Está claro que el tema de la adolescencia está muy pero que muy manido dentro del mundo del cine. A lo largo de los años se nos han contado innumerables historia del fin de la adolescencia o de la infancia para dar paso a una etapa más madura, la de los adultos. The Kings of Summer bien podría ser una de esas películas tan cansinas y repetidas hasta la saciedad que solo nos muestra el camino de un adolescente (o de un grupo de ellos) que están hartos de ser niños y quieren ser mayores, pero lo cierto es que la película de Jordan Vogt-Roberts es bastante más fresca de lo que podría parecer en un principio.
The Kings of Summer nos cuenta la historia de Joe, Patrick y Biaggio, tres adolescentes que deciden irse de casa y construir una cabaña en mitad del bosque donde poder vivir en paz y ser independientes. Esta bonita cinta indie, bien dirigida por el debutante Jordan Vogt-Roberts y protagonizada por los jóvenes Nick Robinson, Gabriel Basso y Moisés Arias, constituye un agradable encuentro con la adolescencia y la naturaleza de la mano de tres adolescentes cuya prioridad en la vida es vivir su propia vida lejos de sus familias.
El film podría considerarse deudor de esas obras ochenteras que tenían la adolescencia y el fin de la misma como tema central. Hablamos de películas como El club de los cinco, Los Goonies o Cuenta conmigo. Es imposible no acordarse aunque sea fugazmente de películas como estas, especialmente la de Rob Reiner. Es por ello que The Kings of Summer es una película con cierto toque añejo y nostálgico de aquel cine de adolescentes adultos que querían vivir su propia vida. No obstante, es cierto que la película de Vogt-Roberts choca un poco al estar filmada en nuestros días. ¿Acaso todavía hay jóvenes cuya máxima prioridad es marcharse de sus casas para vivir de manera salvaje en mitad de un bosque? Cuesta un poco creer que los adolescentes de hoy en día estén dispuestos a ello, pero The Kings of Summer da buena cuenta de que esas aspiraciones que se antojan tan arcaicas no son tan lejanas como parece.
Esa obsesión con romper con lo establecido, de largarse e intentar vivir aventuras es totalmente real. Todos hemos sido adolescentes y hemos podido experimentar algún tipo de sensación como la que hace que Joe y Patrick abandonen a sus familias para irse a vivir al bosque. Es esa necesidad de acelerar la llegada de la vida adulta la que hace cometer a los jóvenes infinidad de locuras, tales como construir una cabaña en un bosque. El intentar ser o parecer mayor a toda costa y dejar atrás la vida de infante, una necesidad que parece que perseguirá al ser humano de por vida.
Es en esa cabaña, en ese pequeño refugio que ellos mismos han levantado, donde Joe, Patrick y Biaggio son lo que verdaderamente quieren ser. Es su vía de escape, medio de ser felices. El problema es que se creen lo suficientemente mayores como para cazar y pescar su propia comida, pero su manera de pasarlo mejor es jugando y cantando, porque al fin y al cabo y aunque ellos no quieran verlo, siguen siendo unos niños. Es sorprendente como de adolescentes muchos vemos la edad adulta como un verdadero sueño, el ser mayor es tan importante cuando tienes 15 años que solo piensas en llegar a esa madurez tan subjetiva que nos parece jauja. En cambio, una vez que somos adultos y echamos la vista atrás nos acordamos de aquellos años donde solo queríamos ser mayores, y daríamos cualquier cosa por rebobinar nuestra vida y pasar un día más en la vida de ese adolescente sin preocupaciones reales. Quizás este pensamiento no esté tan claramente formulado en The Kings of Summer, pero está más que impregnado en la película. La moraleja de esta pequeña fábula cinematográfica podría ser que se tiene toda la vida para ser mayor, pero la juventud dura muy poco y hay que disfrutarla lo máximo posible.
A The Kings of Summer le falta algo de chispa, eso es cierto. No es una película que venga a contar nada nuevo, ya decimos que podría ser deudora de esas películas juveniles de los 80. En cambio, la cinta de Jordan Vogt-Roberts es un bonito y amigable retrato de esa adolescencia moribunda que dará pie al nacimiento de la edad adulta. The Kings of Summer es un agradable un paseo por la nostalgia de ser un niño de nuevo, de volver a disfrutar de la naturaleza entre amigos sin que importe nada más en el mundo. Sin ser una gran película, lo cierto es que el sabor de boca que deja The Kings of Summer es bastante bueno y agradable. La amable película sobre estos tres jóvenes y su cabaña es un caramelo que puede que no llene del todo, pero deja más que satisfecho.