“El tiempo presente y el tiempo pasado / Están quizás en el futuro / Y el futuro en el pasado. / Si todo es un eterno presente / Todo tiempo es irredimible”. Así comienza el relato y aquí es donde Yaron Zilberman (prácticamente un debutante) basa su relato. La música clásica sirve y ha servido durante toda la historia del cine para contar historias. Algunas se utilizan para narrar la vida de alguno de los más grandes compositores, otras como esta, utilizan la música clásica como telón de fondo para contar algo más. La frase entrecomillada es un pasaje de la obra de T.S. Elliot, Cuatro Cuartetos, es citada por Walken, mientras un robusto Hoffman corre por el helado Central Park. Así Zilberman nos introduce de primeras en el centro de la escena y el hilo conductor de la trama, el tiempo.
