Arrebato – El cine como vampirizador de la vida | La Cabecita

Con motivo del estreno de la versión restaurada de Arrebato (Iván Zulueta, 1979) en FilxOlé, hemos tenido la oportunidad de disfrutar de la inconmensurable obra maestra de Iván Zulueta que durante años cargo sobre sus hombros con la etiqueta de cinta maldita tras las demoledoras críticas recibidas en su estreno.

Intentar explicar la trama de Arrebato es tan difícil como encontrar en la amplia historia fílmica de nuestro país una película igual de rompedora y experimental. Tras ver la película de Zulueta no cuesta imaginar porque durante los últimos años el público estadounidense se ha vuelto loco entorno a esta película, creando una legión de seguidores que han terminado por dar el impulso internacional necesario para que al fin la película cuente con el culto a su alrededor que se merece que hasta se ha lanzado una nueva edición bluray con esta nueva restauración. Los continuos elogios de Almodóvar hacia la película, quién además hace un sorprendente cameo sonoro poniendo voz al personaje interpretado por Helena Fernán Gómez, han permitido rescatar uno de los mejores ejemplos de que nuestro cine patrio lleva años a la vanguardia del séptimo arte.

Arrebato ofrece una experiencia sensorial difícil de olvidar, mostrando la cruda realidad que la pandemia de los estupefacientes causó en España durante gran parte de las últimas décadas del pasado siglo. Un ejercicio fílmico donde el celuloide se torna en un insaciable vampiro que poco a poco comienza a consumir la vitalidad del creador, convirtiéndose en una obsesión tan necesaria como letal. En su primera escena nuestro protagonista pronuncia una premonitoria frase que marcará el devenir de la trama: “No es a mí a quien le gusta el cine, sino el cine a quien le gusto yo”. Tras pronunciar esta frase José (Eusebio Poncela) comienza un alucinógeno viaje en el que pasado y presente se dan la mano, mediante el continúa uso de flashbacks para contarnos su extraña relación con Pedro (Will More), un extraño joven adicto al celuloide, y su tóxica relación de pareja con Ana (Cecilia Roth), una actriz caída en desgracia que ha sucumbido por completo al mundo de las drogas.

El apartado visual de la película resulta impecable, el uso de las grabaciones realizadas por Pedro en la historia a medida que avanza el metraje tornan de lo extraño a lo fascinante para terminan convirtiéndose en los instantes finales de la cinta en algo terrorífico.

Narrativamente la historia desprende amor al séptimo arte por los cuatro costados, no solo se nos muestra la frustración del insaciable creador frente a su obra, si no que aprovechando la aparición de algunos personajes secundarios se reflexiona sobre la influencia del cine en los diferentes estamentos sociales de nuestra sociedad.

Arrebato es un ejercicio experimental que no tiene miedo de resultar confuso en incluso por momentos incomprensible. Zulueta tiene claro qué quiere contar y como desea hacerlo, creando una película única en su especie que merecidamente ha logrado ganarse el título de película de culto que desde un principio estaba destinada a poseer. Una extraña combinación entre comedia negra, película de terror y ensayo visual que no dejará indiferente a nadie que se acerque a ella.

Crítica escrita por Kevin Luis Romeo

Título original: Arrebato  Director: Iván Zulueta Guión: Iván Zulueta Música: Grupo Negativo Fotografía: Ángel Luis Fernández Reparto: Eusebio Poncela, Cecilia Roth, Will More, Marta Fernández-Muro, Carmen Giralt, Luis Ciges, Antonio Gasset, Helena Fernán-Gómez, Teresa Fernández Muro, Olvido Gara «Alaska» Distribuidora: Nicolás Astiarraga P.C. Fecha de estreno: 21/01/2022 (FlixOlé)