En el antiguo Kodak Theatre, ahora conocido como Dolby Theatre, tuvo lugar el pasado 24 de febrero la gran fiesta del cine mundial: los Oscar. Billy Crystal no dejó el listón muy alto el año pasado, aunque sin duda superó en entretenimiento a la ceremonia que condujeron Anne Hathaway y James Franco, pero sin duda Seth MacFarlane ha superado todas las expectativas que había sobre él. Los Oscar siempre son una noche muy especial para todos los cinéfilos, para los que viven en ese lado del Atlántico y para aquellos que tenemos que trasnochar (y mucho) para verlos en directo desde el otro lado del charco, pero es algo que sin lugar a dudas hacemos con mucho gusto. Por la atmósfera de nerviosismo, por la intriga del quién ganará en esta u otra categoría, por descubrir si aciertas tus predicciones, por las sorpresas y por el momento histórico que se está a punto de vivir, por eso y por mucho más estos premios son una cita única e imperdible para todos los aficionados al cine.
A medianoche (hora española) dio comienzo la noche del cine más importante con la Alfombra Roja. Una de las primeras en pisarla fue Jessica Chastain, que lució un espectacular Armani Privé que despertó halagos en todos los medios. Sin duda fue uno de los grandes aciertos de la noche, y aunque la actriz no se levantó para lucirlo y ganar (esto último más importante, claro está) el Oscar por su actuación en La noche más oscura (Zero Dark Thirty) sin duda su buen gusto para vestir será recordado por todos. Acto seguido otras celebridades como Kerry Washington (Django desencadenado), Chaning Tatum y su embarazadísima Jenna Dewan-Tatum, Amanda Seyfried con un vestido de Alexander McQueen, apostando por el lila y un escote cuanto menos, peculiar, y Quvenzhané Wallis con su bolso de perrito (del que no se separó en ningún momento, por si acaso), hicieron acto de presencia por la alfombra.
Otro de los momentos claves de la Red Carpet de este año fue la llegada de la bellísima Jennifer Lawrence, una mujer que aunque ya se lucía hace años por las alfombras no ha sido hasta ahora, gracias a su papel en El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook), cuando ha empezado a levantar pasiones a nivel mundial. Para La Cabecita ella fue la mejor vestida de la noche, porque lució su Dior con escote palabra de honor como nadie. Personalidades como Naomi Watts, Joseph Gordon-Levitt y Bradley Cooper (y las zapatillas de su madre) también dieron de qué hablar en los primeros compases de la noche. Pero sin duda fue Charlize Theron, con su cambio de look radical como consecuencia del rodaje de la precuela de Mad Max, la que consiguió que más de uno suspirase, porque esta mujer, haga lo que haga, siempre está guapísima (también de Dior, blanco). De Hugh Jackman prefiero no opinar porque si no esto sería interminable. George Clooney y su nueva novia no crearon tanta controversia este año pero negar que Clooney sigue igual de atractivo que hace diez años sería un tremendo error. Una de las últimas en llegar fue Anne Hathaway, pero también fue el momento más polémico de la Alfombra, porque aunque la actriz de Los Miserables iba espectacular con su Prada lo cierto es que la parte delantera del vestido no gustó demasiado (@HathawayNipple). Daniel Day-Lewis, que ha mejorado físicamente con los años de una manera abrumadora, llegó con su mujer cuando apenas quedaban diez minutos para que la ceremonia diera comienzo, y la tensión ya se mascaba. Entre todos ellos aparecieron grandes estrellas como Emmanuelle Riva, Amy Adams (otra de las bellezas de la noche), Steven Spielberg, Quentin Tarantino, Meryl Streep, Denzel Washington, Michael Haneke o Helena Bonham Carter y Tim Burton, que permanecieron fieles a su particular estilo.
Sobre la Alfombra Roja ya estaba todo dicho. Este año los tonos claros y los brazos al aire se impusieron y los actores y actrices no se mojaron demasiado. Toda la atención se dirigía entonces hacia el comienzo de la gala.
