Emperador – Oportunidad perdida | La Cabecita

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9 de Agosto de 1945. Estados Unidos lanza sobre Nagasaki su segunda bomba atómica. Fallecieron cerca de 80.000 personas por el impacto directo. Hirohito, el emperador de Japón, considerado un dios viviente por los habitantes de Japón autorizó notificar a los aliados que Japón aceptaría los términos de la rendición con una sola condición: que no se comprometiera la integridad de Hirohito como gobernante soberano. Los aliados aceptaron esos términos e Hirohito grabó el 14 de Agosto su anuncio de capitulación, que fue retransmitido a toda la nación el día siguiente. Era la primera vez que los japoneses oían la voz de su emperador. Hirohito dijo a sus súbditos que el Japón se había comprometido a deponer las armas ante Estados Unidos, Gran Bretaña, China y la URSS.:

«Conseguir la paz y el bienestar de los súbditos japoneses y disfrutar de la mutua prosperidad y felicidad con todas las naciones ha sido la solemne obligación que me legaron, como modelo a seguir, los antepasados imperiales y de la cual no he pretendido apartarme, llevándola siempre presente en mi corazón.  Por consiguiente, aunque en un principio se declarase la guerra a los dos países de EE.UU. y Gran Bretaña, la verdadera razón fue el sincero deseo de asegurar la autoconservación del Imperio y la seguridad de Asia Oriental, no siendo en ningún caso mi intención, el interferir en la soberanía de otras naciones ni la invasión expansiva de otros territorios.»

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La rendición se hizo oficial el 2 de septiembre de 1945 a bordo del USS Missouri y estuvo presidida por el General McArthur, Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas, el cual posteriormente fue designado como supervisor de la ocupación de Japón. Y es aquí donde empieza Emperador, con un avión que desciende en un Japón diezmado por los bombardeos y las bombas atómicas y saliendo de ese avión el propio McArthur (Tommy Lee Jones) con su característica pipa de maíz. Su misión: restaurar el orden en Japón y prepararlo para las elecciones democráticas. Aunque el principal problema es que hacer con el emperador Hirohito  (Takatarô Kataoka): ¿Juzgarlo por crímenes de guerra o mantenerle en el cargo como soberano intocable?

MacArthur asigna al general Bonner Fellers (Matthew Fox) que averigue si Hirohito era de alguna manera responsable de los  crímenes de guerra que se llevaron a cabo y si fue él quien ordenó el ataque devastador sobre Pearl Harbor. Las escenas en las que Fellers hace su investigación y recoge la evidencia de los supervivientes y de los oficiales militares japoneses se encuentran entre los momentos más fascinantes de la película. Pero resulta que Fellers tiene un motivo personal para ir a Japón: Quiere buscar a su amor perdido hace mucho tiempo Aya Shimada (Eriko Hatsune), una profesora japonesa a la que conoció y se enamoró  años antes. Hay escenas retrospectivas en las que vemos cómo empezó su relación donde también se muestran  las diferencias culturales entre ella y los Estados Unidos. Al mismo tiempo, la subtrama romántica en realidad ralentiza toda la película  de manera espectacular haciéndola aburrida. Y es que si la película se centrara más en las investigaciones sobre las implicaciones del emperador, habría sido mucho mejor. Y no solo el problema es que esa subtrama entre Bonner y Ayar carece de interés, es también una historia vista un gran número de veces, hasta en los flashbacks, de sus tiempos felices, de su separación y tampoco siendo esas situaciones y personajes nada en especial. En parte recuerda a ciertos aspectos del cine clásico donde se ahondaba en una trama romántica dentro de una historia de corte más dramático para a veces hacerla más llevadera. Pero en este caso es bastante fallido porque la historia principal con Hirohito y McArthur es sumamente más interesante.

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Además se desperdicia a Tommy Lee Jones. Cada vez que sale en pantalla roba la cámara ya que está casi perfecto como el general McArthur dándole un adecuado sentido del humor y un carisma particular. A veces parece más un personaje secundario y también lo parece Hirohito. Es curioso todo esto dado el título de la película y que de primeras pareciera ser que la película se iba a centrar exclusivamente en esos momentos decisivos en Japón tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Lo que si luce Emperador es una excelente fotografía y diseño de producción. Desde un punto de vista técnico no hay que reprocharle nada, recreando un logrado ambiente postguerra. Lo que en parte consigue transmitir el director Peter Webber es que Estados Unidos buscaba claramente la identidad del hombre que ordenó el ataque a Pearl Harbor, culpa que cayó finalmente en Tojo y fue condenado a muerte por aquello, además de observar ciertos aspectos de la desolación abrumadora que reinaba en Japón después de la guerra. Pero son elementos que sabiendo bien todos esos acontecimientos se siente que como desperdiciados por no centrar la trama en lo que importa. Y es que Emperador podría haber sido una película más relevante en los aspectos de la ocupación de Japón, de las responsabilidades de Hirohito, del proceso democrático del país, de la importante figura de McArthur en todo ese proceso pero se queda finalmente en una oportunidad perdida.

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Ficha técnica:

Título original: Emperor Director: Peter Webber Guión: David Klass, Vera Blasi Música: Alex Heffes Fotografía: Stuart Dryburgh Reparto: Matthew Fox, Tommy Lee Jones, Kaori Momoi, Eriko Hatsune, Aaron Jackson, Toshiyuki Nishida, Takatarô Kataoka, Masatô Ibu, William Wallace, Nic Sampson, Isao Natsuyagi, Gareth Ruck, Masatoshi Nakamura, Shôhei Hino Distribuidora: A Contracorriente Fecha de estreno: 07/03/2014