Existen múltiples maneras de hacerse famoso en el mundo de la música. Si tienes el talento suficiente puedes triunfar como músico en una gran banda. Si careces de talento musical pero tienes contactos y te manejas bien con el dinero, el trabajo de manager puede que sea el ideal. Luego existe una tercera vía, la de la crítica musical. Disfrutar de los conciertos, opinar de la música que hace una banda, entrevistar a grandes estrellas… El trabajo soñado para aquel que siente un amor compartido entre la música y la escritura. El trabajo soñado para el joven William Miller, personaje en torno al cual gira Casi Famosos.
Cameron Crowe dirigió y escribió el guión (por el cual ganaría el premio Oscar) de Casi Famosos en 2000, película que habla de sus propias experiencias como redactor adolescente de la revista Rolling Stone en la década de los 70, década en la que compartió gira con mitos del rock como The Eagles o Led Zeppelin.
En la película, Crowe vuelca el peso de la película en Patrick Fugit que encarna a William Miller, alter ego del director californiano. A través del joven Miller veremos de manera semi biográfica lo que es compartir una gira con un grupo de rock en alza, los ficticios Stillwater en la película. El film nos habla de las aspiraciones de Miller en convertirse en crítico musical y de cómo a través de sus viajes con los Stillwater conocerá a fondo lo que es pertenecer a un verdadero grupo de rock, sabrá lo que es vivir en sus propias carnes estar de gira e incluso llegará a enamorarse.
La película es, ante todo, un genial estudio sobre el mundillo del rock en los años 70. A pesar de que Stillwater es evidentemente una banda inventada, las referencias a auténticas leyendas del rock son continuas: The Who, Led Zeppelin, Black Sabbath… Bandas que forman parte de la vida de muchos de los que amamos la música rock.
Se nos habla sobre todo de la persecución de los sueños de los personajes de ser alguien en el mundo de la música. William, cuyas aspiraciones son las de ser un gran crítico de música rock; Stillwater, soñando con codearse con la élite de la música de los 70; y Penny, que no quiere ser una groupie más, quiere ser realmente importante para la banda a la que ama, Stillwater.
Y es que William Miller es un chico peculiar, no es el típico adolescente cuya máxima aspiración es ser una estrella del rock como tantas veces se nos ha contado en otros films. Él quiere escribir sobre música, compartir backstage y entrevistar a sus ídolos. Solo quiere plasmar sus pensamientos y sensaciones sobre el papel y que lo publiquen en una revista. Esta peculiaridad no hace si no ensalzar más aún a la película, que hace que resulte más fresca y original si cabe.
La dirección de Cameron Crowe resulta extraordinaria y su guión exquisito. Sin duda en 2000 el señor Crowe firmó la mejor película de su carrera. El reparto es otro de los puntos fuertes del film, empezando por un joven Patrick Fugit que sabe llevar bastante bien el peso del rol protagonista del film y acabando por un excelente elenco de secundarios entre los que destacan Kate Hudson, Billy Crudup, Frances McDormand y el recientemente fallecido Philip Seymour Hoffman. Resulta irónico y macabro que el personaje de Hoffman fuese el de Lester Bangs, crítico musical que murió a los 33 años de una sobredosis de valium. El gran Hoffman nos dejó hace apenas unos días debido a una sobredosis de heroína.
El otro punto sobresaliente de la película es claramente su magistral banda sonora, en la que encontramos hitos de Led Zeppelin, Elton John, The Beach Boys, The Who… Un auténtico regalo para los oídos de los que disfrutan y vibran con el mejor rock clásico.
Puede que Casi famosos sea una película que represente mucho para unos y poco para otros. Es disfrutable a casi cualquier nivel, porque es una película agradable, divertida y amena. Pero es cierto que si no amas la música rock la sensación no es la misma. No es que sea una película para rockeros o melómanos, pero se hace difícil pensar que pueda emocionar o divertir en mayor medida a una persona que no ame la música.
Además de eso, Casi famosos es una película que atrapa desde el inicio, es tan amable y divertida que resulta casi imposible que aburra o provoque poco interés en el espectador. Crowe supo plasmar muy bien lo que pretendía en su película: un precioso y entretenido homenaje a la música que ama, que resultase aleccionador y al mismo tiempo divirtiese. El director norteamericano supo bascular perfectamente entre ambas cosas. Todo es tan armonioso y está tan bien medido en esta fábula musical que solo queda aplaudir a Cameron Crowe por deleitarnos con esa maravilla llamada Casi famosos. Los más veteranos mirarán hacia atrás con nostalgia, nostalgia de aquellos días del mejor rock. Por el contrario, los más jóvenes sentirán cierta envidia de no haber podido vivir en aquella década tan mágica para la música que aman, sentirán envidia del joven William Miller por haber vivido semejantes aventuras con un grupo de rock.
Si amas el rock, si se te pone el vello de punta al escuchar un punteo de guitarra, si alguna vez has querido saber qué se siente al viajar con un grupo de gira o si has crecido con bandas como The Who o Led Zeppelin, sin duda Casi famosos es una película que vas a disfrutar muchísimo. Pocas películas han rendido un homenaje tan sincero, tierno y divertido a la música como la cinta de Crowe. Pocas pegas se le pueden poner a la película, es de esas que irremediablemente gustan a menos que se sienta una aversión enfermiza por el mundo de la música. Podrán pasar los años, los grupos se disolverán y nos dejarán verdaderas estrellas de la música (y del cine, como el gran Philip Seymour Hoffman), pero su música siempre permanecerá inmortal y será, en parte, gracias a películas como Casi famosos.