Las brujas ancestralmente y desde ya el relato de Arthur Miller sobre la cacería en Salem, han sido perseguidas y señaladas. Con el paso del tiempo esa figura de hechicera ha ido mutando en un referente y un símbolo de la feminidad combativa y de fuerza y resistencia. Dando como resultado productos televisivos y cinematográficos que las retrataron como claros referentes con el que empoderar a diferentes generaciones. En 1996, justo antes de que el terror adolescente, y sobre todo el slasher, se reinventaran a sí mismos dando como resultado títulos tan incontestables como Scream, Vigila quién llama o Se lo que hicistéis el último verano, hubieron unas brujas adolescentes que lo cambiaron literalmente todo y que ahora 24 años después llega su tardía y destilada secuela.
Jóvenes y brujas (2020) que en el mercado extranjero se ha vendido con el subtítulo “The Legacy”, dejando claro que esto no es un remake sino una secuela o una película del mismo universo, ha sabido rescatar en parte la esencia de lo que hizo especial al film de Andrew Fleming y traerlo a la era millennial, sin que perdiera un ápice de encanto para con el producto original. Esta continuación a manos de Zoe Lister Jones funciona como reactualización del concepto de bruja y como retrato de la feminidad actual y sus consecuencias. Es cierto que en ningún momento abraza el terror como su predecesora, pero se las ingenia más o menos bien para construir un drama adolescente con toques de fantástico que recuerdan muy mucho a la popular serie de finales de los 90 creada por Constance M. Burge, Embrujadas.
Un reparto adolescente desconocido que funciona de forma sorprendentemente solvente y arropados por dos experimentados veteranos: Michelle Monaghan y David Duchovny en los roles de padres y una trama (que del mismo modo que lo hizo la anterior) aborda las consecuencias del despertar del deseo sexual en un sector más convencional que sus protagonistas, hacen que la película sea entretenida pero sobre todo y lo más importante: coherente con su propuesta. La representación inclusiva en el reparto y en sus arcos narrativos no es una imposición colada con calzador, es una consecuencia real y coherente del momento en el que esta película adolescente sobre brujas se ha hecho. Lo contrario hubiese sido desoír la voz de una generación, que al igual que nos pasó con los que crecimos con la original agradecimos sentirnos identificados con sus personajes.
Jóvenes y brujas no tiene la fuerza hechizante del film del 96, pero es igualmente entretenida, ligeramente refrescante y lo más importante, tiene personalidad y voz propia y aunque eso pueda resultar inferior en comparación con su predecesora, es de honrar que hayan querido hacer algo nuevo sin necesidad de emular a la otra, que hubiera sido lo fácil. De hecho, yo como fan de la original, creo que toda aquella generación que creció con las brujas encarnizadas en Robin Tunney, Fairuza Balk, Neve Campbell y Rachel True, sentirán que esta secuela les rinde respeto y que en ella encontrarán un elemento (al menos) que espero les haga vibrar tanto como me lo hizo a mí.
El principal problema que presenta esta secuela es que está pensada y ejecutada para el mercado televisivo (en el extranjero se estrena en la plataforma HBO MAX) pero teniendo eso por asumido, el resultado no está para nada ni tan mal y en el precario estado que está atravesando ahora nuestras carteleras, esta película debería ser más que bien recibida.
Título original: The Craft: Legacy Director: Zoe Lister Jones Guión: Zoe Lister Jones Música: Heather Christian Fotografía: Hillary Spera Reparto: Cailee Spaeny, Michelle Monaghan, David Duchovny, Gideon Adlon, Nicholas Galitzine, Lovie Simone, Charles Vandervaart, Donald MacLean Jr., Hannah Gordon, Zoey Luna, Julian Grey, Devin Cecchetto, Chris Tomassetti Distribuidora: Sony Pictures Fecha de estreno: 30/10/2020