Hay películas que a veces y muy ocasionalmente destacan además por su calidad cinematográfica por su capacidad para acariciarnos el corazón. Esto último no es algo tan fácil ni mucho menos común, pero Las distancias es de esas que en el momento exacto en el que acabas de verla, sabes con certeza que se quedará contigo por mucho tiempo más.
Elena Trapé dirige y coescribe una película tan preciosa como demoledora sobre la madurez y la amistad adulta y cómo hacer cuando la vida pasados los 30 no es como esperabas y tus amigos lejos de ser un apoyo, se convierten en el recordatorio de cómo un tiempo atrás éramos más felices básicamente porque éramos ignorantes. Porque a final de cuentas la felicidad no la da un trabajo o una pareja, el secreto de la felicidad está en la ignorancia. Sobre este concepto la película navega a través de un grupo de amigos de toda la vida que se reúnen después de un tiempo para dar una sorpresa de cumpleaños al miembro del grupo, que como muchos otros españoles en busca de algo mejor, huyó a Alemania con la fiel esperanza de encontrar una vida mejor. Pese a que tu vida es tu vida, y estés donde estés nada va a cambiar mientras tú no sepas quién eres de verdad.
Las distancias explica con una demoledora certeza las frustraciones de una generación insatisfecha que sigue el esquema de vida impuesto por la sociedad capitalista de trabajo+familia+hipoteca, que descubre que nunca fue tan feliz como cuando vivía la vida sin esperar nada de ella, excepto disfrutarla. La siempre eficaz Alexandra Jiménez sirve como elemento empático para un espectador que durante todo el metraje está con ella sintiendo y respirando cada una de sus emociones, porque entre otras cosas sabe desde el minuto uno que ella nos representa y que mientras ella espera incandescentemente noticias de su amigo (Miki Esparbé), ella somos nosotros. La capacidad de Elena Trapé para que seamos participes de este doloroso diagnóstico sobre la amistad y la vida es terroríficamente verosímil y tan bello como doloroso.
La película juega a mostrar a diferentes personajes de un grupo de amigos que entran y salen de un piso desconocido, y de cómo cada vez que entran y salen de él, dejan atrás un poco de la persona como la que llegaron y salen casi sin quererlo reconvertidos en quienes fueron un tiempo atrás. Las canciones que en nuestra adolescencia nos hacían sentir vivos, las fotografías, los recuerdos y de repente una vieja nota escrita que nos recuerda que siempre hubo un plan B pero al que ahora es imposible regresar.
Premiada en el Festival de Cine de Málaga a mejor película, dirección y actriz (Alexandra Jiménez) Las distancias estará probablemente presente en los próximos premios Goya y en parte eso será gracias a que recuerda potencialmente al escalofriante y bellísimo primer trabajo en solitario de Rodrigo Sorogoyen en Stockholm, 2013, por la franqueza y cercanía con la que nos habla, aunque Trapé hace que su película funcione más desde la normalidad y la cotidianidad para conectar con su público y llegar hasta su corazón.
.Título original: Las distancias Director: Elena Trapé Guion: Elena Trapé, Miguel Ibáñez Monroy, Josan Hatero Fotografía: Julián Elizalde Reparto: Alexandra Jiménez, Miki Esparbé, Isak Férriz, Bruno Sevilla, María Ribera Distribuidora: Sherlock Films