La comedia romántica estadounidense ha intentado con vehemencia hacerse un hueco dentro de las predilecciones de los cinéfilos durante las últimas décadas, y de alguna manera lo ha conseguido, ya no sólo con el sector del público menos exigente, a veces la curiosidad se impone y por reparto o director se sucumbe ante este subgénero. A pesar de que la gran mayoría de los productos que nos llegan son repetitivos y banales de vez en cuando se agradece desconectar con películas como Tienes un e-mail, Algo para recordar o Algo pasa con Mary, que de mayor o menor calidad logran entretener por igual, a su manera pero lo hacen.
Con apenas tres películas en su haber Will Gluck se ha convertido en un autor a tener en cuenta cuando se habla del género romántico. Se estrenó muy mal con Guerra de cheerleaders pero su segunda obra, Rumores y mentiras, le asentó de la mejor manera posible en este mundo, de ahí que Con derecho a roce sea su obra más ambiciosa, reunió nombres de importancia en este ámbito como Justin Timberlake, Mila Kunis y Emma Stone y su evidente esfuerzo no se puede desestimar.
Friends with Benefits cuenta la historia de Dylan (Justin Timberlake) y Jamie (Mila Kunis), dos amigos jóvenes, solteros y atractivos que deciden embarcarse en una relación estrictamente física sin compromiso… pero sin dejar de ser amigos, “sólo sexo“. Lo que no se pueden imaginar es que este tipo de relación híbrida no les traerá más que complicaciones.
Su atrevimiento me recordó por momentos a la reciente Amor y otras drogas, el problema es que el filme que protagonizaban Anne Hathaway y Jake Gyllenhaal tenía una buena historia que contar, desgraciadamente Con derecho a roce está llena de clichés y cae en la previsibilidad demasiado pronto. La primera media hora consigue sorprender, el tema de los folla-amigos no se toca con asiduidad en el mundo cinematográfico y se agradece ver cómo todavía algunos autores se aventuran a mostrar escenas de sexo sin pudor y desnudos parciales de sus actores, aunque nada habría sido posible sin la estupenda química entre Justin y Mila, hacen más creíble la relación y los espectadores estamos encantados de viajar con ellos en su vaivén de sentimientos. El desarrollo del largometraje es correcto, la realización es perfecta dadas sus posibilidades y aunque ya la tengamos muy vista, nunca nos cansamos de las vistas de Nueva York, además Con derecho a roce puede presumir de contar con unos secundarios que dotan de hilaridad las secuencias que menos esperamos, chapeau para Woody Harrelson y Patricia Clarkson en este aspecto.
A pesar de todo Friends with Benefits es una historia romántica del montón, que termina gustando porque acierta al dejar caer toda su importancia en el dúo protagónico. El final es previsible pero tampoco concebimos algo diferente, al fin y al cabo este tipo de películas están ahí para hacernos pasar un buen rato, un filme de consumo rápido que logra sacar alguna que otra risa pero sin revolucionar su medio.