A pie de calle puede que se conozca a Steven Spielberg por obras como Tiburón o la trilogía (sí, trilogía) de Indiana Jones, pero entre unas cosas y otras el director de Ohio se ha pateado media historia de Estados Unidos sin dejar de provocar taquillazos en la mayoría de ocasiones que aterriza en cartelera. Tres años después de explorar la Guerra de Secesión y la abolición de la esclavitud en Lincoln, Spielberg se aventura a uno de los pocos momentos que le quedaban por visitar de la historia de su país: la Guerra fría.
Nuestro protagonista es James Donovan (un buen Tom Hanks), un abogado metido en el mundo de las pólizas de seguros que se ve destinado a defender a Rudolf Abel (un carismático Mark Rylance), detenido bajo la acusación de ser un espía soviético en territorio estadounidense. Así arranca una historia que, lejos de centrarse en la defensa del acusado, se convierte en un juego de tira y afloja entre los representantes de las dos grandes potencias de cara a un intercambio de rehenes: Rudolf Abel por un piloto encarcelado por el ejército ruso, y viceversa.
El conjunto tenía aspecto de película seria y fiel de cara a retratar aquel delicado momento que se vivió no hace tanto tiempo, pero la mezcla entre un guión con la participación de los hermanos Coen y el propio Steven Spielberg, conocido por no ser particularmente fiel a la verdad si no conlleva cierta glorificación de Estados Unidos en general y sus ciudadanos en particular, hacía presagiar que El puente de los espías iba a tratarse más de un divertimento que de una representación. Y así ha sido: el conflicto y las tensas discusiones son aliñadas por un humor ligero, teniendo al personaje de Tom Hanks como la representación del héroe capaz de tomárselo todo muy en serio a la vez que no deja de soltar de vez en cuando algún chiste para aligerar la carga dramática, además de que Spielberg vuelve a hacer de las suyas representando a los soviéticos como demonios torturadores de soldados, al mismo tiempo que sitúa al prisionero Rudolf Abel bajo la apacible y comprensiva manta de los Estados Unidos de América, el mejor país del mundo mundial. Sí, ya.
A pesar de estas manías ideológicas, Steven Spielberg sigue siendo un gran director y consigue narrar la historia que aquí se nos cuenta de una manera notable, a pesar de lo desconcertante de algunos movimientos de cámara durante ciertas conversaciones. El empaque final no es malo, y el trabajo de Janusz Kaminski (habitual director de fotografía en muchas películas del realizador) es sobrio y efectivo, pero más allá de la corrección no encontramos nada que nos haga vibrar ante tal demostración de narrativa visual, como si ocurría con la escena de la cama y los flashes en Munich, una película con más de un punto en común con la que nos concierne. Que tenga tres o cuatro finales, todos con el habitual empalagamiento del director y el subrayado de Thomas Newman (sustituyendo, en todos los sentidos de la palabra, a John Williams), no ayuda a salir del cine especialmente entusiasmado.
Sin embargo, y a pesar de todos los graves problemas evidenciados a lo largo de sus dos horas y veinte, El puente de los espías es un buen thriller y un correcto drama histórico (más allá de las licencias y enfoques). Es una película que funciona, narrada con cierto pulso y con un guión dinámico que no da cabida al aburrimiento. Quien venga buscando una representación fidedigna y profunda de la Guerra fría seguramente salga decepcionado: es más un entretenimiento, una Guerra fresquita, un espectáculo dramatizado como ya lo fue la, en mi opinión, superior Lincoln. Se podría decir que El puente de los espías no se encuentra entre las grandes obras de Spielberg, ni de lejos, pero sí entre sus recomendables.
Ficha técnica:
Título original: Bridge of Spies Director: Steven Spielberg Guión: Matt Charman, Ethan Coen, Joel Coen Música: Thomas Newman Fotografía: Janusz Kaminski Reparto: Tom Hanks, Mark Rylance, Amy Ryan, Alan Alda, Scott Shepherd, Sebastian Koch,Billy Magnussen, Eve Hewson, Peter McRobbie Distribuidora: 20th Century Fox Fecha de estreno: 04/12/15