Seth MacFarlane se presentó encima del escenario entre aplausos, con sonrisas entre el público y algún que otro actor que se mostraba temeroso por ser el blanco de sus bromas. El primero en caer fue Tommy Lee Jones, cuya seriedad ya se ha convertido en algo habitual en las ceremonias y que Seth fue capaz de romper con una simple frase. «No puedo creer que esté aquí, hay millones de personas viendo esto. No tiene sentido. Estoy presentando los Oscars. Es un honor al que todo el mundo dice no». Así comenzó el creador de Padre de familia el show, quien justo después dijo que la gala sería un homenaje a las musicales. Con la presentación habitual de las películas más importantes del año MacFarlane no dudó en lanzar la primera «broma» sobre el olvido de no nominar a Affleck como Mejor director. «La operación (de Argo) fue tan secreta que el director de la película es desconocido para la Academia». Affleck, por primera vez en la noche (y no fueron muchas, sonrió, y el público también. De momento MacFarlane lo estaba haciendo bien. Daniel Day-Lewis también se llevó lo suyo, «¿te quedas dentro del personaje todo el rato? Si te encontrabas con Don Cheadle, ¿intentabas liberarle?», le dijo con cierta timidez. Cuando el presentador se refirió a Django desencadenado tampoco faltaron las bromas en las que se veía involucrado Mel Gibson (lo de todos los años, vaya). Y Seth continuó: «Me ha dicho en backstage que ganase o perdiese era un honor que Meryl Streep no fuese nominada», refiriéndose a Jennifer Lawrence, a la que sacó los colores con tal afirmación.
Fue entonces cuando William Shatner, desde la Enterprise apareció para avisar a MacFarlane de que al día siguiente todos los periódicos anunciarían que había sido el peor presentador de la historia de los Oscar. En ese momento todo se animó y la gala se adentró en el camino que seguiría a lo largo de la noche. MacFarlane hizo gala de sus dotes musicales y encantó a todo el mundo con su picante canción «We saw your boobs». «Naomi Watts, vimos tus tetas en Mulholland Drive» y su cara fue todo un poema (como la de Charlize Theron cuando el presentador se refirió a su papel en Monster), y así una retahíla de nombres que no queríamos que terminase nunca, aunque la peor parada fue Kate Winslet: «Vimos tus tetas en Criaturas celestiales, Hamlet, Titanic, Iris, The Reader y… En todo lo que vemos ahora». Sin duda este fue uno de los momentos más arriesgados de la noche pero a Seth le salió de lujo. Humor negro del que sólo él sabe hacer.
Ahí no quedo todo porque el comienzo de la ceremonia fue puro espectáculo y diversión. El capitán Kirk continuó con su intento de salvar a Seth de ser el peor presentador de la historia. Así fue como Charlize Theron y Channing Tatum salieron a bailar mientras MacFarlane se salía cantando una canción. Uno de los momentos más divertidos de la noche llegó con la parodia de Flight, recreada con calcetines. Situación que suavizó con otra actuación musical (con baile incluido) en la que le acompañó Joseph Gordon-Levitt y Daniel Radcliffe. Pero el MacFarlane rebelde volvió a salir cuando junto con Sally Field nos regaló uno de los momentos más extraños pero hilarantes de la noche. Y con la última actuación light por parte de Seth daba comienzo la entrega de premios.
Octavia Spencer fue la encargada de dar el primer galardón de la noche. Así, el Mejor actor de reparto del año, una de las categorías más complicadas de toda la noche, fue Christoph Waltz, quien en tan sólo cuatro años ha conseguido dos Oscars, y ambos por un papel en una película de Quentin Tarantino en las que interpretaba a un personaje bastante similar. Merecido lo tiene, porque reconozco que sin él no hubiera disfrutado ni la mitad de Django desencadenado. En su discurso Waltz se acordó de todos los que estaban nominados con él pero su mayor agradecimiento fue para Tarantino, al que le debe absolutamente todo: «Todo (el equipo) participamos en el viaje de un héroe: Tarantino. Tú escalaste la montaña porque no tenías miedo de ella, domaste al dragón porque no tenías miedo de él». Paul Rudd y Melissa McCarthy anunciaron los ganadores al Mejor corto de animación, que sin sorpresas, fue para Paperman, y a la Mejor película de animación, que para mi decepción, fue para Brave (Indomable), un galardón que considero que en absoluto se debería haber llevado la cinta de Pixar, ya que en esta categoría había mucha calidad entre las aspirantes (como ¡Rompe Ralph!, la más completa en mi opinión).
Cuando Reese Witherspoon presentó Los Miserables, Life of Pi y Bestias del Sur Salvaje, Seth MacFarlane aprovechó para hacer unas bromitas con la joven Wallis y su edad: «Me ha dicho en backstage que espera no perder contra la mujer mayor: Jennifer Lawrence«. Y siguió: «para que os hagáis una idea de lo joven que es (Quvenzhané, 9 años), es 16 años pequeña para Clooney», un chiste que afortunadamente George se tomó con mucho humor.
