Con la sección oficial tan pocha que el pasado Festival de San Sebastián tuvo, la llegada de Truman supuso una especie de oasis en el desierto de la mediocridad que Villarongas y Uribes poblaban. Pero también supuso la vuelta al ruedo de uno de los cineastas de más raza del país; Cesc Gay es quizá el guionista más certero que hay en España, y también es, probablemente, uno de los directores más resolutivos del país.
Sus continuas aproximaciones al cine social, un cine sencillísimo en su forma pero contundente en los resultados que obtiene (y busca), son razón más que suficiente para que ahora mismo tenga el status que tiene. Con Truman, no hace sino certificar su posición y demostrar que, en su terreno, es imbatible. Quizá Truman tenga el defecto (o si se quiere, la característica) de no dejar un poso duradero en la retina del espectador (hablando en términos cinematográficos) en cuanto a forma. Pero esto, que puede condenar a algunas de sus obras a no aspirar a un lugar mayor, también es una condición necesaria para que lo que hace funcione tan bien como funciona; para que sus diálogos vitalistas calen en el espectador por encima de cualquier otro aspecto más visual.
En este aspecto, Truman sigue la línea de sus predecesoras en la filmografía de Gay, y presenta a dos personajes muy compactamente construidos, a los que dan vida Ricardo Darín y Javier Cámara. No sólo el trabajo de ambos es encomiable, sino que consiguen captar a la perfección la esencia del guion de la película y construir un clima de tristeza y dramática comicidad sólo con sus diálogos, haciendo Gay un impresionante trabajo.
Aún así, el gran peso específico del personaje de Darín en el guion hace que llegue un momento en el que la película se convierte en una marcha funeraria para el actor en la que importa más el féretro que los familiares. De este modo, tanto los personajes de Cámara como de Dolores Fonzi acaban siendo satélites del núcleo de la historia, más que partícipes de ella. En especial, Dolores Fonzi encarna a un personaje que parece estar más en el guion por coherencia que por necesidad. Con acciones ilógicas y un poco irritante, su personaje parece un accesorio y en ningún caso algo coherente con la calma que transmite el resto del elenco (y de la película)
En cualquier caso no es un lastre demasiado grande, que pueda empañar el resultado total. Cesc Gay consigue con maestría su historia, una historia desgarradora no sólo por la temática, sino por su forma: sentimientos completamente desnudos y un humor melancólico dan forma a una historia sobre el invierno en una vida; la cercanía inmediata de la muerte y la rendición ante el destino inevitable.
Cine de reencuentros y de perdón, de pensar en el pasado y en la gente cercana. Todo esto puede sonar (y suena) a tópico barato, digno de un manipulador dramón de sobremesa, pero es todo lo contrario lo que consigue Cesc Gay: eliminar la manipulación y la sensiblería y hacer un relato vitalista sin más armas que la palabra y sin más ejército que dos brillantes actores.
Ficha técnica:
Título original: Truman Director: Cesc Gay Guion: Cesc Gay Música: Nico Cota, Toti Soler Fotografía: Andreu Rebés Reparto: Ricardo Darín, Javier Cámara, Dolores Fonzi, Àlex Brendemühl, Javier Gutiérrez,Eduard Fernández, Elvira Mínguez, Silvia Abascal, Nathalie Poza Distribuidora: Filmax Fecha de estreno: 30/10/2015