Un año más, y ya van diez, hemos podido disfrutar del Festival Internacional Beefeater In-Edit de cine documental musical de Barcelona. Un festival que sabe combinar documentales actuales (I am not a rock star, Barón rojo. Larga vida al Rock&Roll, Sunset strip o Quadrophenia: can you see the real me?) con piezas casi históricas (This is Spinal Täp, Gimme Shelter, Don’t look back) para esos nostálgicos que no las vieron en su día o quieren repetirlas en pantalla grande.
En esta presente edición se ha prestado especial atención al veterano director de documentales y videoclips Julien Temple, que con motivo del festival vino a impartir una master class en la Facultat de Comunicació de Blanquerna. Autor de varios documentales, en el festival se han podido disfrutar: Glastonbury (2006), Glastopia (2012), Joe Strummer: the future is unwritten (2007), London, the modern Babylon (2012), Oil City Confidential. The Dr. Feelgood story (2009), Paul Weller. Find the torch (2010), Requiem for detroit (2010) y The filth & the fury (2000).
Para terminar esta introducción, felicitar al festival por conseguir convocar 31.000 espectadores, por encima de los 30.792 del año pasado. Afortunadamente, es una propuesta que ha ido sumando año tras año, lo que demuestra que han encontrado un espacio importante que llena a mucha gente y enriquece la variada programación anual de la cartelera barcelonesa.
PREMIOS:
Premio de la competición internacional: Searching for Sugar Man.
Premio de la competición nacional: A film about kids and music. Sant Andreu Jazz Band.
Mención especial: Don’t follow me (I’m lost). A film about Booby Bare Jr.
Premio del público: pendiente de terminar la votación.
FESTIVAL:
THIS IS SPINAL TAP
Título original: This is Spinal Tap. Director: Rob Reiner. Guión: Rob Reiner, Harry Shearer, Michael McKean y Christopher Guest. Música: Varios. Fotografía: Peter Smokler. Reparto: Rob Reiner, Christopher Guest, Michael McKean, Tony Hendra, Harry Shearer, Bruno Kirby, Ed Begley Jr., David Kaff, Fran Drescher, Dana Carvey, Sandy Helberg, Zane Buzby, Billy Crystal, Anjelica Huston, Fred Willard, Paul Korda.
Una evidente mentira. De esta forma se podría resumir This is Spinal Tap, un falso documental que no deja dudas de su veracidad desde el minuto 1, cuando Rob Reiner se presenta a sí mismo como Marty DiBergi. Sin embargo, hay partes del relato que podrían ser un fiel reflejo de la realidad: los modales de las bandas de rock, como se enfrentan a su decadencia, su imagen… Reiner ha hecho un impecable trabajo a la hora de reflejar los vicios de una banda de rock. Es falso, sí, pero hay un considerable trabajo detrás que da mucha fuerza al relato.
Retrato muy humano y descarado de una banda de rock de éxito pretérito. Tiene un inicio muy potente, con situaciones muy subidas de tono, muy frescas. Sin embargo, llega un momento en el que da un pequeño bajón, probablemente porque el espectador ya se ha acostumbrado. Aún así, es muy regular y muy sólida. Fiel a sus personajes, en ningún momento abandona el camino y nos deja grandes e hilarantes momentos.
Casi 30 años le han sentado muy bien a una cinta que aún a día de hoy podría ser vigente. Hay que reconocerle el mérito a Rob Reiner que, a pesar de descubrirnos desde el primer minuto que eso es un falso documental, consigue sorprendernos a medida que pasa el metraje. Un gran ejercicio de estilo y una gran gamberrada que seguro no sentó nada bien a algunos de los grupos del momento. Si tenéis la posibilidad, ponedle el volumen al 11, es un poco más potente que el 10.
MARATÓN NOCTURNA
La noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, el festival organizó una maratón con 3 conciertos restaurados para la ocasión. Los elegidos en esta edición fueron el concierto de The doors en el Hollywood Bowl de 1968, el concierto de Queen en Budapest de 1986 y el concierto de 2011 en Japón de The Chemical Brothers. Y nada más entrar, la organización nos obsequió con unas castañas calentitas que sirvieron para pasar el rato mientras esperábamos a que empezara la maratón.
THE DOORS: LIVE AT THE HOLLYWOOD BOWL
Concierto sobrio y sencillo en un escenario casi vacío: sólo la banda y sus instrumentos. Sin juegos de luces ni fuegos artificiales, lo que contrasta con el siguiente concierto que se proyectó. Y de acuerdo con tanta austeridad, un repertorio más breve que se deja llevar por largos momentos de virtuosismo musical por parte de guitarra y teclado . En una eterna competición por ver quién alarga más las notas en clásicos como The end o Light my fire, Jim Morrison se reserva el honor de ser el invitado de lujo.
