Todo saldrá bien es, sin duda, el título más engañoso que he visto nunca. Que esta película se llame así es casi una broma de mal gusto; prácticamente nada sale bien en ella. Pretende ser un trabajo en el que los diálogos sean los que soporten el peso de la construcción, pero estos son en su mayoría tan banales que apenas aportan nada. La realización desde el punto de vista técnico está muy bien, los planos son preciosos y se nota que están muy estudiados. Son perfectos de encuadre y luz, y captan maravillosamente la belleza de los paisajes en los que se desarrolla la película. Sin embargo, son tan largos que su efecto queda totalmente diluido y lo que era precioso, se torna exasperante.
La película empieza de forma muy prometedora con una primera escena fantástica. Inicialmente crea de golpe una gran tensión que es rápidamente disipada, pero cuyo poso da lugar a otro momento de tensión más progresiva que termina culminando en una situación con mucha fuerza emocional. Es una lástima que este brillante comienzo acabe siendo un mero espejismo, como si se tratase de un oasis rodeado de un desierto de aridez. Desde aquí hasta el final el largometraje es, cuanto menos, soporífero. El final también sobresale por encima del resto de la película en emotividad y tensión. Sin embargo, la impresión que da es que esto solo se debe a que “el tuerto es el rey del país de los ciegos”, ya que lo difícil hubiera sido que el final no destacase al lado de un desarrollo tan plano.
Los personajes tampoco son nada del otro mundo. Están construidos y son hasta cierto punto profundos, pero también son raros e incomprensibles, lo que no favorece en absoluto que el espectador se meta dentro de la historia. Utiliza algunas caras conocidas en el reparto y la siempre seductora participación de Wim Wenders –en esta ocasión en la dirección- para atraer al público. Sin embargo solo Sara (Rachel McAdams) y Mina (Lilah Fitzgerald y Julia Sarah Stone) se consolidan como anclas a las que el público puede agarrarse. Son las escasas apariciones de esta última las que aportan los toques de humor a la película convirtiéndose en soplos de aire fresco necesarios para soportar el tedio reinante en todo el largometraje.
Así, la suma de unos diálogos pobres, unos planos excesivamente largos y personajes poco atractivos solo puede dar como resultado una película muy pesada. Mucho más apta para los “posturetas” amantes del cine poco comercial que para los cinéfilos habituales; y aún mucho más para los espectadores ocasionales. Es cierto que al principio promete mucho, pero tras las casi dos horas que dura el largometraje lo único que queda es una pequeña sensación de traición. A priori (antes de entrar a la sala) cuenta con ingredientes suficientes para obtener un buen resultado; y esa impresión queda reforzada con una primera escena genial. Sin embargo toda esa imagen que resulta al principio de tensión, emotividad y agitación se desvanece a lo largo de la película y se convierte en una única realidad: un soberano aburrimiento.
Ficha técnica:
Título original: Everything Will Be Fine Director: Wim Wenders Guión: Bjørn Olaf Johannessen Música: Alexandre Desplat Fotografía: Benoît Debie Reparto: James Franco, Rachel McAdams, Charlotte Gainsbourg, Marie-Josée Croze, Julia Sarah Stone, Patrick Bauchau, Robert Naylor, Lilah Fitzgerald, Jack Fulton Distribuidora: Avalon DisFecha de estreno: 24/07/2015