El reparto masculino de Los Vengadores hizo acto de presencia justo después y no sin meterse con la «avanzada» edad de Samuel L. Jackson presentaron el premio a Mejor fotografía, que fue para Claudio Miranda por Life of Pi. El Oscar a los Mejores efectos visuales también fue para la película de Ang Lee. La cinta del año en el apartado técnico sin lugar a dudas. Fue mientras hablaban los galardones cuando descubrimos que para advertir a los ganadores de que fueran acabando su discurso esta vez la Academia tenía una preparada: la banda sonora de Tiburón. Y aún así la gala se alargó muchísimo, y no precisamente por los agradecimientos.
Jennifer Aniston y Channing Tatum anunciaron el ganador del único premio que podía ir a español: Paco Delgado por el vestuario de Los Miserables. Pero no hubo suerte porque el Oscar se lo llevó Anna Karenina. Lo que sí se llevó Los Miserables fue el Oscar al Mejor maquillaje y peluquería.
Tras siete premios entregados llegaba el turno del homenaje a James Bond, que además celebró su 50º aniversario el año pasado. Halle Berry, una de las chicas Bond más recordadas de la historia salió para introducir un vídeo que repasaba la historia de este Agente que tanto espectáculo ha dado al mundo cine. Para seguir celebrando el cumpleaños de la saga Bond Shirley Bassey irrumpió en el escenario para cantar el tema principal de Goldfinger, una maravilla que me erizó el vello y que levantó al público del Dolby Theatre. Sin duda uno de los momentos de la noche para una voz de 76 años que sigue más viva que nunca.
Jamie Foxx y Kerry Washington fueron los encargados de anunciar los cortos ganadores del año, no sin antes apuntar que todos ellos fueron enviados en DVD a todos los académicos. El Mejor corto de ficción fue para Curfew y el de Mejor corto documental para Inocente. Y siguiendo con el hilo documental, Ben Affleck apareció en escena para entregar el galardón a Mejor documental, no sin mostrar cierta indiferencia (seguramente por ese patinazo en Mejor director que es imposible olvidar) que fue directo, y sin ninguna discusión, para Searching for Sugar Man.
A la vuelta de publicidad MacFarlane volvió a soltar una de las suyas: «Ya estamos de vuelta. Es domingo, todos están bien vestidos. Esto es como la Iglesia, solo que aquí hay más gente rezando». Acto seguido Jennifer Garner y Jessica Chastain fueron las encargadas de entregar uno de los premios más cantados de la velada pero también uno de los más merecidos: el de Mejor película de habla no inglesa. Fue entonces cuando Michael Haneke subió al escenario para recoger el Oscar por Amour, agradeciendo en su discurso el trabajo de los productores y actores, y mostrando mucho amor hacia su mujer.
En una noche en la que se rinde homenaje a los musicales no podía faltar John Travolta. El actor dio paso a una serie de interpretaciones, entre ellas la de Catherine Zeta-Jones, quien realizó una espectacular actuación para regocijo de los fans de Chicago. Jennifer Hudson, que ganó el Oscar a Mejor actriz secundaria en 2006 por su actuación en Dreamgirls, apareció justo después para deleitar al público con su tremendísima voz (que se lo digan a Jack Nicholson, que con su suspiro lo dijo todo). La joven cantante levantó a los asistentes del Dolby Theatre en el que fue uno de los momentos más vibrantes de la noche. Aunque lo mejor aún estaba por llegar. Todos sabíamos que el reparto de Los Miserables iba a actuar, pero pocos imaginamos que sería de una forma tan increíble. El primero en pisar el escenario fue Jackman, quien (cómo no) interpretó Suddenly, la única canción escrita expresamente para la cinta de Tom Hooper, la cual además fue nominada al premio a Mejor canción. Anne Hathaway, Amanda Seyfried, Eddie Redmayne y Samantha Barks fueron los siguientes en aparecer, y su actuación de One Day More fue sencillamente perfecta. Si bien, no fue hasta la aparición de Russell Crowe cuando el público comenzó a aplaudir, tímidamente al principio y con más brío con la aparición de Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen. Con todo el reparto y un brillante coro el cast al completo consiguió emocionar a una servidora, que vivió con ese momento uno de los más emocionante de la noche. Una actuación que sin duda pasará a la historia de los Oscar. Público en pie para aplaudir durante más de un minuto a unos actores que se merecían todo.
