Analizando los Emmy: Mejor serie dramática | La Cabecita - Part 7

 MAD MEN

Mad Men

Tras ocho años en antena, toca a su fin una de las series más aclamadas de lo que llevamos de siglo que, a pesar de sufrir algún que otro bajón en algunas temporadas -¿qué serie no?-, siempre ha sabido mantener su estatus de serie inteligente y elegante. Cerrar una serie nunca es fácil, más si tenemos en cuenta que esta no es una serie cualquiera. Sin embargo, Matthew Weiner ha conseguido poner el broche de oro a su obra maestra con unos últimos siete capítulos más emocionales y trascendentales que nunca, cerrando brillantemente el arco de uno de los personajes más icónicos de la historia de la televisión.

De cara a la última ceremonia de los Emmy que verá la serie protagonizada por Don Draper, creo que su mejor baza es precisamente esa: ser la última temporada de una de las series más queridas por la crítica de la última década. Cierto es que, a pesar de que pienso que funciona muy bien como cierre, quizás no sea su mejor temporada (atrás quedan esas primeras temporadas que rozaban la perfección), lo cual puede jugar fácilmente en su contra en pos de otras series que viven su “momentum” más actual. No obstante, y esto sí que creo que está fuera de duda, es un hecho que a Jon Hamm –nominado y ninguneado siete veces- le deben un Emmy como un rascacielos de grande, siendo ésta quizás la nominación con más posibilidades de materializarse de entre las seis con las que cuenta la serie de los publicistas. Por supuesto, también quiero reivindicar en los mismos términos a Elizabeth Moss, grandísima actriz que ha sabido construir a lo largo de los años al que probablemente sea el personaje más interesante de la serie.

Texto escrito por Dani Cruz

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