Carismático, juguetón y complaciente, Morrison regala grandes momentos a la audiencia interpretando con pasión sus temas, marcados por una fuerte crítica social. Es una actuación cuyo mensaje se ha desvirtuado con el paso del tiempo, pero ha quedado como un gran entretenimmiento al que se le pueden sacar muchas lecturas.
QUEEN: HUNGARIAN RHAPSODY
Vibrante concierto de Queen en Budapest en el año 1986 (mismo año que el concierto en Wembley). A lo largo de hora y media se aprecia un grupo que estaba en un gran estado de forma: fantásticos solos de Brian May, Freddie Mercury tan carismático y enérgico como nos tenía acostumbrados, y Roger Taylor y John Deacon no se quedan atrás en este derroche de energía.
Juegos de luces, pirotecnia y travesuras con el montaje convierten el concierto en un puro espectáculo visual. Divertido cuando, con Bohemian Rhapsody, el escenario está vacío, la música suena y los casi excesivos focos de colores del escenario se encienden siguiendo el ritmo. Todo culminado con una explosión de fuegos artificiales y la aparición del grupo de entre el humo. Evidentemente, esto no fue así, pero el juego le da una espectacularidad visual más que digna.
Entre el concierto, el realizador ha añadido breves cápsulas de como pasaron el día los integrantes de Queen: Freddie Mercury comprando arte para su casa, enfundado en un horrible y «discreto» chandal amarillo o calentando la voz sobre el escenario; Brian May volando en globo; Roger Taylor de karting y John Deacon paseando por las calles de Budapest.
THE CHEMICAL BROTHERS: DON’T THINK
Pido disculpas a los lectores, sobre todo si son fans del grupo, pero nunca he soportado a los The chemical brothers y me fui nada más terminar el concierto de Queen.
I AM NOT A ROCK STAR
Marika Bournaki es una joven niña prodigio con un gran talento por el piano. Este documental sigue a la chica desde los 12 años hasta los 20 para ver su evolución, a qué conclusiones llega y los sacrificios que tiene que hacer, como viajar a Nueva York 33 sábados al año para practicar en una de las mejores escuelas de música. Sin olvidarnos tampoco de los sacrificios que tienen que hacer sus padres hasta el punto de divorciarse por las tensiones generadas.
SUNSET STRIP
QUIERO TENER UNA FERRETERÍA EN ANDALUCÍA
Título original: Quiero tener una ferretería en Andalucía. Director: Carles Prats. Guión: Javier Navarrete, Antonio Jesús García, Carles Prats. Fotografía: Antonio Jesús García, Carla Söme, Javier Navarrete, María Prats, Sol Úbeda.
Una gran sorpresa del festival, más que un documental parece un anecdotario de las vivencias del ex cantante de The clash perdido por Andalucía. Recopilando varios testimonios y amigos de la época, nos acercan al Strummer más humano, el de la corta distancia.
Documental de bajo presupuesto, basa casi todo el metraje en entrevistas a varias personas que estuvieron en contacto con Joe Strummer. A pesar de la poca variedad de imágenes de recurso y a la monotoneidad de la estructura, han sabido encontrar un equilibrio vital que favorecen que el documental no sea pesado y sea una pieza a tener en cuenta, sobre todo si eres fan de The clash.
Por otra parte, si el documental se aguanta es gracias a las anécdotas, algunas más divertidas que otras, sobre los años de Strummer en Andalucía. Se le tiene que reconocer el mérito a Carles Prats que ha sabido encontrar las más jugosas para no desmotivar al público y justificar que sea una pieza tan estática.
Sin embargo, lo que parecería ser un documental para descifrar qué hacía Joe Strummer y por qué en Andalucía no se resuelve. Se queda todo en un completo anecdotario muy variado. No es una pega en sí mismo, pero sí que desconcierta un poco. La conclusión a la que se llega es que Strummer, huyendo de la fama, encontró Andalucía, le gustó, vio que nadie le trataba diferente y se quedó.
Para terminar, una frase que se comenta en el documental y que me pareció muy interesante: uno de los entrevistados (y amigo de Joe) comenta que en una de sus libretas leyó: «Tengo una chaqueta de motorista y voy andando a todas partes». Al preguntarle a Strummer el por qué de la frase, éste le respondió que era porque él tenía imagen de punkie, pero no se comportaba como tal. Saquen sus propias conclusiones.