Estas actuaciones musicales marcaron un punto de inflexión en la gala. A partir de entonces todo se volvió un poco más lento y pesado, además las bromas ya no tenían tanta gracia. Pero aún quedaba mucho ya que los principales premios aún no se habían entregado.
La referencia a Ted por parte de MacFarlane era inevitable: «Hay tantos nombres distinguidos nominados esta noche. Vosotros hacéis películas bonitas e inspiradoras. Yo hice Ted». Así hizo aparición Mark Walhberg y el osito más cachondo del cine. Ambos entregaron uno de los premios más previsibles de la noche, el de Mejor mezcla de sonido para Los Miserables, algo que no sorprendió a muchos dado que la película se había grabado con sonido en director (y muy bien). Antes de anunciar el premio a Mejor edición de sonido Ted soltó una broma al puro estilo MacFarlane: «Tío, estamos en los Oscar. Hay un montón de talento aquí. Daniel Day-Lewis, Alan Arkin, Joaquin Phoenix. ¿Y sabes qué es lo más interesante? Todos estos actores que acabo de nombrar son en parte judíos. ¿Qué me dices de ti? Tienes un «berg» al final del apellido, ¿eres judío?». A lo que Walhberg respondió: «No, en realidad soy católico». Y Ted sentenció: «¡Oh! Respuesta equivocada. Inténtalo otra vez». Yo soy judío y me encantaría trabajar en Hollywood para siempre». Con el siguiente galardón tuvo lugar uno de los momentos más tensos de la noche. Empate en la categoría a Mejor edición de sonido. El primero para La noche más oscura (Zero Dark Thirty), único de la noche para el filme de Bigelow, y el segundo para Skyfall. Esto sólo había ocurrido seis veces antes en toda la historia de los Oscar, la primera vez que sucedió fue en 1931/32 cuando Fredric March y Wallace Beery tuvieron que compartir el galardón a Mejor actor. En 1949 la situación se repitió en el apartado corto documental, cuando A Chance to Live y So Much for So Little coincidieron en número de votos. En 1968 se produjo el empate más sonado de la historia, el que tuvo lugar entre Katharine Hepburn y Barbra Streisand. En 1986 en la categoría documental Artie Show: Time is All You’ve Got y Down and Out in America también consiguieron galardón por el mismo premio. La última vez que ocurrió fue en 1994 cuando Franz Kafka’s It’s a Wonderful Life y Trevor fueron premiados ambos como mejores cortos de ficción.
El mejor MacFarlane volvió con un gag en el que se reía del personaje de Christopher Plummer en Sonrisas y lágrimas. Fue el mismo actor (que recibió el Oscar por primera vez el año pasado por Beginners) el que irrumpió en el escenario justo después para entregar el premio a Mejor actriz de reparto, que fue para Anne Hathaway. El suyo no fue el discurso más emotivo de la noche, pero su «un sueño hecho realidad» resume a la perfección lo que la joven actriz sentía.
El primer premio para la cinta de Ben Affleck, Argo, estaba a punto de llegar. Así Sandra Bullock entregó (con una cara que se convirtió en el gift de la noche casi de inmediato) a William Goldenberg el galardón a Mejor montaje. La bellísima Jennifer Lawrence fue la responsable de introducir a Adele, quien, aunque nerviosa, hizo una magnífica actuación del tema que le dio el Oscar unos minutos más tarde: Skyfall.
Una lesionada (y muy criticada) Kristen Stewart y Daniel Radcliffe entregaron el premio a Mejor dirección de arte a Rick Carter: el primero para Lincoln. «Gracias a Steven, Sally y, sobre todo, a Daniel, por convencernos de que eras realmente Lincoln». En este punto de la noche, casi las cinco de la madrugada en España, MacFarlane se acordó de los hispanos con un chiste que ya resulta hasta molesto: «Es el momento de que salgan Penélope Cruz, Javier Bardem o Salma Hayek, porque aunque no entendamos nada de lo que dicen no nos importa porque son muy atractivos». Hayek salió al escenario para entregar los Oscar honoríficos a D.A. Pennebaker, Hal Needham y George Stevens Jr..
