- Para resarcirse de su injustificado ninguneo. Era una de las grandes favoritas, pero las alarmas empezaron a aparecer ante su ausencia en todos los premios de los gremios. Finalmente, sí que llegó a los Oscar, pero sólo lo hizo entrando en las categorías de Mejor película y Mejor canción. Estaba claro que antes de los Oscar la mayoría de los académicos no la habían visto, pero si ahora si la han visto, y les ha gustado tanto como la película merece, quizá sea el momento de darle el empujón que no le dieron en las nominaciones y de ese modo rescatar de las sombras a una fantástica película.
- Porque trata un tema histórico que está de dolorosa actualidad. Han pasado cincuenta años desde las marchas de Martin Luther King que muestra la película, pero no cabe duda de que el racismo está a la orden del día. Los asesinatos a manos de policías de Oscar Grant (cuya tragedia pudimos ver en la fantástica y también ignorada por la Academia Fruitvale Station), Michael Brown, o Antonio Martin, y los disturbios raciales que estas muertes trajeron consigo, demuestran que la lucha de King aún no está cerrada. DuVernay nos acerca a un capítulo que la historia no debe olvidar para seguir avanzando, y para el que aún queda mucho camino. No cabe duda de que es la película más importante en este aspecto de todas las nominadas, y el premio a la Mejor película le daría una necesaria visibilidad.
- Porque el biopic está de moda y es el mejor del año. Hemos repetido durante esta carrera la palabra biopic hasta la saciedad, que si Stephen Hawking, Chris Kyle, John DuPont, Alan Turing… Todas con una gran presencia en los premios, pero el mejor biopic del año, y no sólo eso, sino también el del personaje más importante de todos, es el de Martin Luther King. DuVernay ha entendido las claves del biopic, ha ensalzado la lucha de King y ha mostrado el lado más humano del personaje. Es el género de moda, y es la mejor película del año de este género.
- Porque es la película más fácil de premiar de todas. En otras circunstancias menos extraordinarias estaríamos hablando de Selma como una ganadora segura. Es una película bastante convencional, pero mucho mejor realizada y mucho más compleja que lo que pueden serlo La teoría del todo o The Imitation Game. Es una película que desde su formalismo, realiza una notable carga política, y además está rodada con muchísimo corazón, apelando directamente a los sentimientos del espectador, emocionando, pero sin rebasar la línea del sentimentalismo. Todo en ella está perfectamente estudiado y controlado para no salirse de los cánones de los filmes más académicos.
- Porque jamás un biopic sobre un personaje tan grande para la historia estadounidense ha ganado un Oscar. Quizá, la que más se acerque sea Patton, pero Selma podría cambiar eso. Resulta curioso que pese a que desde sus comienzos Hollywood se ha acercado a las figuras más importantes de su historia, casi ninguna película basada en grandes personajes haya conseguido el Oscar. Pocos personajes en la historia norteamericana son más grandes que el Martin Luther King y el fabuloso retrato que Ava DuVernay traza de él, además de la estupenda encarnación de David Oleowo, bien podrían hacer que Selma fuese ese Oscar que homenajease la perenne figura de King.