En 2001 la primera entrega de la saga A todo gas llegó a los cines lista para hacer lo que se esperaba de ella: taquilla. Acción pura y dura que estimula a cualquiera. Aún así nunca han sido películas buenas, simplemente entretenidas y dentro de ese registro bastante aceptables. Desde la primera hemos tenido que sufrir secuelas espantosas, y si no fuera por los coches y la presencia de Paul Walker no habrían ido a ninguna parte. A todo gas: Tokyo Race nos lo confirmó, la peor de las estrenadas hasta la fecha. Y finalmente la cuarta se ideó como aperitivo de la quinta ya que alzó un poco el listón.
Esta vez Diesel no estuvo solo, ni tampoco Walker, se buscaron otro peso pesado (nunca mejor dicho) del cine de acción, Dwayne “The Rock” Johnson. Su personaje hacía prever un choque de pura testosterona. Llegó Elsa Pataky y algunas ilusiones se desvanecieron pero algo de confianza debíamos tener. Y sorprendentemente, he de decir que A todo gas 5 me gustó bastante.
Esta vez la acción transcurre en Río de Janiero, adonde Brian O’Conner (Paul Walker) y su chica Mia Toretto (Jordana Brewster) se han visto obligados a huir tras sacar a Dom Toretto (Vin Diesel) de la cárcel. Si ansían la libertad deberán hacer un trabajo más, se enfrentan así al hombre más importante de Río que rebosa corrupción a cada paso. Pero no les dejarán dar el golpe sin más…
Vin Diesel repite en la producción de la película tras los “buenos” resultados de la cuarta entrega y lo hace francamente bien. Esta vez A todo gas 5 no solo basa su calidad en las escenas de acción con coches sino también con las persecuciones a pie por las favelas, los trenes en marcha o el cuerpo a cuerpo. Todas las escenas están muy bien planteadas para no apartar al espectador de la pantalla. El reparto no cambia su registro, se mantiene el humor de Tyrese Gibson y la escasa gesticulación de Vin Diesel y no podemos reprochar nada porque estábamos avisados. La película transcurre adecuadamente, con los destellos de inverosimilitud que el cine de acción nos aporta y alucina y la claridad de su objetivo.
Creo que esta vez se fue un poco más lejos, se sigue yendo a por la taquilla pero de una manera diferente, ahora también importa el espectáculo y, aunque alguno no lo crea, The Fast and Furious 5 consigue cada uno de sus propósitos. Un pasatiempo lleno de coches, golpes, robos, humor, mucha acción y ¡danza kuduro! Sí, lo conseguiste Vin Diesel.