Maria Schrader consigue con esta biografía de Stefan Zweig superar los males que suelen acontecer a los biopics. Su estoica manera de disponer la cámara al servicio de un constante fuera de campo, donde lo relevante sucede fuera del metraje, donde solo se observan las mellas de la vida, de los tiempos, del contexto y de las decisiones tomadas, es una sabia decisión. No se nos aprisiona en ese desfile de momentos clave desperdigados en décadas de vida, sino que se nos coloca en un concreto espacio temporal donde a partir de los movimientos de los personajes, las correctas elipsis y las expresiones de los intérpretes nosotros, los espectadores, creamos una visión en nuestra mente sobre quién era Stefan Zweig, cuáles eran sus miedos, qué lo llevó a tomar las decisiones que tomó en su vida y cómo afectaba a este gran y recordado escritor el sufrimiento no solo de su nación y de su pueblo, sino de sus amigos y su pasado.
No podemos obviar, igualmente, que ciertas formas estéticas que propone Schrader son algo inútiles o innecesarias. Hay encuadres o movimientos de cámara que no acaban de cuadrar en la propuesta de la directora, haciendo a la película menor en sus pretensiones de lo que podría ser. No obstante, eso no elimina la virtud con la que la película se dispone, en apariencia, con frialdad para requerir de nuestro esfuerzo en romper esas capas de hierro que los personajes se ponen encima para aguantar los golpes de la historia. No se equivoca Schrader en el punto de vista, quizá sí falla, en ocasiones, con la ejecución. A pesar de poseer interesantes y bien situados puntos de elipsis, la cámara, la fotografía y los encuadres son aspectos que en ocasiones tambalean, no sabiendo muy bien cuál es su correcto papel en el desarrollo de una obra cinematográfica.
Tratándose de un biopic, sabemos que la historia que se aborda se puede encontrar fácilmente en Wikipedia o cualquier otra página de internet o enciclopedia, por eso, a la hora de tratar estos temas, lo interesante es que se genere un estado anímico en el espectador que permita sumergirse de forma menos teórica y más emocional en lo narrado. Y este viene a ser uno de los grandes problemas que sufre este “género”. A la hora de intentar aplicar esa vertiente, la película acaba rebalsándose a sí misma de emociones, sentimientos y temperamentos que conducen a hipérboles irritantes, las cuales a su vez, pueden acabar por desviar el propio principio básico de una película biográfica, es decir, narrar a través de la ficción una realidad. Por esto, remarcar las habilidades de Stefan Zweig: Adios a Europa no es rebajar el listón del género, ni siquiera es tampoco atrapar a este tipo de obras en una manera de contar. Alguno dirá que aplaudir este biopic significa retener a todos los filmes de este tipo en una frialdad casi teórica que no se desvíe de la realidad. Pero el cine, como muchas cosas en esta vida, no es algo fácil y sencillo, y es aquí donde surge la complejidad de una obra como ésta. Transmitir sentimientos, sumir al espectador en el contexto, tanto general como individual, sin despegar los pies de la tierra ni de la historia.
Por eso esta obra austríaca nos permite acercarnos a una figura compleja y reconocida sumida en una realidad insólita y dramática sin caer en el pozo de aquellos filmes que retuercen la narrativa hasta hacerlas entrar en una dinámica que insulta en lugar de complacer. En la obra de Schrader hay respeto por el cine, por Zweig y por el espectador, quizá demasiado en ocasiones, se podrá decir, pero es mejor pecar de exceso que de carencia en estos casos. Más allá de ciertas decisiones técnicas que podrían haber elevado al filme y haberle dado el espíritu de trascendencia que parece buscar en momentos, no quedándose lejos de éste, la vida de Stefan Zweig representada en esta película no sufre en ningún momento de ciertas maneras que tiene gran parte del cine de apropiarse de una realidad y conducirla a dictámenes éticos que nada tienen que ver con el núcleo de lo narrado.
Título original: Stefan Zweig: Farewell to Europe Director: Maria Schrader Guión: Maria Schrader, Jan Schomburg Música: Tobias Wagner Fotografía: Wolfgang Thaler Reparto: Tómas Lemarquis, Barbara Sukowa, Nicolau Breyner, Charly Hübner, Lenn Kudrjawizki, Ivan Shvedoff, Josef Hader, Harvey Friedman, Nahuel Pérez Biscayart, André Szymanski Distribuidora: Caramel Films Fecha de estreno: 21/04/2017