Se acerca el verano y tiramos un poquito la vista atrás (hasta los fascinantes años 80) para rescatar la esencia sexy y fresca de las comedias veraniegas de la mano del incorregible Gene Stupnitsky, que vuelve tras sus Chicos buenos, con una chica muy buena que por supuesto está muy buena. Porque es de eso de lo que en gran parte va Sin malos rollos. La comedia veraniega perfecta para ir abriendo boca y despertando los sentidos.
La mejor estrella de su generación, la ganadora de un Oscar Jennifer Lawrence vuelve al cine tras un largo descanso y lo hace de la mano del irreverente Gene Stupnitsky, director de Chicos buenos y guionista de Bad Teacher. Sin malos rollos no inventa nada nuevo, de hecho rescata ideas y connotaciones cómicas muy de los años 80, pero es que es realmente divertida y es una película de esas que molan. Cuenta la picante historia de Maddie (Lawrence) una especie de perdedora en la vida que a sus treinta y dos años está a punto de perder su casa por no poder hacer frente a los pagos de impuestos atrasados. De repente y como respuesta a su desesperada situación, da con un anuncio en internet en donde una pareja adinerada ofrecen un coche en perfecto estado a cambio de encontrar a una joven sexy que salga con su hijo y lo espabile antes de que éste empiece en la universidad y se lo coman. Maddie encuentra aquí la respuesta a todos sus problemas económicos, si consigue el coche, podrá trabajar a tiempo parcial como conductora de Uber y así liquidar sus deudas y no perder la casa, pero claro todo se complica.
Sin malos rollos es un muy buen ejemplo de comedia desvergonzada e incorrecta en donde Jennifer Lawrence da rueda suelta a su inexplorada vis cómica en un campo tan curioso como es la comedia física. Stupnitsky crea una serie de situaciones incómodas e hilarantes en donde la actriz está francamente deslumbrante. Su química con el joven Percy (Andrew Barth Feldman) es perfecta desde el minuto uno y la forma en la que ella se insinúa para tratar de tener una relación con él y hacer que éste diga adiós a su virginidad es muy cachonda en todos los sentidos de la palabra. La diferencia de edad es evidente (ella tiene 32 y él 19) pero es ahí en donde reside el potencial cómico e incómodo de una trama que funciona y se hace especialmente amena y simpática.
En un momento en el que pareciera que hay un hastío general en el público que pareciera estar saturado de tantos blockbusters y sagas superheroicas, Sin malos rollos llega en el momento ideal para aportar frescura a una taquilla que honestamente lo necesita. Un film en que Jennifer Lawrence revalida su título de superestrella y de novia de América sin miedo a literalmente perder las bragas en el intento de hacer comedia de esas en las que de verdad sueltas una carcajada. Sin malos rollos tiene esa esencia ochentera de film que aborda los últimos años de vida de un adolescente y de cómo se plantea su futuro por delante justo después de una meta crucial: perder la virginidad. Algo que curiosamente sigue funcionando igual ahora que en la época pre internet, porque al final por mucho que hayamos avanzando como sociedad, los miedos y los complejos en la adolescencia siguen siendo puntos comunes que nos representan y retrotraen a unos años en los que todo era más intrigante y picante.
Sin malos rollos es la comedia veraniega perfecta en la que además de pasar un buen rato, tendrás el placer de acudir a un nuevo recital interpretativo de Jennifer Lawrence. Una película que sorprende por su capacidad para ser entrañable, a la vez que sexy, una combinación ganadora que pocas veces se suelen dar en el cine contemporáneo.
Título original: No Hard Feelings Director: Gene Stupnitsky Guión: John Phillips, Gene Stupnitsky Música: Mychael Danna, Jessica Weiss Fotografía: Eigil Bryld Reparto: Jennifer Lawrence, Andrew Feldman, Matthew Broderick, Kyle Mooney, Hasan Minhaj, Alysia Joy Powell, Ebon Moss-Bachrach, Laura Benanti Distribuidora: Sony Pictures Fecha de estreno: 23/06/2023