Festival de San Sebastián 2016 – Día 6 | La Cabecita

En la sexta jornada del Festival de San Sebastián, vimos Sieranevada de Cristi Puiu y Yo, Daniel Blake, ganadora de la Palma de Oro dirigida por Ken Loach, aparte de Jesús de Fernando Guzzoni y El invierno de Emiliano Torres.

Sieranevada

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Cristi Puiu es por méritos propios, junto a Cristian Mungiu el máximo exponente del cine rumano actual. En Sieranevada, presentada en el último festival de Cannes, nos cuenta la historia de una comida familiar en homenaje al recién fallecido patriarca de la humanidad. Puiu nos presenta una película de tres horas encorsetada en una única ubicación, esa casa en la que se está celebrando esa comida familiar.

Hay cierta resonancia a El ángel exterminador en Sieranevada, de hecho, en un alarde brillante, la única vez que la historia sale de la casa, sigue dejando a los personajes encerrados, como incapaces de salir ese mundo, de un mundo que se suponía breve y que se alarga eternamente tanto dentro del filme con una comida que parece que nunca llegar, como dentro del filme que se alarga durante tres horas que realmente nunca se hacen largas, porque en ellas los personajes van poco a poco construyendo un certero debate sobre la situación del mundo actual. Quizá lo más brillante de Sieranevada está en su forma, sus tres horas son aparentemente ligeras, llenas de un humor familiar fácilmente reconocible que nace desde el propio conflicto, pero tras las puertas de cada habitación en esa casa perfectamente formada se esconde una película inteligente, densa y que merece volver a ser rescatada fuera del cansancio del festival, porque lo que hace Puiu a muchos debates que están traducidos a la perfección en las inquietudes de sus personajes.

Escrito por Juanma de Miguel

Yo, Daniel Blake

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Hace dos años Ken Loach anunció en el Festival de Cannes que Jimmy’s Hall sería su última película, cuando la pude ver me lamenté de que Loach fuese a cerrar su carrera tan falta de garra, tan falta de pasión, una historia contada de una forma tan simple que no era digna de cerrar la carrera de uno de los mejores cineastas británicos de la historia. Parece ser que Loach debió pensar como yo, porque decidió volver a filmar un nuevo filme y en todo aquello que Jimmy’s hall fallaba, Yo, Daniel Blake acierta rotundamente valiendo a la perfección como una síntesis de todo el cine de Loach, pero también siendo su mejor película de los últimos años.

Yo, Daniel Blake es Loach en estado puro, su mejor versión, ese lado salvaje y subversivo que el autor mostraba hace 20 años en Mi nombre es Joe y que aparece como una hazaña de vitalidad increíble en la historia de un hombre de ochenta años. Yo, Daniel Blake es una enérgica y actual denuncia en la que el cineasta se refleja en su protagonista, y que parece casi una premonición ante las críticas recibidas tras la segunda Palma de Oro del cineasta, un hombre que se encuentra absolutamente fuera del mundo actual y que se ve inmerso en una lucha contra las trabas burocráticas para poder seguir viendo. La última película de Loach es una denuncia tan crítica como obvia, que gana un empaque mucho más mayor gracias a la realidad que Loach sabe imprimir tanto a sus personajes como a sus situaciones. Quizá lo más duro de Yo, Daniel Blake es que es demasiado fácil creer que todo es verdad, pero aún más es el sentimiento de que ésta sí que posiblemente sea la última obra de Loach, pero al menos Loach se ha encargado de cerrar su filmografía de manera brillante y hasta de darle cierto broche metafórico. Sí, posiblemente Yo, Daniel Blake sea el fin… ¡pero qué fin!

Escrito por Juanma de Miguel

Jesús

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Segunda película del chileno Fernando GuzzoniJesús nos muestra –o más bien pretende mostrar- una incómoda y descarnada radiografía del estado de la juventud en Chile a través de las vivencias de un chaval cuyo nombre da título al film, que más pronto que tarde se ve involucrado en un terrible acto tras el cual empieza a ser consciente de que las acciones tienen consecuencias.

Como decía, Jesús trata de plasmar esa realidad extraviada y desesperanzada latente en la juventud chilena mediante una narración cruda, directa y sin escrúpulos, que consigue hasta cierto punto transmitir esa sensación de angustia y abandono que lleva al personaje protagonista a ser como es y a hacer lo que hace. No obstante, echo en falta una transición más fluida y natural en la historia, ya que siento que el conflicto principal surge de una forma demasiado brusca y precipitada. Algo parecido ocurre cuando el film llega a su tercer acto y busca soluciones a dicho conflicto, dándose ciertas incongruencias y giros argumentales que resultan tan chocantes como poco satisfactorios en relación a la naturaleza de los personajes.

Jesús es una película con un planteamiento interesante que llega a recordarme por momentos a La naranja mecánica, pero sin embargo falla en su desarrollo de ideas y en la resolución de las mismas, dejándome pensando en la película que habría podido ser más que en la que es.

Escrito por Daniel Cruz

El invierno

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Ópera prima del argentino Emiliano Torres, El invierno es un crudo drama que reflexiona sobre las costumbres, la soledad y la aceptación del paso del tiempo, tensando dichas cuestiones a través de un sosegado pero turbio desarrollo que va tiñendo poco a poco la historia de un blanco nieve que cala hasta los huesos que oprime a sus personajes en un tercer acto que se rinde ante el western más instintivo y salvaje.

Me gusta la forma que tiene El invierno de resolver su trama y de reflexionar sobre las cuestiones planteadas, y creo que sólo por ello ya merece la pena darle una oportunidad al film, pero no puedo pasar por alto la irregularidad que impregna la estructura narrativa del grueso de la historia, que se siente demasiado disperso y denso en un discurso que puede llegar a hacerse soporífero, lo cual se acentúa aún más si tenemos en cuenta que apenas hay diálogos y que sus personajes carecen de entidad suficiente hasta casi la mitad del metraje. Resulta por otra parte innegable la fuerza visual de El invierno, con un magnífico trabajo de fotografía que destaca especialmente en espacios abiertos y que sabe construir muy bien esa atmósfera opresiva y malsana que va creciendo a fuego lento a lo largo del film

Sin ser una gran película y consciente de sus errores, El invierno es una interesante ópera prima que no sólo tiene buenas ideas, sino que generalmente sabe aprovecharlas para construir un relato con alma y garra sorprendentemente arriesgado y realista.

Escrito por Daniel Cruz