Villa Touma – La casa del terror | La Cabecita

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Casa en silencio y penumbra. Fotos antiguas, ruidosos péndulos de reloj, velas, cuatro mujeres –tres tías, una sobrina- que cierran las puertas de sus cuartos al terminar su cena, invariablemente a las ocho. El té a las cinco, al desayuno no se baja en pijama. Siempre al fondo ladra un perro.

Porque “las chicas respetables no tocan el tambor” la joven sobrina (interpretada con contención y medida sonrisa por Maria Zreik) debe aprender a tocar el piano, y a hablar francés, y también a caminar como la señorita de buena familia en la que debe convertirse para mayor fortuna de su decrépito linaje. Todo sea por conseguir un buen esposo para ella, al modo en que se hacían las cosas en los tiempos ya remotos que se han quedado anquilosados en Villa Touma, esa cueva de telarañas donde los espejos se tapan con sábanas porque tienen la mala costumbre de mostrar, y al mostrar no tienen piedad ni hacen distinciones, y enseñan también deformidades, vicios y hasta calladas tragedias.

De tragedias habla esta tensa película dirigida por Suha Arraf, y tal vez de pocas otras cosas puede hablar una película que no tiene nacionalidad, una obra desgarrada y desterrada que, sin ser explícitamente política, no puede verse (o se ve solo a medias) desoyendo el ruido de los helicópteros sobre Ramala, las prolongadas consecuencias de la Guerra de los Seis Días, la cerrazón de las hostilidades religiosas y de clase, la emigración de buena parte de la aristocracia palestina hacia Estados Unidos… las heridas supurantes de una barbarie que sigue asolando y desolando. Si tal es el contexto –implícito, pero candente- cómo podría la casa que es Villa Touma no convertirse en una madriguera para estas mujeres de otro tiempo. Cómo decirles a estas tres hermanas que olviden el pasado –el personal, el familiar y el de su tierra-, cómo convencerlas para que abran las ventanas y suban la música, cómo invitarlas con persuasión a que abandonen sus roles sociales de opereta y hagan jirones de sus desfasadas ropas.

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La joven sobrina Badia llega a la casa con ese intento, sin ella querer transmitirlo, a pura fuerza de pertenecer a otra época, con el sencillo furor que otorga tener más tiempo por delante que por detrás, con la tal vez imprudente pero sana inconsciencia de quien no conoce aún la tragedia. Y es entonces cuando sale música de las grietas de las paredes, y se improvisa un baile, y el piano que era obligación se convierte en oportuna devoción, y hasta parece que entra más luz en la casa, y la tía más severa deja de coser para improvisar un canturreo, y el candado de la puerta comienza a ser una oportunidad para abrir y no tanto un eficaz modo de cerrar. Por un momento, el perro ya no ladra a lo lejos, sino que come tranquilo bien cerca. Por un momento.

Las secuencias son cortas en Villa Touma, y están escritas y rodadas con bisturí, sin apenas transiciones, con premeditada sequedad, con el hielo casi siempre sin romper, dejando asomar  tanto fuego que es puro incendio interior lo que subyace en descontrol poco halagüeño y cada vez más negro. No hay más música en la película que aquella que toca o reproduce la joven Badia. No puede haberla.

El cine de terror tiene un insospechado subgénero en estas historias de Bernarda Alba, en estas colmenas, en estos ángeles exterminadores, en estos microcosmos cerrados y viciados que funcionan como alegorías de una realidad exterior a la que cuesta mantenerle la mirada sin que se erice la piel, se descomponga la figura o se encolerice el ánimo. Pero da igual girar la cabeza y mirar para otro lado, y menos cuando ese lado es mera losa cubierta de polvo. De nada sirve hacer de la casa una sacristía, o enjaularse a cocinar pasteles, o pautar todas y cada una de las acciones y normas como si hubiera que seguir viviendo el eterno mismo día perdido de ayer, como si eso que pasa más allá del candado de la puerta no fueras también tú misma evitando mirarte al espejo. A veces el terror no tiene ninguna necesidad de llamar a tu puerta para anegarlo todo.

Dan las cinco. ¿Apetece un té?

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Ficha técnica:

Título original: Villa Touma Director: Suha Arraf Guion: Suha Arraf Música: Boaz Schory Fotografía: Yaron Scharf Reparto: Nisreen Faour, Ula Tabari, Cherien Dabis, Maria Zreik, Nicholas Jacob, Hussein Yassin Mahajne, Evelyn Kaplun, Eli Rezik, Doraid Liddawi, Diana Zreik Distribuidora: Piramide Films Fecha de estreno: 23/10/2015