ma ma – Pena y esperanza | La Cabecita

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Hacía mucho tiempo que no veíamos al mejor Julio Medem. Ese que nos deslumbró con dos dramas rurales como Vacas, película claramente influenciada por Cien años de soledad y Tierra, y por dos historias de amor tan atípicas como La ardilla roja y la fascinante Los amantes del Círculo Polar. Perdido en encontrar la liberación sexual de la mujer a partir de Lucia y el sexo, hubo atisbos de recuperarle, sin llegar a su nivel anterior, en Caótica Ana. La vuelta de Medem a la pantalla, cinco años después del estreno de Habitación en Roma, es también la vuelta a su mejor nivel. Posiblemente estemos hablando de la película más diferente del director, una película que aúna temas siempre presentes en su filmografía como, sobre todo, la visión de la mujer como personaje fuerte, o la busca de la sexualidad perdida. Pero esta vez apostando por intenso melodrama con aire al cine de Isabel Coixet. Sí, Medem vuelve por la puerta grande, con un proyecto que ha sabido entender a la perfección, y el resultado final termina siendo fascinante.

ma ma, su nueva película, cuenta la historia de Magda (Penélope Cruz), una profesora que pronto quedará en paro, madre de un hijo, y a cuyo marido la ha abandonado para irse con una chica más joven. Los problemas de Magda llegarán cuando en una exploración de mamas se tope con un bulto en el pecho que resultará cancerígena. Magda tendrá que pasar por todo esto solo, con la única compañía de un ojeador del Madrid que vio jugar a su hijo y que acaba de perder a su mujer y a su hija.

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Lo más destacable de la forma en la que Medem dibuja esto es la vitalidad y el optimismo de su protagonista. Lo que empieza una imperiosa necesidad de la felicidad de manera forzada, como podemos observar en esa triste a la par que patética (dentro del propio personaje, no en el concepto de la escena), en la que la protagonista en la soledad de su casa intenta sumarse a la fiesta colectiva que observa en los bacones de los vecinos con la victoria de España en la final de la Eurocopa de 2012. Pero poco a poco, esta búsqueda de la felicidad se va transformando en la absoluta consecución de la misma. Es la perspectiva y la esperanza de este amor, y la alegría de formar una nueva familia lo que hace que Magda se pueda enfrentar a la enfermedad. Pero incluso cuando llega el peor mazazo y la alegría se ha instaurado por completo en ella, es siempre la esperanza y optimismo la que le ayuda a seguir adelante en cada paso que da.

Hay algo de la magia que siempre ha estado presente en el cine de Medem a la hora de contar sus historias, pese a su golpe de realismo, el propio personaje de Magda tiene un halo fantástico en un cineasta que siempre se ha caracterizado por conseguir desarrollar un mundo de un realismo mágico en todas sus obras. Su esperanza, sus ganas de vivir, parecen casi ficticias, amarradas a un mundo cautivado por las canciones que su ginecólogo (Asier Etxeandia) le canta. Es precisamente esto lo que la distancia de obras que en un principio podrían resultar bastante semejantes como Mi vida sin mí de Coixet, lo que parece tratarse de una película acerca de cómo enfrentarse a la muerte y al dolor de la enfermedad, acaba metiéndose dentro de ese marco fatídico como un poema de fuerza apabullante sobre la importancia de la esperanza y el amor. Así, el último plano en el que vemos al personaje a Magda, pese a ser de una durísima tristeza, no deja de ser también un canto a la alegría y a la vida. Esto la acerca en cierto a esa bella comedia negra acerca de la muerte que era Tu vida en 65’ en la que Albert Espinosa afrontaba la posibilidad del suicidio como algo bello y positivo para una persona que había llegado al súmmum de su felicidad, y la posibilidad de la muerte se le presentaba como la mejor opción para dejar el mundo en un estado de éxtasis completo.

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La forma de la que Medem en ma ma despoja por completo la tristeza de algo tan grave como una enfermedad, en la que el mayor problema no radica ya en perder la vida, sino abandonar a tus seres queridos, acaba resultando algo completamente magistral. Pero el cineasta vasco lo logra a través de una belleza, que empieza en lo plástico a través de la fotografía de Kiko de la Rica y la banda sonora de Alberto Iglesias, una música que, como siempre ocurre en el cine de Medem, está usada con una inteligencia bárbara. Cabe destacar también la interpretación de su pareja protagonista, ni Penélope Cruz, ni Luis Tosar tiene que demostrar a estas alturas el enorme talento del que está dotados, pero cuando se juntan en pantalla todo crece, se siente como estar viendo a dos verdaderos monstruos de la actuación dando un recital interpretativo que merece ser disfrutado. Todo esto sin desmerecer en absoluto al complejo y necesario personaje al que da vida Etxeandia y que consigue mantener el duro nivel de sus compañeros.

Medem vuelvo menos mágico y más real. Pero su cine no pierde su toque imaginativo, ni tampoco su necesario feminismo. Pero lo mejor de todo es que el cineasta vasco ha conseguido volver verdaderamente inspirado, demostrando que el talento que tuvo aún sigue vigente, y entregando el que sin lugar a dudas es su mejor filme en más de quince años.

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Ficha técnica:

Título original: ma ma Director: Julio Medem Guion: Julio Medem Música: Alberto Iglesias Fotografía: Kiko de la Rica Reparto: Penélope Cruz, Luis Tosar, Asier Etxeandia, Teo Planell, Silvia Abascal, Mónica Sagrera, Àlex Brendemühl Distribuidora: eOne Spain Fecha de estreno: 11/09/2015