El aclamado compositor James Horner ha fallecido a los 61 años al estrenarse su avioneta privada a 96 kilómetros del norte de la Ciudad de Santa Bárbara (California) según ha dado a conocer su asistente personal Sylvia Patrycja a través de Facebook donde dejó el siguiente mensaje: «Hemos perdido a una persona maravillosa, con un corazón enorme y un talento increíble. Murió haciendo lo que amaba. Gracias por todo su apoyo».
Horner empezó a tocar el piano a los cinco años y pronto se trasladó a Londres donde estudió en el Royal College of Music, tras esto acabó sus estudios en Green Valley High School donde se licenció en música. Tras varios trabajos puntuales a finales de los 70 y comienzo de los 80 en el American Film Institute inició su carrera en la industria cinematográfica. Su primer trabajo en el cine fue en la La dama de rojo de Lewis Teague, pero fue en 1982 con la banda sonora de Star Trek II: La ira de Khan cuando su nombre empezó a sonar con fuerza en la industria. Ya en esta década consiguió sus primeras nominaciones al Oscar por la canción y banda sonora de Fievel y el Nuevo Mundo y tres años después por la de Campo de sueños.
Horner recibió otras seis nominaciones por sus composiciones para Braveheart, Apollo 13, Una mente maravillosa, Casa de arena y niebla y Avatar, pero sus dos únicos galardones llegaron por la obra maestra Titanic, por la que consiguió el premio a Mejor banda sonora, y también el de Mejor canción por la composición de My heart will go on, que interpretada por Céline Dion se ha acabado convirtiendo en una de las más icónicas canciones de la historia del cine.
Sus últimos trabajos fueron The Amazing Spider-man, El último lobo, y las próximas Southpaw de Antoine Fuqua que llegará a los cines este mismo verano y The 33, el drama sobre los mineros chilenos protagonizado por Antonio Banderas.
Con la muerte de Horner se va uno de los compositores más representativos en la industria cinematográfica de los últimos años.