Los Muppets – Les llamarán Los Muppets pero siguen siendo Los Teleñecos | La Cabecita

Inyección de nostalgia, es la forma de la que más rápidamente se puede describir a Los Muppets, así que si usted es de los que sienten un horrible escozor cuando se abusa deliberadamente de esto le recomendamos que no se acerque a la película, si en cambio le gusta disfrutar rememorando los tiempos pasados, recordar que una vez fue un niño, ir al cine con los más pequeños y acabar cantando las canciones de la película con más ímpetu de lo que ellos lo podrían hacer, aquí está su película. Sería injusto no reconocer que Los Teleñecos (estúpidamente rebautizados ahora con el anglicismo “Muppets” aunque por suerte Gustavo sigue siendo Gustavo y no Kermit o René) formaron parte de mi infancia, llegaron atrasados ya que El Show de los Teleñecos termino en 1981, pero gracias a las reposiciones de películas, series como Los Pequeñecos o el intento de recuperar El Show de los Teleñecos, en Los Teleñecos con un invitado famoso hicieron que a mediados de los noventa aún unos cuantos niños pudiéramos engancharnos y disfrutar del mundo de marionetas creado por Jim Henson, pero lo cierto es que Los Teleñecos ya estaban dando sus últimos coletazos, la ausencia de su creador se notaba, y en el 99 protagonizaron la que sería su última película hasta el momento: Los Teleñecos en el espacio.

Con la llegada del nuevo siglo parecía que las marionetas de Henson iban a quedar relegadas al ostracismo, durante veinticinco años estuvieron presentes en la infancia de varias generaciones pero parecía que su momento había terminado del todo. Pero todo pareció cambiar cuando en 2004 Disney compró los derechos de los personajes a la Jim Henson Company, la compra por parte de la compañía de Mickey Mouse parecía algo perfecto para volver a dar vida a los personajes de felpa, pero de primeras la maniobra de Disney no fue más allá de de realizar una película de televisión de dudosa calidad y re-editar las películas clásicas en DVD. Así era, así acababa todo para Los Teleñecos, su momento había pasado, sólo quedaban los recuerdos y volver a tirar de las viejas grabaciones. Por suerte seis años después apareció por ahí Jason Segel, un tipo que no sabemos si bien es por culpa de su personaje de Marshall en la serie Como conocí a vuestra a madre, o si porque realmente como deja entrever en entrevistas o realizando proyectos como éste, la persona no se encuentra muy lejos del personaje, pero como sea, Jason Segel nos parece lo más parecido a un niño grande que hay ahora mismo en el panorama cinematográfico americano además de tener la suerte de poder gozar de bastante talento. Si había alguien que debía resucitar a Los Teleñecos posiblemente no había nadie mejor que Jason Segel en este momento.

La nueva película de Los Muppets comienza precisamente en este mundo post-teleñecos, dónde ya todos se han olvidado de ellos, todos menos Gary y Walter (Jason Segel y un muppet) dos hermanos (hermanos de verdad aunque cada uno sea de una “raza” distinta) que han crecido toda la vida viendo el show de los Teleñecos. El hecho de que estos desaparecieran de la programación no redujo su fanatismo, especialmente el de Walter que siempre soñó con ser un Muppet, por eso el día que su hermano le invite junto a su novia a Los Angeles para ver el estudio dónde se grababa El Show de los Teleñecos será el más feliz de su vida. Una vez allí se aterrará al ver que lo queda de todo aquello son apenas unas ruinas y lo que es peor, escuchará atónito que un gran magnate piensa comprar todo aquello para hacerse con el petróleo (Chris Cooper) que hay debajo del terreno. Esto llevará a Walter y a Gary (y a la novia de éste, una divertidísima Amy Adams) a ir en busca de todos y cada uno de los Muppets, empezando por Gustavo y acabando por Peggy, un viaje que nos recordará al que ya emprendió hace más de treinta años la rana Gustavo para cumplir su sueño de ir a Hollywood en Los Teleñecos van a Hollywood.

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La clave de que estos teleñecos sigan funcionando tan bien está curiosamente no en el hecho de renovarse, si no de mantenerse fieles a la fórmula que les hizo ser una pieza fundamental en la cultura de finales del siglo XX, así nos premian con un humor blanco que es fácilmente disfrutable por público de cualquier edad y tampoco respetan ninguna regla, lo cual les permite romper en varias ocasiones la cuarta pared lo que por momentos se convierte en un recurso hilarante. Tampoco faltan las canciones, desde la genial “Life’s a Happy Song” que abre al comienzo con un número multitudinario, o la desternillante “Man or Muppet” dónde ambos protagonistas se encuentran en la encrucijada de tener que decidir si son en realidad un hombre o una marioneta. Tampoco faltan las referencias clásicas, ni los cameos, muchos y variados, de Jack Black a Zach Galifianakis pasando por Dave Grohl, Neil Patrick Harris, Selena Gomez, Whoppi Goldberg, Jim Parsons o Josh Radnor entre otros muchos.

Así es como Los Muppets tendrán que resurgir de su pasado, volver a presentar para todos un nuevo show de los Muppets, y así es como resurgen de sus cenizas y consiguen conquistar a un público que nunca había oído hablar de ellos, mientras al que siempre acompañaron le hacen rememorar unos tiempos pasados, siendo fieles a su estilo, sabiendo actualizarse lo justo para no resultar viejos, estos Muppets son los que en su día creo Jim Henson, y eso es probablemente lo más importante de la película. No se habría conseguido sin Jason Segel como ya dijimos antes, verle en pantalla rodeado de las marionetas es algo sensacional porque parece que el actor ha nacido realmente para ser un Teleñeco, y no desentona nada moviéndose al lado de Gustavo, Animal, Fozzy o Gonzo. Estos nuevos Muppets (Aunque para algunos siempre seguirán siendo Los Teleñecos) funcionan, y funcionan muy bien, ahora solamente nos queda esperar que lleguen para quedarse, por que las ganas de verles no se amedrantan. Y no os preocupéis si salís del cine cantando “Maná Maná” porque realmente deberías de preocuparos si no lo hacéis.

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