Hay veces que el talento se hereda y otras que no y hay familias que parecen compartir en el ADN un componente de talento generacional y en el caso de la joven Gia Coppola parece ser así. La nieta del galardonado director Francis Ford Coppola y a la vez sobrina de la también célebre Sofia Coppola quien tras el estupendo debut con Palo alto en 2013, regresa con el que a priori es su mejor trabajo hasta el momento. The Last Showgirl, el conmovedor relato de una bailarina erótica de 50 años que tras dedicar su vida a un deslucido espectáculo de variedades en Las Vegas, contempla cómo su vida se desmorona tras la cancelación del show después de haber sacrificado lo más importante de su vida en favor de su carrera.
Gia Coppola sorprende gratamente al heredar no sólo la estupenda mirada femenina de su tía, sino a la hora de capturar un extraordinario ojo analítico a la hora de narrar la desgarradora historia de Shelly, una hipnótica Pamela Anderson, que interpreta a esa bailarina cincuentona venida a menos que recuerda y se alimenta diariamente de los recuerdos de una época ya pasada y de un glamour ajado de cuando Las Vegas todavía creaba estrellas. The Last Showgirl cuenta con una cercanía estética y narrativa, lo que no se ve, lo que se esconde entre bambalinas y detrás del escenario, en donde un grupo de mujeres de diferentes edades con diferentes carencias familiares y afectivas, crean una hermandad fraternal en la que se apoyan las unas a las otras y hacen por sobrevivir juntas a los diferentes vicisitudes de una vida a menudo muy injusta.
Una renacida Pamela Anderson sorprende entregando la mejor interpretación de su carrera en un papel hecho a medida en el que atrapa la mirada del espectador de una forma única. Su Shelly no es un papel fácil, ni mucho menos una mejor con la que el espectador pueda empatizar de primeras. Es una mujer egoísta, que ha pasado la mayor parte de su vida entregada a un espectáculo que le hacía creer que algún día sería una estrella de reconocimiento mundial, mientras que por el camino sacrificó lo más importante, a su hija Hannah (Billie Lourd) a quién dio en adopción y con la que ahora intenta reconectar desesperadamente. Tanto Shelly como el resto de sus compañeras Mary-Anne (Brenda Song), Jodie (Kiernan Shipka) y Annette (Jamie Lee Curtis) son buenas personas, pero son personas que por una razón u otra, la vida no se los ha puesto nada fácil.
The Last Showgirl es un retrato descarnado y honesto de un grupo de mujeres que comercializan con su cuerpo, pero más allá de lo evidente, es la historia de unas mujeres desprovistas de recursos para tener una vida mejor con opciones reales de elección que solo se tienen las unas a las otras. La ausencia de una figura materna responsable y el rencor de una hija dada en adopción que no quiere ni puede perdonar a su madre por lo que le hizo, es el tema principal que atraviesa un conmovedor relato que está inspirado en la experiencia personal de la directora con la figura ausente de su padre, quien la abandonó a ella y a su madre cuando todavía era una niña.
El estupendo film se estrenó a finales del año pasado cosechando sensacionales críticas y menciones de premios para su reparto femenino y en especial para una pletórica Pamela Anderson en su mejor momento profesional que estuvo nominada a casi todos los premios precursores al Oscar. The Last Showgirl es una película con mucho corazón y mucho mimo en los detalles, que capta la soledad del camerino y el desgaste de un brillo añejo por el que pasaron muchos sueños e ilusiones de triunfo, que con el tiempo se han transformado en delirios de grandeza de una época ya pasada que nunca volverá.
Título original: The Last Showgirl Director: Gia Coppola Guión: Kate Gersten Música: Andrew Wyatt Fotografía: Autumn Durald Reparto: Pamela Anderson, Jamie Lee Curtis, Dave Bautista, Kiernan Shipka, Billie Lourd, Brenda Song, Jason Schwartzman, Patrick Hilgart, John Clofine Distribuidora: Vertigo Films Fecha de estreno: 19/06/2025