Este año George Clooney fue quien dio paso al In Memoriam, un vídeo montado con la BSO de Memorias de África en el que pudimos ver a grandes del mundo del cine como Ernest Borgnine, Jack Klugman, Michael Clarke Duncan, Carlo Rambaldi, Tony Scott, Nora Ephron o Ray Bradbury. Un momento muy emotivo al que sólo podemos responder con agradecimiento. Justo después Barbra Streissand salió a escena para cantar The Way We Were, de su amigo Marvin Hamslich, fallecido el año pasado. Barbra demostró que sigue teniendo una voz maravillosa, y el público se lo demostró levantándose a aplaudir.
El reparto de Chicago (Richard Gere, Queen Latifah, Renee Zellwegger y Catherine Zeta-Jones) fue el encargado de entregar el premio a Mejor música original a Mychael Danna por Life of Pi. Y otro de los premios cantados de la noche: el de Mejor canción para una Adele emocionadísima y Paul Epworth.
Con un contraste de altura considerable Charlize Theron y Dustin Hoffman entregaron los galardones a Mejor guión adaptado y original. En el primer caso el afortunado fue Chris Terrio por Argo, dando así el segundo galardón de la noche al largometraje de Affleck, al que se refirió diciendo que: «Este es un regalo que jamás te podré devolver». Y añadió: «Quiero dedicar este premio a Tony Mendez (en el que se basa la historia), y a todas las personas de EE.UU., de Canadá, de Irán, cuya creatividad y inteligencia nunca pasarán por alto». Una de las categorías más difíciles era la de Mejor guión original, aunque esta vez Tarantino se impuso a maestros como Haneke, Wes Anderson o Roman Coppola y se alzó con el galardón por Django desencadenado después de diecinueve años después de que ganase el último por el guión de Pulp Fiction. En su discurso sólo tuvo palabras de agradecimiento para sus actores.
«Son hijos de leyendas y ellos han llegado a convertirse también en leyendas». Así presentó Seth MacFarlane a Michael Douglas y Jane Fonda, quienes se encargaron de entregar uno de los galardones más polémicos de la noche: el de Mejor director. Ang Lee se llevó el pasado domingo su segundo premio Oscar tras Brokeback Mountain gracias a su trabajo en Life of Pi, y lo primero que dijo el director oriental fue: «Gracias, Dios del cine». Desde que se anunciaron los nominados a Mejor director el pasado mes de enero muchos habían sido los debates entre aquellos que apoyaban las candidaturas y los que no, ya que para algunos la presencia de Benh Zeitlin o David O. Russell carecían de razón si se tenía en cuenta que habían dejado fuera a otros como Paul Thomas Anderson o el ya mencionado Ben Affleck, pero lo cierto es que el trabajo de Ang Lee en Life of Pi es impecable, y aunque yo me hubiera contentado con un premio para Spielberg o Haneke lo cierto es que tampoco me sentó del todo mal que alguien como Lee se marchase a casa con la estatuilla.
Antes de una de las últimas pausas de la noche MacFarlane dijo: «A la vuelta estará con nosotros la tres veces ganadora de un Oscar, Meryl Streep y se entregarán los premios a Mejor película, actor y actriz. ¿Será Quvenzhané Wallis, que tiene 9 años? ¿O será Emmanuelle Riva, que tenía 9 cuando la ceremonia comenzó?». Haciendo clara mención a la excesiva duración de la gala.
Jean Dujardin volvió al escenario de los Oscar un año después de conseguir la estatuilla a Mejor actor principal por The Artist para entregar el premio a la Mejor actriz. Lo perfecto para mí hubiera sido que Riva celebrase su cumpleaños con un premio, pero que se lo llevase Jennifer Lawrence tampoco me desespera porque lo cierto es que está espectacular en Silver Linings Playbook. Ni siquiera su (histórico) tropezón conseguirá empañar una noche perfecta en la que ella fue la reina. Además, en su discurso, entre agradecimiento y agradecimiento soltó un «¡Feliz cumpleaños Emmanuelle!» que la hizo más maravillosa aún a ojos del público.
