Hace 20 años aterrizaba A todo gas (Rob Cohen), una película que por primera vez se centraba en el mundo del tunning y presentaba a Toretto (rey de ese submundo) y a Brian, un policía guaperas que tenía que infiltrarse en el mundo de los coches motorizados y cometía el error de enamorarse de la hermana del rey. Ahora 8 películas después, la película de entonces ha dado lugar a la saga de motores más famosa del universo cinematográfico y quién mejor que Justin Lin para perpetuar el legado. Lin conoce a la perfección la saga, ha estado detrás de la dirección de las entregas que van de la tercera a la sexta y como experto en la materia sabe qué elementos necesitan las secuelas de Fast & Furious para suscitar el interés de los fans de la saga.
El único problema que presenta es que esto podría verse como un fanservice de manual, pero si una cosa sabemos del público que ama esta saga, es que exigentes lo que se dice exigentes no son y ahora tras 9 películas y en el ocaso de la saga, Justin Lin deja todo bien preparado para una despedida, que será tan apoteósica como disparatada, porque si hay una saga en la que más siempre es bien recibido es ésta.
Fast & Furious 9 deconstruye las reglas de las sagas y espera a su novena entrega para desvelarnos información inédita de la trama y del pasado de sus protagonistas. Una nueva información que desajusta todo lo conocido hasta ahora y que demuestra que esta saga nunca jamás se ha tomado en serio a sí misma y que por otra parte tampoco lo necesita. Han llegado hasta 8 películas sorteando giros desquiciados de guión y desde luego la novena entrega no podía ser menos. Lástima que para descubrir el melón que en esta escandalosa y (algo) caótica entrega se presenta, recurran a unos manidos y feos flashbacks que lastran un poco la película y hacen que se pierda el foco en más de un momento de la trama.
La película cumple todas y cada una de las exigencias que se le podían requerir a la novena entrega de una franquicia: hay más personajes, más escenas de acción, más dispositivos, más escenas imposibles y sí, un coche que “conduce” por el espacio exterior ¿Qué más se le puede pedir? Quizá la principal queja sea la falta de ritmo. La cinta dura casi 2 horas y media y su última media hora es realmente apoteósica y demencial, pero sus dos horas previas tienen una muy acusada falta de ritmo que a una entrega como esta no se le debería permitir. De su llamativo reparto, da un poco de vergüenza ver cómo Vin Diesel y Michelle Rodriguez pretenden dar alguna capa de matiz a sus interpretaciones en unas secuencias que funcionan como elemento irrisorio involuntario de la trama. Suerte que por ahí está la reina de la función: Charlize Theron quien aprovecha sus escasas escenas cómo solo ella sabe y demuestra ser la única aquí que identifica en qué tipo de película está, ella es la que menos sale, pero es la mejor con muchísima diferencia.
Los fans estarán encantadas de recibir respuesta a algunos de los asuntos pendientes de la saga y estarán encantados de ver cómo la cinta juega a hacer guiños sobre su propia mitología y con otras sagas tan reseñables como Star Wars, pero quizá los no fans pueden aburrirse en lo que esperan a la necesaria traca final.
Fast & Furious 9 es un blockbuster pensado para ver en las mejores condiciones posibles y también una carta de amor a la saga y una evidente declaración de intenciones de cerrar con una décima entrega que se intuye épica. Justin Lin volverá a ponerse tras las cámaras para la misma y volverá a contar con su masivo reparto capitaneado por Vin Diesel.
Título original: F9 Director: Justin Lin Guión: Daniel Casey, Gary Scott Thompson Música: Brian Tyler Fotografía: Stephen F. Windon Reparto: Vin Diesel, Michelle Rodriguez, Jordana Brewster, Tyrese Gibson, Ludacris, John Cena, Charlize Theron, Helen Mirren, Kurt Russell, Sung Kang, Lucas Black Distribuidora: Universal Pictures Fecha de estreno: 02/07/2021