Los Andersson en Grecia recuerda inevitablemente a ese típico episodio de Los Simpsons, en el que la familia se va de vacaciones a algún país exótico y se lía de todas las formas posibles. Sin embargo, hay que matizar: tiene exactamente la misma gracia que cualquiera de los episodios de las últimas temporadas de la familia amarilla, es decir, poca o ninguna.
Como iba diciendo, Los Andersson en Grecia es la típica comedia familiar en la que el padre de familia es el hazme-reír y la decepción constante del resto de la misma. Para cambiar esta triste idea que su familia tiene de él, decide un día llevársela de vacaciones a Grecia, pagando el viaje de su bolsillo, mientras que su esposa e hijos creen que van gracias a un viaje de empresa con todos los gastos pagados.
Hay que reconocerlo, no es la premisa más original del mundo. Hemos visto esta idea mil y una veces desarrollada de otras mil y una formas, pero hay que decirlo, también nos hemos reído muchas de esas veces. En otras palabras, no es una gran idea pero tampoco tiene necesariamente porqué ser una mala idea, siempre que esta sea expuesta y desarrollada de forma ingeniosa y con chispa, de forma que la comedia funcione. Y aquí es donde reside el problema de la película, o al menos el más gordo de ellos: No tiene gracia.
El humor de la película se basa una serie de gags que siguen un patrón común: los distintos miembros de la familia envueltos en diversas situaciones comprometidas o haciendo chistes que no hacen gracia a nadie. Esto último me hizo especial gracia, aunque en sentido figurado. Me explico: no es que los chistes que hacen no hagan gracia a los espectadores, sino que cuando los personajes hacen los chistes delante de otra gente, nadie se ríe, produciendo más vergüenza ajena que otra cosa. Esto me hace preguntarme, qué llevó a la guionista a pensar que esos mismos chistes harían gracia al espectador. Yo personalmente no lo entiendo.
Además, la mayoría de las bromas y chistes son demasiado infantiles, repitiendo muchos gags relacionados con golpes y caídas que en su mayoría resultan muy forzados con el contexto en que tienen lugar. Lo infantil de su humor me lleva a comentar el tono de la película, el cual es en su mayor parte igualmente infantil e inofensivo, salpicado con un par de tramas más adultas (las crisis matrimoniales de las parejas protagonistas) para llegar a un espectro de público más amplio. Sin embargo, teniendo en cuenta la forma tan ridícula que tiene la película de tratar dichas tramas, podrían habérselas ahorrado perfectamente.
La trama que mejor funciona (y en realidad la única) es la del chico protagonista, que gracias a su carisma y a lo entrañable de sus pretensiones, llega a alcanzar algún que otro momento inspirado con cierta gracia. Sin embargo, conforme avanza la trama lo entrañable se convierte en ñoño y previsible, al igual que todo el conjunto conforme llega el final.
En definitiva, Los Andersson en Grecia es un quiero y no puedo, en el que prácticamente todo carece de interés y de gracia, al menos para un público mínimamente exigente. Por tanto, queda una comedia familiar que podrá ser disfrutada por dos clases de público: El estrictamente infantil, y el público adulto que sepa lo que va a ver, es decir, dejando el cerebro en casa.
Ficha técnica:
Título original: Sune i Grekland – All Inclusive Director: Hannes Holm Guión: Hannes Holm Música: Adam Nordén Reparto: William Ringström, Morgan Alling, Anja Lundkvist, Hanna Elffors Elfström, Julius Jimenez Hugoson, Feline Andersson Distribuidora: Paycom Multimedia Fecha de estreno: 25/07/2014