Un pequeño favor – Las diabólicas de la época millennial | La Cabecita

Antes, mucho antes de que Gillian Flynnn y David Fincher aúnaran fuerzas para crear la perfecta película de cine negro con femme fatale al frente en Pérdida, (2014) podíamos encontrar muchos thrillers con su imponente y gélida rubia protagonista y sus correspondientes giros finales – que a día de hoy siguen dando la vida al gran público nolaniano – pero incluso un poco antes de que el gran Hitchcock sentase cátedra en este registro hubo una película francesa que lo originó todo: Las diabólicas, H.G. Clouzot (1955).

En la superficie nada, absolutamente nada es lo que parece en Un pequeño favor. La acertada idea de que un maestro de la comedia (femenina) como Paul Feig haya escogido adaptar la novela de Darcey Bell para su nuevo trabajo después de triunfar en la comedia más absoluta, es cuanto menos curioso. Pero es que Un pequeño favor es ante todo una sádica comedia aderezada con un poquito de mala leche y mucha, mucha fantasía fashionista. Su innegable buen hacer firmando filmes como La boda de mi mejor amiga, (2011) o Espías (2015), ya pusieron de manifiesto un control absoluto del comportamiento y psique femenina, y esto usado como catalizador dentro de un género que cabalga entre el cine negro y la comedia, es un arma de doble filo que Feig maneja con una exactitud sorprendente.

No es de extrañar que la primera referencia que nos venga a la mente al ver a unas magníficas Anna Kendrick y Blake Lively sea la de Las diabólicas, filme que tuvo un malogrado remake titulado Diabólicas, bajo la dirección de Jeremiah Chechik en 1996, en el que Sharon Stone e Isabelle Adjani jugaban a hacer travesuras bajo la atenta vigilancia de Kathy Bates, un film que nunca me cansaré de reivindicar y que merecía mejor suerte y que ahora irremediablemente sirve como inspiración ¿voluntaria? de un ejercicio de thriller coqueto y sugestivo por el que sus protagonistas Kendrick y Lively bien podrían ganar el Premio Nobel en química. Es imposible quitarle los ojos de encima a una Blake Lively que se mueve por la cinta con la misma soltura e hipnotismo que lo hacía Tippie Hedren como Marnie, la ladrona de Hitchcock (1964), es una pantera rubia suelta en el set, a la vez que cuando lo requiere es aparentemente la ama de casa perfecta del pueblo de Stepford, en un rol que recuerda mucho a la cinta de Frank Oz, Las mujeres perfectas (2004). Mientras que Anna Kendrick en cada una de sus escenas individuales juega a ser la abnegada madre perfecta típicamente americana, algo para lo que la nominada al Oscar parece haber nacido para interpretar. Pero que una vez llega el momento de estar juntas en pantalla, revientan literalmente la película.

Las complejas razones de por qué una mujer decide un buen día desaparecer sin dejar rastro y el constante seguimiento y acoso mediático del caso por parte de los medios más sensacionalistas y la sociedad, juegan un papel fundamental en el desarrollo de la retorcida trama. Algo que a Feid le viene como anillo al dedo para jugar con sus personajes y hacer nuevamente un fiel retrato de la amistad femenina y algunas otras cositas intermedias. Sin necesidad de codificar en ningún momento a sus actrices o exhaltar su sexualidad, la película consigue llevar al límite el carisma y poderío de sus protagonistas haciendo que estas ejerzan su total dominio y empoderamiento de su sexualidad en todo momento. Un recurso sobre el cual se sustenta una trama con referencias al culebrón y a la vida misma en el que las redes sociales y el uso de YouTube se convierten en los aliados perfectos para amenizar la narración y aportar elementos hilarantes de comedia negra que mantienen al espectador totalmente entregado desde el minuto uno.

La resplandeciente fotografía, la cuidada dirección artística y sobre todo el enigmático diseño de vestuario y la cuidada selección de temas pop franceses ultra sexys y comedios al estilo de Moi Lolita, completan el cocktail perfecto de un irresistible y sugestivo thriller que gustará a ellos y sobre todo a ellas. Un pequeño favor es desde ya por méritos propios “las diabólicas de la generación millennial” y la película dispuesta a arrasar en los próximos MTV Movie Awards en las categorías de mejor beso, mejor pareja y mejor villana/o.

Título original: A Simple Favor Director: Paul Feig Guion:  Paul Feig, Jessica Sharzer Música: Theodore Shapiro Fotografía: John Schwartzman Reparto:  Blake Lively, Anna Kendrick, Henry Golding, Glenda Braganza, Dyanne Ramsay,Zach Smadu, Eric Johnson, Sarah Baker Distribuidora: eOne Films