Festival de Cine Francés 2014 – Días 1 y 2 | La Cabecita

Este fin de semana estamos viviendo en Madrid la I edición del Festival del Cine Francés, evento que pretende introducir en nuestro país la cultura de ampliar miras y acoger aquellos títulos que nos llegan desde tierras galas. No es tarea sencilla esta, pues España es un país donde el cine americano ostenta una posición privilegiada: en 2013, un 83% de la taquilla española fue recaudada por películas estadounidenses; los datos revelan que en Europa sólo el Reino Unido ofrece un porcentaje más elevado en esta estadística, algo por otra parte natural, puesto que británicos y estadounidenses hablan el mismo idioma. Para desanclar esta predominancia yankee tan arraigada va a hacer falta un mayor esfuerzo que este festival, ya sea en beneficio del cine francés o cualquier otro.

Ahora bien, no se puede discutir que la organización de un evento de estas características sólo invita al optimismo: primero, porque el principal beneficiado es el público español, que tendrá la posibilidad de acercarse a películas a las que difícilmente hubiera prestado atención de otro modo; segundo, porque un eventual éxito de las obras exhibidas en el Festival pueden beneficiarse del boca a boca para avivar la taquilla, oxigenando a exhibidores y distribuidoras; tercero, porque Madrid, una ciudad con un inmenso poder social y que aglutina cerca del 80% de la producción española, lleva años pidiendo a gritos la celebración de un gran festival de cine; y cuarto, porque la celebración natural de futuras ediciones de este Festival podría ayudar a la taquilla española a liberarse del yugo del cine americano.

El Festival está organizado por UniFrance, un organismo público encargado de la promoción del cine francés en el extranjero. La organización del Festival es muy positiva: consiste en la exhibición de siete películas a las que tendrán acceso tanto la prensa como el público. Después del visionado de cada filme, sube al estrado el director –acompañado en algunos casos por el actor o la actriz protagonista-, para iniciar un coloquio en el que todos los espectadores pueden interactuar. De este modo, el espectador puede disfrutar de primera mano conocer a los creadores de la película que acabe de ver. Se percibe un trabajo encomiable para poder traer a todos los cineastas, aunque el valor que aporta el sacrificio es mayor que el peaje. Ello se debe al gran poder de actuación que tiene UniFrance en el país vecino, en la que es una buena representación de la comunión existente allí entre política y cine, algo impensable a medio plazo en España. Resalto un apunte que destacaba ayer viernes Laurent Cantet, director de Regreso a Ítaca: “En Francia los políticos, ya fueran de derechas o de izquierdas, siempre han respetado el apoyo al cine”. También cabe señalar que el presidente de UniFrance se llevó la ovación del personal cuando calificó de “grave error” la elevada tasa impositiva del 21% que se carga sobre las entradas de cine en España.

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El pasado jueves abrió el Festival la cinta francesa del año, al menos en lo que a taquilla se refiere: Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? Ha recaudado ochenta y seis millones de euros en Francia tras atraer a los cines a más de doce millones de espectadores; también en su exportación a Alemania cosechó un tremendo éxito comercial, con una recaudación de treinta millones de dólares. Para poner en perspectiva, Lucy, el filme de ciencia ficción de Luc Besson, ostenta la segunda plaza con cerca de treinta y tres millones de euros, muy por debajo de las cifras recaudatorias de Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?. La película se sustenta en gags relativos al racismo, un tema candente en Francia. En ella, un hombre deberá asumir que sus cuatro hijas se casen con un judío, un árabe, un chino y un negro, respectivamente. “Yo no soy racista, sólo quiero que se casen con un francés católico”.

Me explicaba una amiga residente en París que el éxito masivo de la película en Francia se debía principalmente a los graves problemas de racismo que sufren allí, de modo que una obra que parodiaba esos enfrentamientos fácilmente sería recibida con los brazos abiertos. Este problema en España no es tal, o no hasta este extremo al menos, por lo que el filme no contará con esa baza entre nuestro público. Aunque no creo que fuera por esta razón, a un servidor la película no le hizo ninguna gracia. El cine era una cascada de carcajadas, aunque me temo que estas se concentraban más en la zona ocupada por el público francófono.

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Ayer viernes, el nivel fue netamente superior al mostrado en el día del estreno. Se trataba de una sesión doble, como la que tendremos también el sábado y el domingo, y esta consistía en la exhibición de Regreso a Ítaca y 3 corazones. La primera, dirigida por Laurent Cantet (Recursos humanos, La clase), es una gran belleza que merece ser cuidada; ya sólo por ella vale la pena el festival entero. El guión nació como una idea para el cortometraje que Cantet debía firmar para 7 días en la Habana. Sin embargo, sus creadores decidieron que ahí había mucho que contar como para limitarlo a un cortometraje, por lo que decidieron posponer ese proyecto y escribieron un guion distinto para el corto de 7 días en la Habana.

La película está ambientada en Cuba y supone un proyecto muy valiente para un cineasta que apenas domina el castellano. Cantet se apoyó en el novelista y periodista Leonardo Padura para escribir juntos el guion. Regreso a Ítaca narra la historia de un reencuentro: Amadeo vuelve a Cuba tras dieciséis años en España, y se reunirá con los cuatro amigos de su juventud. Entre los cinco se destaparán las risas, las añoranzas, los rencores y las afecciones. A través de las palabras, todos irán descubriendo secretos de los demás, y a medida que avance la noche las diferencias irán minando la confianza en los demás, irán socavando esa amistad que quedó marchita y frágil tras dieciséis largos años a la sombra.

El guion es una maravilla. Con palabras y no con hechos vemos la evolución de los personajes. Incluso las conversaciones en apariencia más banales tienen un fin, pues todo está dispuesto en un arrítmico orden. Ello es acorde con el sentir de los personajes, tan voluntariosos en recuperar la amistad olvidada como conscientes de que esta ya quedó muy deteriorada: una flor muere si nadie se preocupa de regar la planta.

tournage "3 cœurs"

3 corazones se presenta como un correcto melodrama romántico que supera las expectativas que tenía sobre ella, que tampoco eran muy elevadas, pero que se queda lejos de sus aspiraciones. La historia es fallida por culpa de ese epiléptico guion, que nos muestra a personajes poco consecuentes consigo mismos y que se sirve de coincidencias inverosímiles para desarrollar la trama; esa dirección que nos encorseta hasta cinco escenas de sexo de dos o tres segundos que no aportan absolutamente nada; ese desacompasado montaje que nos ofrece inexplicables saltos temporales; y esas desafinadas actuaciones, pues ni siquiera la excelente Catherine Deneuve logra brillar aquí.

Tras dos días de Festival, las impresiones son muy positivas, especialmente desde el punto de vista estructural y organizativo. Madrid está hambrienta de un gran festival de cine, y a falta de que este llegue, debemos contentarnos con los de cine francés, alemán, argentino, etc. Por otra parte, cabe destacar el hambre emprendedora de iniciar un festival, tarea siempre complicada, y que los españoles seguiremos disfrutando con gusto. ¡Seguiremos informando, lectores!