Hay cosas que a veces ocurren en el cine sin demasiada explicación, un gran ejemplo es sin duda todo lo que se hinchó la primera parte de Resacón en Las Vegas, llegando, incluso, a ganar el Globo de Oro, calificada por algunos, incluso, como un clásico moderno (atrevida barrabasada de una generación de neófitos que sienten la imperiosa necesidad de añadir ciertas coletillas a cualquier película). Para nada Resacón en Las Vegas era una mala película, una comedia tan divertida y agradable como olvidable. Es más, el punto de partida, en el que unos amigos tras una juerga tremenda, han olvidado todo lo que ha sucedido en una noche de puro caos y no les queda otra que reconstruirlo porque uno de sus amigos ha desaparecido, me sonaba extrañamente familiar. Si lo que hubiera desaparecido fuera un coche en vez de unos amigos, ¿no estaríamos hablando de otra película? Resacón en Las Vegas, nacía con la clara influencia de Colega, ¿dónde está mi coche?, pero al contrario que ésta, que desplegaba un humor absurdo y tan pasado de rosca, que era imposible no verla sin morir de la risa, lo de Resacón era todo mucho más sencillito y predecible, y aunque tenía cierta frescura, nada en ella era tan memorable como para recordarla, y eso se vio más claro en una segunda parte que era incapaz de entregar un solo chiste brillante o un momento de lucidez. Un refrito de la primera entrega, partiendo del mismo patrón, y cambiando solamente el telón de fondo, y dónde las escasas risas que aparecían llegaban por simple inercia, y no porque la película se esforzara en ningún momento de entregar algún momento memorable.
Para esta tercera entrega, al menos han evitado volver a repetir el patrón de las dos primeras entregas, lo que habría resultado excesivamente descarado, pero aún así es insuficiente, todo suena tan rancio, tan repetitivo, y tan manido que es imposible despertar, ya no la risa, si no la simpatía del espectador. Tras la muerte del padre de Alan (un insoportable Zach Galifianakis), que además lleva meses sin tomarse las medicinas, los chicos le harán una intervención para llevarle a un centro de recuperación. Pero en el camino serán abordados por un mafioso (un John Goodman que podría haber sido lo único que salvase la película de no estar tan desaprovechado), al que Chang (De nuevo, Ken Jeong, repitiendo hasta la saciedad el papel de desequilibrado que ya chirría, y que visto lo visto en Community, parece que es lo único que sabe hacer) le robó unos lingotes de oro. Los chicos se verán forzados a cogerle y entregarle al mafioso si quieren salvar a su amigo, Doug. Una travesía que les llevará de Tijuana a, de nuevo, Las Vegas.
Lo peor que le puede pasar a una comedia, no es ya el hecho de no hacer gracia, si no que los bostezos sean mucho más frecuentes que las carcajadas. Y es que R3sacón es una película terriblemente aburrida, no hay un mínimo factor de sorpresa, no hay nada que te espabile en la película para llamar tu atención, no hay ni un sólo momento en el que de verdad el chiste te resulte tan inesperado y gracioso que te lleve a la carcajada. Si en la segunda había risas que llegaban por simple inercia, aquí no pasan de provocar una pequeña sonrisa en momentos puntuales, y realmente, sólo llegó a resultarme divertido el gag que aparece después de los créditos, y ya no es que fuera tarde para eso, era tardísimo. Una travesía que resulta soporífera, aunque le agradezco que al contrario que muchas comedias actuales, no se exceda en la duración. Sus personajes me empiezan a resultar odiosos, el excesivo protagonismo de Galifianakis, atolondra al espectador, más aún cuando sus dos compinches, poniendo la parte equilibrada aunque ida de manos, como hacían en las dos primeras entregas, acaban pareciendo tan desquiciados como él.
El resultado es posible que al final no acabe gustando a nadie, porque aunque su premisa trate de buscar el homenaje a toda costa, rescatando personajes y situaciones que nos sean familiares, buscando en Tijuana el acercamiento a Bangkok, en Las Vegas a Las Vegas de la primera entrega (algo que al menos podrían haber tratado de cambiar, por un Coney Island que aunque resulte menos espectacular, no olería tan repetitivo), pierde por completo la esencia. Olvídense del humor soez y escatológico de las dos primeras, porque aquí se cambia por el chiste más simplón, por la imperiosa necesidad de hacer que la siguiente situación sea aún más burra que la anterior, y por un montón de chistes y gracietas, ya vistas, que provocan verdadera vergüenza ajena (lo del personaje de Melissa McCarthy es sencillamente demencial). A resumidas cuentas y sin dar muchas vueltas, R3sacón es una película mala, sin nada dónde rascar, una comedia que no es divertida, una película de entretenimiento que es aburrida, un chiste rancio y que nace ya pasado de moda. Esperemos no tener que soportar más resacas, porque esto se parece más a la borrachera del amigo que se duerme por las esquinas que a un pedo antológico.
Título Original: The Hangover Part III Director: Todd Phillips Guión: Todd Phillips, Craig Mazin Fotografía: Lawrence Sher Interpretes: Bradley Cooper, Ed Helms, Zach Galifianakis, Justin Bartha, John Goodman, Ken Jeong, Heather Graham, Jeffrey Tambor, Gillian Vigman, Sasha Barrese, Jamie Chung Distribuidora: Warner Fecha de Estreno: 31/05/2013