Festival de Sitges 2015 – Día 2 | La Cabecita

En esta segunda jornada del festival de cine fantástico y de terror, a primera hora de la mañana y con un café doble en el cuerpo hemos disfrutado de Le Tout Nouveau Testament, lo nuevo de Jaco Van Dormael. Después ha llegado el turno de la aclamadísima The Witch, película elegida para la Gala de Inauguración del festival. Ya por la tarde (y sin podernos sacar de la cabeza ésta última) nos hemos ido de Campamento de verano con la ópera prima tras las cámaras de Alberto Marini, y por la noche hemos reído y aplaudido la gamberra Tales Of Halloween.

Le Tout Nouveau Testament – Dios no es un santo

Le tout nouveau testament

Si en Las vidas posibles de Mr. Nobody el director belga Jaco Van Dormael narraba como podía cambiar la vida de alguien dependiendo de las decisiones que tomaba, en su nueva película se plantea entre otras cosas como puede afectar en la vida de las personas que éstas conozcan el momento exacto de su muerte.

Dios existe y vive en Bruselas, sin ser el santo que todos imaginamos dedica sus aburridos y monótonos días a fumar, ver los deportes en la televisión y mover los hilos de las vidas de los seres humanos a los que ha creado a su imagen y semejanza. Su hija Ea consciente del daño que hace a los humanos, y animada por su hermano JC, se revela filtrando a la humanidad el tiempo restante de vida que le queda a cada persona. Con la misión de escribir un Requetenuevo Testamento comienza la búsqueda de seis “apóstoles” que den forma a estos nuevos escritos con sus amargas experiencias. Como una especie de Amélie Poulain interferirá en sus vidas ayudándoles a encontrar esa felicidad tan necesaria para dar sentido a su día a día.

Ante tal original premisa y con el surrealismo al que Van Dormael nos tiene acostumbrados, Le Tout Nouveau Testament resulta una comedia (muy negra) que funciona bastante bien, pero que a ratos peca de repetitiva y pretenciosa.

En el momento en que la comedia y el humor dan paso al drama más trascendental es cuando la película pierde fuerza, y es una pena porque su primera mitad es fantástica, pero al abandonar la sala de cine el sabor de boca no es tan agradable como nos gustaría.

The Witch – Terror puro, asfixiante, elegante y sin artificios

The-Witch

Después de todo el entusiasmo causado por donde ha pasado, The Witch se presentaba como uno de los platos fuertes del festival. La ópera prima de Robert Eggers ganadora del premio al mejor director en el pasado Sundance (primera vez que lo consigue una película de género) nos sitúa en Nueva Inglaterra donde una familia hará todo lo posible por sobrevivir y hacer frente a la maligna presencia de una bruja.

Con una ambientación siniestra y tremendamente hipnótica, como en su día consiguió Lars Von Trier en su incomprendida obra maestra Anticristo (con la que The Witch comparte muchos puntos en común), el bosque junto al que se encuentra asentada la familia funciona como un personaje más donde se sucederán algunas de las escenas más perturbadoras vistas hasta ahora en la actual edición del festival.

Con un desarrollo lento la película consigue sin que el espectador sea consciente atraparle poco a poco, para cuando quiera darse cuenta no pueda escapar de ella, como si de un embrujo se tratase. Llegados al punto en el que los jóvenes Thomasin (interpretada magistralmente por una jovencísima Anya Taylor-Joy) y Caleb penetran en el bosque la cinta adquiere un ritmo insano y aterrador que conduce a un clímax final que seguro protagonizará las pesadillas de más de uno (entre los que me incluyo).

Fanatismo religioso, terror puro y el desmoronamiento de una familia se dan la mano en la que sin duda es una de las películas más importantes del festival.

Summer Camp – Campamento sangriento

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Alberto Marini se estrena tras las cámaras con una nueva vuelta de tuerca al género de infectados hambrientos de carne humana. Producida entre otros por Jaume Balagueró, todo un experto en esto del cine de terror, Summer Camp hará las delicias de aquellos que busquen puro entretenimiento sin más pretensiones.

La película no tiene trampa ni cartón, da lo que se espera de ella, e incluso innova en la forma en la que se presenta la infección, sacando el máximo partido al hecho de que transcurrido unos minutos los infectados se curan de forma espontánea, convirtiéndose el verdugo de nuevo en víctima.

Con un trío protagonista más que correcto (un placer volver a ver en un papel principal a la fantástica Jocelin Donahue, la scream queen de esa joya dirigida por Ti West, La Casa Del Diablo) y alguna que otra escena deliciosamente sangrienta, donde realmente destaca y triunfa la película es en su humor tan negro y autoparódico, con alguna que otra escena tan bien resuelta y desternillante capaz de arrancar aplausos y carcajadas en toda la platea del Auditori.

A los campamentos uno va a divertirse, ¿no?. Con Summer Camp no iba a ser menos.

Tales Of Halloween – ¿Truco o trato?

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Las sagas de V/H/S o The ABCs of Death han puesto de moda en el terror esto de las antologías (películas con varios segmentos o cortos cada uno dirigido por un director con cierto renombre en el género) carne de cañón de sesiones golfas en festivales o de noches de cine en casa con los amigos y unas cervezas. Como en su día también hizo la notable Truco o Trato, en Tales Of Halloween (como bien podemos deducir por su título) es la noche de las brujas la que servirá como hilo conductor de 10 segmentos muy locos, gamberros, exagerados y sangrientos.

Darren Lynn Bousman, Neil Marshal o Lucky McKee entre otros son los encargados de dar vida a una película tremendamente entrañable y ochentena, que sin duda enamorará a aquellos que crecimos leyendo y viendo Pesadillas de R.L. Stine.

El principal problema de todas las antologías reside en que siempre hay algún que otro segmento que no está a la altura del resto, pero en el caso de Tales Of Halloween solo hay uno que flojea (ese de la bruja, un what the fuck en toda regla), siendo el resto 9 grandes y divertidísimas historias que consiguieron que a un servidor le doliesen las manos y la cara de tanto aplaudir y reir. Bravo.