No tengo una lista de películas favoritas. Sí, está feo que lo diga cuando me encargan que haga una lista sobre las diez películas de la historia, o de mi historia. Pero es así, todas y cada una de las que han pasado por mi retina han dejado algo o no han dejado nada, otras las he visto más veces que otras y en otros casos, las he parado a la mitad. Así que soy consciente de que estas diez películas que expongo no son, ni por asomo, las diez películas de la historia de nadie, más que de la mía.
Creo que el diálogo es uno de los protagonistas en cada una de ellas y es por lo que se han terminado ganando mi atención para por esta lista. El guión es un arma muy poderosa y siendo tan escéptica y extraña con los gustos audiovisuales, es una buena manera de conquistar.
Seguro que muchas de estas ‘citas célebres’ os suenan, así que allá vamos.
1. Desayuno con Diamantes.
“¿Sabes lo que te pasa? no tienes valor, tienes miedo, miedo de enfrentarte contigo misma y decir está bien, la vida es una realidad, las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad. Tú te consideras un espíritu libre, un ser salvaje y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno nena, ya estás en una jaula, tu misma la has construido y en ella seguirás vayas a donde vayas, porque no importa donde huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma.”
Holly Golightly es una de esas almas independientes, que se niegan a pertenecer o a que le pertenezcan y que enseñó a todo el mundo qué significan los días ‘rojos’. Desde entonces, yo veo Desayuno con Diamantes cada vez que tengo uno de ellos. Lo que significó el mito de Audrey Hepburn a partir de la película es otra historia completamente distinta.
2. Closer.
“- No como pescado porque los peces hacen pis en el agua.
– Los niños también lo hacen.
– Tampoco como niños.”
Closer es de esas películas que parecen una obra de teatro –que también lo es-, por ser tan sumamente real. Es la historia de tres engaños, de tres culpas y de tres miedos. La insatisfacción vital, el enamoramiento equívoco, la sensación de que llevar toda la vida buscando algo que no va a llegar y el deseo como poder autodestructivo la hacen lenta, tediosa pero a mi parecer, absolutamente increíble. “¿Nunca has visto un corazón? Parece un puño mojado en sangre.”
3. La novia.
«¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
Porque yo quise olvidar
y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía.
Es verdad. ¿No lo recuerdas?
Y cuando te vi de lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo
y el caballo iba a tu puerta.
Con alfileres de plata
mi sangre se puso negra,
y el sueño me fue llenando
las carnes de mala hierba.
Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.”
Supongo que es muy tópico decir que cuando Lorca está detrás de algo, sobran más palabras que las que él ya puso en su sitio. Pero es que es cierto. Aún así, fui a ver la película de Paula Ortiz al cine con una actitud negativa, a la defensiva, tal vez porque no sabía cómo se podía encarnar algo así, tan perfecto, tan doloroso y tan dramático en una película como Bodas de Sangre sin que pareciera sumamente perfecto, doloroso y dramático. Pero sucedió. Y hacía mucho tiempo que 60 minutos de imágenes y sonido no me levantaban del asiento.
4. Relatos Salvajes.
“Filmame esto, Néstor” ya es una frase mítica. Soy escéptica a que una película sea capaz de hacerme reir y en la sesión golfa del cine a la que fui el año pasado, sólo se me escuchaba a mí. No podría quedarme sólo con uno de los ‘relatos salvajes’ de la película pero si puedo decir que ‘Bombita’ somos todos.
5. Del Revés.
“Hoy no nos hemos muerto, es lo que yo llamo un éxito total.”
Mi obsesión con Disney y todo lo que le rodea no es objetiva, por lo que hablar de cualquiera de sus películas conmigo es escuchar h alagos por todas partes. ‘Del Revés’ creo que es la película más adulta de Pixar y también la que más apela a nuestra psicología –evidente-. Podría estar en primer lugar en esta lista y en todas las existentes y juro que no estoy exagerando.
6. Olvídate de mí.
“Muchos hombres creen que soy un concepto, o que quizás les complemento, o que voy a darles vida. Sólo soy una mujer jodida que busca su propia paz de espíritu, no me asignes la tuya.”
Recuerdo verla en primero de carrera y darme cuenta de que la posibilidad de que te borren los recuerdos siempre nos la planteamos cuando duelen. Si es que lo hacemos. Pero, ¿y si ni siquiera la ciencia puede hacer como que no han existido nunca?
7. La gata sobre el tejado de zinc.
«¿Tú sabes como me siento? Como una gata en un tejado de zinc recalentada por el sol. – Pues salta del tejado. ¡Salta! Los gatos saltan desde los tejados sin hacerse daño. Anda, ¡¡salta!!.»
También como obra de teatro –como decía en Closer-, hace que los personajes y lo desquiciados que están, resulten totalmente reales y desgarradores.
8. Pequeña Miss Sunshine.
– Quisiera dedicarle esta actuación a mi abuelo, que me enseñó estos pasos.
– Qué detalle. ¿Está aquí? ¿Dónde está tu abuelo?
– En el maletero de la furgoneta.
Pequeña Miss Sunshine es de esas historias que te enternecen y despiertan cierta faceta tuya olvidada y casi apartada. Al menos cuando se vive con un escepticismo general. Cuando acabas la película, quieres pelear por todo lo que quieres, incluso lo más pequeño, porque ella ha podido.
9. Primos.
“Me voy a comer este sobao, ¿es el primero que se cruzó en mi camino? sí, pero antes de cogerlo he barajado otros y este es sin duda el que más me gusta, por eso me lo voy a comer, porque tengo hambre, hambre de muchas cosas, pero me lo voy a comer despacio. Y lo más importante es que es una decisión mía, sólo mía, la primera que tomo en varios días. La primera pero no la última. Desayunar no es tan fácil como parece.”
Es de esas películas tontas, pero muy tontas, de las que te ríes por lo tontas que son.
10. Dos en la carretera.
“- A ver si dejas de refunfuñar.
– No he dicho una palabra.
– Hija mía, que uses silenciador no significa que no refunfuñes.”
Tal vez sea una de las películas de Audrey más desconocidas pero donde la puedes ver mucho más natural que lo acostumbrado. Es la historia de un odio, al que le sigue un enamoramiento (porque sólo hay un paso y viceversa), después un matrimonio y más tarde, una ruptura. Todo convencional pero divertido.