Hace un año y medio que falleció uno de los más grandes exponentes de la Nouvelle Vague francesa, Alain Resnais. Recordado por obras como Hiroshima, mon amour o El año pasado en Marienbad, no dejó de hacer cine en ningún momento de su vida, desde su niñez hasta su senectud. Naturalmente, la energía que imprimía a su cine en sus años de plenitud no es la misma que tienen sus últimas películas: atrevidas comedias o dramas ligeros que siempre llevan el sello de un realizador irrepetible pero que en cierto modo ahora más que nunca se entienden como los últimos retazos de una vida dedicada al cine.
No se le puede tachar a Resnais de inmovilista, eso está claro. Hasta en su última película, la narración y la forma toman riesgos y buscan nuevos caminos, más o menos acertados, para narrar una historia típica a más no poder y basada en la obra Alan Ayckbourn, en la que un grupo de amigos intentará ayudar a otro cuando descubren que tiene una enfermedad terminal. A partir de entonces la trama deriva en una comedia de enredos y aseveraciones sobre la vejez y la vida cuyo mayor interés puede radicar en la forma más que en los propios personajes o lo que nos cuentan.
Rodada como si de escenarios de teatro se tratase (ningún decorado real), Resnais logra dibujar toda la trama en tres o cuatro localizaciones y aun así dotarla de agilidad y sobretodo, mucho encanto. Amar, beber y cantar es un buen ejemplo del gran talento de Resnais; no está al alcance de todo el mundo salir airoso de un relato así, tan simple y teatral que quizá cualquier otro tipo de adaptación habría supuesto un sonoro fracaso al no poder funcionar o incluso ser coherente consigo misma.
Pero en esta virtud también se encuentran los defectos de la película. Unidos a la simpleza del relato (aunque hay que reconocer que engancha) está la limitación intrínseca de la película al estar dirigida de una forma tan “teatral”. Y esta “limitación” visual puede ser un gran hándicap para muchos espectadores, sobre todo si no entran en la película y se sumergen en la historia.
Resnais busca lo pequeño y lo cotidiano más que lo grande, que ya lo halló en su época más importante. Su última película no es un testamento fílmico pero si es una suma de sus virtudes, moldeadas y pulidas, que dan lugar a una pequeña y encantadora película que precisamente por esto no acaba siendo nada más. Resnais se fue con una historia sobre el amor y la vejez; en cierto modo quizá ésta sea la mejor forma de irse de este mundo: amando, riendo y cantando.
Ficha técnica:
Título original: Aimer, boire et chanter Director: Alain Resnais Guion: Alex Réval, Laurent Herbiet, Jean-Marie Besset Fotografía: Dominique Bouilleret Reparto: Sabine Azéma, André Dussollier, Michel Vuillermoz, Hippolyte Girardot, Sandrine Kiberlain, Caroline Silhol Distribuidora: Good Films Fecha de estreno: 21/08/2015