Muchos de los que estáis leyendo esta crítica os acordaréis de dos planos secuencia que tenemos grabado con fuego en nuestras retinas y al verlo la impresión fue enorme. Uno es el plano secuencia de Gravity, 14 minutos sin cortes, pegados a nuestra silla o butaca sumergiéndonos en el espacio como lo hacían Sandra Bullock y George Clooney, lleno de suspense antes de llegar la calma. El otro plano secuencia es de una serie, True Detective, que llenó el hueco que nos dejó Breaking Bad, con un tremendo Matthew McConaughey y con muchas posibilidades de quitarle el premio Emmy a Bryan Cranston después de ganar el Óscar sin quitar tampoco méritos a Woody Harrelson que está estelar. El plano secuencia de True Detective ocurre en los últimos 6 minutos del episodio 4 donde McConaughey se infiltra en una banda de motores para realizar un ajuste de cuentas. Perfecto, milimetrado, sin margen de error, como si fuera una fase del videojuego GTA lleno de adrenalina.
Estos serían los dos mejores ejemplos al ver Almost in Love sin olvidarnos de las películas de Gaspar Noé, odiado por unos y admirado por otros, y que en sus largometrajes ostenta a la vía del plano secuencia como pasaba en Irreversible o en Enter the Void. Aunque no llegue a la espectacularidad de Noé o por qué no la majestuosidad de la película de origen ruso El arca rusa. Os preguntaréis porque os hablo sobre planos secuencia. Pues bien, yo os respondo, Almost in Love está grabada en dos planos secuencias con una duración de 40 minutos sin cortes (sólo hay uno para hacer la división). No encontraréis la adrenalina de True Detective, ni el suspense de Gravity ni tampoco como mencioné antes la espectacularidad de Irreversible y Enter the Void o la majestuosidad en El arca rusa , si no que esos planos secuencia nos harán ser testigos de lo que ocurra en ambas partes, una parte más de la conversación que seguramente nos recuerde a The Man from Earth con algo de Von Trier, ya que éstas conversaciones están llenas de sabiduría, con toques filosóficos, triviales y elocuentes. Ambas divisiones no tienen nombre ni numeración, pero podríamos llamarlos ‘La azotea’ y ‘Noche de bodas’.
En la primera parte, a la que llamaremos La azotea, trata de una fiesta organizada por Sasha en la azotea de su apartamento reuniendo a 15 amigos. En los primeros minutos no tenemos ninguna conversación fija, en un lado hay una mesa de 6 personas, en otra una pareja sentada manteniendo una conversación, otros pululando por ahí metiéndose en las conversaciones y luego la zona de la parrilla, ahí conoceremos al protagonista de la película o uno de los protagonistas y el anfitrión de la fiesta, Sasha. Mientras que mantiene una conversación con Lee, éste llama a Kyle para que vaya a la fiesta, a partir de aquí vendrán los conflictos con la llegada de Kyle, ya que tuvo un affaire con Mia que también está invitada a la fiesta. En esta parte nos hacemos participes de la fiesta de Sasha realizada en una azotea donde vemos como el ambiente va subiendo de temperatura en el momento que aparece el personaje de Kyle, sintiéndonos incómodos con la pelea mantenida entre su novia y el rifirrafe con Sasha. Un The Man from Earth con la mala leche de Lars Von Trier y la coherencia de los personajes de Antes de… Pero lo más importante son las auténticas declaraciones de amor de forma indirecta entre Sasha y Mia, descubriendo que ese amor era correspondido pero imposible de materializarse por no abrir sus sentimientos en el momento oportuno y perdiendo esa oportunidad hasta su encuentro en ‘La azotea’.
En la segunda parte a la que llamaré Noche de bodas cambiamos de lugar, no seguimos en aquella azotea sino que ahora nos encontramos en una casa situada en la playa donde vemos como Sasha se ha casado pero no con Mia, sino con Faye donde mantendrán su primera noche de sexo como marido y mujer pero no podrá ser ya que Faye cae rendida del sueño. Sasha bajará al piso de abajo escondiéndose de sus amigos que se encuentran en el salón principal. El salón será cambiado por la azotea donde repetirán algunos personajes como Kyle y Mia y nos encontraremos con otros nuevos todavía más intelectuales manteniendo conversaciones sobre los verdaderos objetivos del matrimonio. Esto es solo el macguffin de esta parte, lo que nos importa es la maduración de noviazgo entre Mia y Kyle, demostrando como el amor de Mia hacia Kyle ha desaparecido desde hace tiempo mostrando un gran aprecio amoroso hacia Sasha. La segunda parte no es tan fuerte y tan convincente como la primera, ya que lo importante se encuentra en los últimos 20 minutos pasando de un tema a otro.
Almost in Love trata el miedo que pueden generar los sentimientos para declarar el amor a la persona adecuada para llegar al matrimonio con la intención de crear una familia. Peca de ser algo ambiciosa teniendo la sensación de haberla visto antes incluso de esperar un punto de ebullición que hierve a altas temperaturas. Sin embargo, estamos ante una cinta curiosa que dará lugar a reflexionar o bien a no explicarte absolutamente nada.