Meryl Streep fue la siguiente en aparecer en el escenario para otorgar el premio al Mejor actor del año. Quizá este también era uno de los premios más fáciles de predecir de la noche pero no dejó de ser emocionante ver cómo la diosa de Hollywood anunciaba con emoción a los nominados. No podía ser de otra forma y Daniel Day-Lewis se alzó con el Oscar por su interpretación de Lincoln. El actor se ha convertido en leyenda viva de la historia del cine al ser el único actor en conseguir tres premios a Mejor actor principal. Una pregunta me viene a la cabeza después de todo esto, ¿estamos ante el mejor actor que ha dado la industria del cine? Cuando Daniel subió a recoger SU Oscar, con el público en pie, poco podía añadir, pero el actor tuvo su toque de gracia: «Es curioso porque tres años atrás me comprometí a hacer de Margaret Thatcher, y Steven había pensado en Meryl para hacer de Lincoln. Me gustaría ver esa versión», terminando su discurso con un emotivo «a mi madre». ¡Gracias Daniel por dedicarte al cine!
El tramo final de la gala se llevó las mayores críticas (negativas) de la noche. La presencia de Michelle Obama, esa politización última de la ceremonia, sentó muy mal a muchos espectadores. Así, Jack Nicholson, el a priori presentador del premio a la Mejor película cedió la palabra a la Primera Dama de Estados Unidos, quien abrió el sobre desde la Casa Blanca y anunció que el Oscar iba para… Argo. Ben Affleck subía a recoger su premio junto a George Clooney y Grant Heslov, tomando la palabra este último: «Sé que pensáis que somos los tres productores vivos más guapos del mundo». Heslov no pudo dejar pasar la ocasión y volvió a referirse al olvido de la Academia de la dirección de Affleck: «La razón por la que he decidido hablar yo primero es porque Ben es productor… Pero también director y pensé que sería una tontería que Ben se agradeciese a sí mismo, por eso, en mi nombre y el de George, gracias Ben». Fue entonces cuando Affleck tomó la palabra y dijo: «Estuve aquí hace más o menos 15 años y entonces no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, estar aquí delante de todos… Realmente era un crío, y nunca pensé que volvería a estar aquí, pero lo estoy. Gracias a todos por apoyarme, porque no importa los golpes que te da la vida, porque eso va a pasar siempre. Lo importante es levantarse». Y con el reparto de Argo casi al completo en el escenario (eché en falta a Goodman) la ceremonia de los Oscar 2013 llegaba a su fin.
Un Seth MacFarlane venido a menos pero que cumplió, se despidió con un “¿Quién paga todo esto?”, y una última actuación dedicada a los perdedores que en España ni siquiera pudimos ver.
En general la gala fue mucho mejor que la de otros años, tuvo momentos de humor que permanecerán en la memoria de muchos espectadores durante quién sabe cuánto tiempo y las actuaciones musicales dotaron de cierta espectacularidad y emotividad una ceremonia en la que no hubo grandes discursos pero en la que el reparto de premios hizo las delicias de todos. MacFarlane ya ha anunciado que se lo pasó de lujo presentando la gala pero que a pesar de eso y de levantar la audiencia no lo volverá a hacer. Sea quien sea espero que dé juego a esas más de tres horas de celebración. Con estos premios se cierra la temporada. Ahora empieza una que esperamos que traiga muchas alegrías a los cinéfilos, con grandes estrenos como Man of Steel, Elysium, Gravity, Rush o el remake de Oldboy.
Datos para mentes inquietas:
– ¿Por qué pusieron el final de The Flight en el anuncio de Denzel Washington como candidato al Oscar?
– Amy Adams ya ha sido nominada en cuatro ocasiones pero todavía no tiene ninguna estatuilla en casa.
– Thomas Newman es el eterno nominado en la categoría que premia a la Mejor banda sonora, ya lleva 11 nominaciones y 0 premios.
– El conductor de la gala también aportó datos de curiosos “Esto es interesante. Daniel Day-Lewis no es el primer actor en ser nominado por hacer de Lincoln. Raymond Massey lo hizo en los 40 con Lincoln en Illinois”.
– Steven Spielberg lleva 15 nominaciones en su carrera entre director y película y sólo ha conseguido 3.
– MacFarlane en su discurso inicial no se olvidó de Roman Coppola: «Es el sexto miembro de la familia Coppola que recibe una nominación».
Recuento de premios:
La vida de Pi: 4 premios
Argo: 3 premios
Los Miserables: 3 premios
Django desencadenado: 2 premios
Skyfall: 2 premios
Amour: 1 premio
Lincoln: 1 premio
Brave (Indomable): 1 premio
El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook): 1 premio
Anna Karenina: 1 premio
La noche más oscura (Zero Dark Thirty): 1 premio