he dicho antes, la película prefiere prestar más atención a la historia de amor entre Hemsworth y Amber Heard y al drama familiar que protagonizan el primero y Richard Dreyfuss.
Pero el problema ya no es que El poder del dinero renuncie a contar una buena historia (algo vista de todas formas) en favor de desarrollar las subtramas menos importantes, sino que además esto último lo hace de la manera más soporífera posible, sin grandes escenas de acción (si bien, hay una persecución que se podría rescatar) y con la menor intensidad imaginable. Paranoia tenía material suficiente para hacer una crítica mordaz sobre la dependencia hacia la comunicación que ha desarrollado la población actual, sobre los peligros de la ambición y sobre la competitividad que existe en el sector, pero se queda en un producto del montón en el que la calidad artística brilla por su ausencia (esas ralentizaciones y aceleraciones rozan el horror) y en el que absolutamente nada es digno de destacar.
Ficha técnica:
Título original: Paranoia Director: Robert Luketic Guión: Barry Levy Fotografía: David Tattersall Reparto: Liam Hemsworth, Amber Heard, Harrison Ford, Gary Oldman, Embeth Davidtz, Josh Holloway, Richard Dreyfuss Distribuidora: eOne Spain Fecha de estreno: 28/02/2014