Tras apenas tres años después de adaptar una obra de teatro como The Whale y conseguir el Oscar para Brendan Fraser, Darren Aronofsky regresa dando otro inesperado giro artístico en su carrera, adaptando la novela Bala perdida de Charlie Huston, un autor contemporáneo especializado en la novela negra. Para ello nos propone un viaje al pasado, hasta el Nueva York de 1998, momento álgido de la conocida como Generación X. Con la que demuestra que nunca es tarde para renovarse así mismo, aunque eso pase por filmar una película en la que conceptual y artísticamente cueste reconocerlo.
Como si se tratase de un ejercicio de encargo estilístico en la línea de Danny Boyle o incluso Guy Ritchie, Aronofsky regresa con su película de gangsters ortodoxos y mafias callejeras con sucios malotes al frente haciendo la vida imposible al chico guapo, solo porque en el momento menos adecuado, él pasaba por allí. Con algunas influencias de directores que fueron relevantes en otra vida como Kevin Smith, Darren Aronofsky nos traslada a los apartamentos sucios y callejones del Nueva York más icónico de los 90, para conocer la historia de Hank Thompson (un guapísimo Austin Butler) en la piel de un ex-fenómeno del béisbol en el instituto que ya no puede seguir jugando, pero a pesar de ello, en todo lo demás le va bien. Excepto por un pequeño problema con el alcohol, pero aún así, tiene una novia estupenda (Zoë Kravitz), es camarero en un antro en Nueva York y su equipo favorito está sorprendentemente luchando por el campeonato. Pero todo cambia y se vuelve mucho más excitante y peligroso cuando su vecino punki Russ (Matt Smith) le pide que cuide de su gato durante unos días, Hank se encuentra atrapado en medio de un variopinto grupo de gángsters amenazantes. Todos quieren algo de él; el problema es que él no sabe por qué.
De este modo y casi por casualidad su vida pasa de 0 a 100 de la noche a la mañana y se ve envuelto en una persecución a vida o muerte sin tener un respiro y sin ninguna aparente explicación, sí bueno, excepto por una misteriosa llave que encuentra escondida entre las cacas del arenero de su gato. Una llave que puede ser la explicación de todo lo malo que le está pasando, pero hasta que descubra cómo usarla en su favor y para qué sirve, aún pueden pasarle unas cuantas cosas muy malas, porque después de todo ¿a quién le va a importar la vida de un fracasado como él en medio de una sociedad que va tan deprisa? por mucho que ese fracasado tenga el encanto y la cara de un Austin Butler que nunca ha estado tan escandalosamente guapo en una película. Recurso que el avispado de Aronofsky explota y retrata con un atinado ahínco que es de agradecer.
Bala perdida contiene la esencia de la comedia negra de bandas callejeras tan característica de la novela original y de aquella década en la que las historias de ajustes y cuentas pendientes con la mafia hicieron de ello un estilo de vida y sobre todo una personalidad para la sociedad heteronormativa masculina de la generación X. Un film que encaja con la corriente artística retratada no solo el cine de Kevin Smith o Ritchie, sino también el Trainspotting de Danny Boyle que funcionaron como radiografía de una época y una sociedad sumida en el nihilismo y en la frustración post capitalismo. En ese sentido Bala perdida es menos intensa y más refrescante, pues a pesar de que Hank sea un perdedor con todas las letras, es un tío que vive la vida feliz, sin exigirle nada y que simplemente hace lo que tiene que hacer para sobrevivir molestando lo menos posible a los demás. Austin Butler demuestra de nuevo por qué es el actor más interesante y fascinante de su generación, llenando cada plano de la película con una personalidad arrolladora y una perfecta cara maravillosamente bien retratada por el genio de la fotografía y habitual colaborador de Aronofsky, el nominado al Oscar Matthew Libatique.
Bala perdida es una entretenida y carismática aventura callejera que aunque pueda parecer como una película menor dentro de la filmografía de Aronofsky, es un ejercicio de entretenimiento con mucha personalidad y muy poco pretensión, algo inusual en la carrera del director de Cisne negro y Madre! que aquí resulta más relajado e incluso por momentos, disfrutable. Una película para todos aquellos nostálgicos del cine del mejor cine de gangsters callejeros de los 90 y de una estética conocida como grunge, ya algo perdida, que parece haber encontrado en Austin Butler una especie de reencarnación de Kurt Cobain pasado por ducha y peluquería.
Título original: Caught Stealing Director: Darren Aronofsky Guión: Charlie Huston Fotografía: Matthew Libatique Música: Rob Simonsen Reparto: Austin Butler, Zoe Kravitz, Regina King, Matt Smith, Liev Schreiber, Vincent D’Onofrio, Griffin Dunne, Bad Bunny, Carol Kane Distribuidora: Sony Pictures Fecha de estreno: 10/10/2025