11 de abril de 1983. Liza Minneli, Richard Pryor, Walter Matthau y Dudley Moore son los encargados de presentar la 55ª edición de los Premios Oscar en el Dorothy Chandler Pavilion de la ciudad de Los Ángeles. Minnelli, después de triunfar en el Cabaret de Bob Fosse, da paso a Jack Valenti y a la actriz Louise Rainer para dar el premio a la Mejor película extranjera. Los nominados son: la nicaragüense Alsino y el cóndor de Miguel Littin, la china Vida privada de Yuli Raizman, la francesa 1280 almas de Bertrand Tavernier, la sueca El vuelo del águila de Jan Troell y la española Volver a empezar de José Luis Garci. Rainer, simpática y risueña, abre el sobre y grita «¡VOLVER A EMPEZAR!«. Garci sube con un esmoquin blanco en honor a Humphrey Bogart acompañado de una rosa en la solapa diciendo en un inglés chapurreado: “Toda mi vida, desde que era niño, he soñado con este momento. Los sueños, a veces, se convierten en realidad”. Después, dedica palabras para su socio y amigo José Esteban Alenda, Enrique Herreros, Milton Goldstein y al crítico Alfonso Sánchez, añadiendo la gran etapa de crecimiento y calidad del cine español.
Puede que el discurso no fuera emotivo, desternillante o especial, pero para un servidor, el Oscar de Volver a empezar marcaba historia en el cine español después de que nuestro país lo hubiera intentado en nada menos que diez ocasiones desde 1958, con grandes directores como Juan Antonio Bardem, Luis García Berlanga, Carlos Saura y Luis Buñuel por partida doble. A día de hoy, se sigue recordando el primer Oscar para una película española, que no podía estar en mejores manos, las de Garci.