El nombre del director británico Steve McQueen suele ser sinónimo de evento del año para los más cinéfilos, sobre todo para los más exigentes después de ver películas como Hunger, Shame y la académica 12 años de esclavitud, que consiguió el Oscar de Mejor película en 2014 de forma clamorosa consiguiendo un gran éxito de crítica y público.
Ahora, McQueen no solo nos presenta uno, sino cinco proyectos de su antología Small Axe, que cuenta todos los rasgos y vivencias de la comunidad negra de Londres entre los años 60 y 80 compuesta por cinco títulos como Mangrove, Rojo, blanco y azul, Alex Wheatle, Educación y Lovers Rock. Que serán emitidas los jueves en Movistar+ desde el 7 de enero empezando por Mangrove y también estarán disponibles en su plataforma digital.
El texto que vamos a tratar hoy va a ser de Lovers Rock, una película de solamente 70 minutos donde cuenta la típica historia de chico conoce a chica y viceversa en el que ambos asistirán a una fiesta privada donde ambos vivirán una noche mágica que nunca olvidarán jamás. Una noche donde las demás preocupaciones del mundo como el racismo no existen, solamente música al ritmo de la noche.
El argumento parece bastante simple, pero McQueen no quiere que nos basemos las típicas relaciones de pareja o en las películas pastelosas de adolescentes. Sino que nos quedemos embobados por la magía de la música reggae, sobre todo con Silly Games de Janet Kay cantada al unísono por el resto del reparto y que vuelven a corearla una y otra y otra vez. Tan pesada que finalmente te acabas uniéndote a ellos para formar parte de la fiesta. Una fiesta que no tiene nada que envidiar a Climax de Gaspar Noé pero con un toque elegante y sobrio expresándose al final de Lovers Rock esa oda a la música, «Para todos los amantes y rockeros».
No solo tiene cabida en el música, sino también en la crítica social signo de la casa del director británico como el racismo, ya sea de una manera brusca como recatada, y otros tabúes tan series como la homesexualidad y la violación. En tan poco tiempo podemos ver un microcosmos lleno de matices en la que representarnos cuando íbamos a aquellas fiestas de instituto o de universidad.
Sin embargo, para este servidor 70 minutos le parecen pocos a pesar de maravillarse por la música, las diferentes relaciones de los personajes, la composición de los colores, la simbología (en el metraje se pueden observar varias cruces) o el montaje minucioso que tiene que es digno de Óscar. Es posible que sea un error mío, o bien, que le intentaba buscar más a nivel narrativo en ese efímero romance para compararla con Breve encuentro o Antes del amanecer en lugar de ser un mero invitado más de esa fiesta que se divierte bebiendo, hablando y bailando.
Small Axe: Lovers Rock es una cinta que te puede gustar por el hecho de mirar o no si estás intentado buscar algo más que música. Solamente puedo decir que es una de las obras más hipnóticas de Steve McQueen, siendo la más personal de toda su carrera.