En 2011 entró en vigencia en Nueva York la ley del matrimonio homosexual. Un paso que a estas alturas parece lógico que se dé en todo el mundo, y que sin embargo sigue contando con las protestas de los sectores más retrógrados de la sociedad. Podemos decir que en España somos incluso unos privilegiados viendo las situación que plantea El amor es extraño, y es que pese a los intentos de algún partido político que sigue soñando con tiempos franquistas, el matrimonio no es sólo legal en España, sino que los homosexuales están protegidos ante la ley, como cualquier otro grupo social, impidiendo que estos puedan ser despedidos por su condición sexual. Y es ahí donde nace la película, Ben y George llevan toda la vida juntos, han pasado 40 años uno al lado de otro, y aprovechando la nueva normativa deciden formalizar su situación firmando un papel que no es más que un simple trámite, porque estaban casados mucho antes de que ese papel lo dijera. Pero ese papel lo cambia todo y George será despedido de su empleo en una escuela católica, no por su condición de homosexual, de sobra conocida, si no por atreverse a formalizarlo. El problema que esto conllevará es que sin el sueldo de George, la pareja no podrá pagar su domicilio y tendrán que buscar una solución, una solución que les llevará a estar separados viviendo con amigos.
Ya en su anterior trabajo, Keep the light on, el cineasta Ira Sachs demostró su preocupación por la temática homosexual, pese a todo esto, realmente no puedo considerar a El amor es extraño una película de tal temática, más allá de la aguda crítica que el cineasta efectúa en su punto de partida. Porque El amor es extraño es una película que de lo que realmente habla es del amor de toda la vida y de cómo aprender a vivir de nuevo sin la otra persona, de la pérdida, por mucho que esta no sea total. Cuarenta años, los que han pasado juntos, es más de la mitad de su vida, todas sus costumbres en el día a día de los dos pasan por la presencia del otro, resulta imposible siquiera dormir en una cama en la que no sientes el calor desprendido por quién es la otra mitad de su vida. Sus dos protagonistas, empujados a esta situación, tendrán que aprender a afrontarlo ya en el ocaso de su vida, y esto también es en cierto modo una especie de preparación para el día que el otro desaparezca.
Aunque Sachs apueste por un tono bastante frío, despojado por completa de una emocionalidad visceralidad, su agudo guión, al que salpica de manera brillante con los acordes de los nocturnos de Chopin, resulta realmente tierno. La falta de presencia del partenaire no se nota en grandes actos, sino en la continua cotidianidad. En pequeños comentarios con personas ajenas a su mundo personal, que simplemente no son recibidas de la misma forma de la que lo haría tu compañero de vida. Hay en cierto momento de la película en el que Ben está conversando con George, en el que este comenta “No conoces a alguien hasta que convives con él”. Este comentario no es hacia su pareja, sino a la familia de su sobrino con la que ahora tiene que compartir la vida. La relación con estos siempre ha sido buena, pero ahora es un extraño, quizá ese extraño del título, en sus vidas, y también ellos son extraños en las vidas de los demás. Alterando su día a día en el caso de Ben para intentar seguir adelante, o más complicado aún en el caso de George, volviéndose completamente invisible en una vida que no es la suya.
Porque al fin y al cabo Sachs habla del amor como la propia vida, de cómo éste es el que forma tu completa existencia y cuando éste desaparece de tu existencia, por mucho que siga existiendo, tu vida se ve perturbada hasta un caos que sólo el otro es capaz de restablecer. Hacemos insistencia en la tremenda ternura con la que Sachs narra esta historia tan bien contada. Los grandes momentos de El amor es extraño se encuentran en pequeños actos, una conversación en la cama, un abrazo de puro dolor, o el nimio gesto de agarrar la mano de tu pareja en un concierto. Pequeños actos, que como El amor es extraño significan la completa vida de ellos dos. Por supuesto, nada de esto funcionaría tan bien sin el trabajo de sus dos protagonistas, ellos son el motor de la película y los que consiguen que la película funcione a la perfección. Alfred Molina está soberbio, pero es ese monstruo de la actuación llamado John Lithgow el que despliega todo su potencial con una interpretación antológica, capturando a la perfección todo este inquietante pesar que el pintor frustrado debe vivir.
El amor es extraño es una historia sobrecogedora con un guión astuto, que narra una situación que simplemente no tendría que darse en ningún lugar. Un pretexto que el director utiliza para denunciar, pero simplemente utiliza para ir más allá, para contar una historia, sobre el amor, sobre la vida, pero sobre todo de cómo el amor es la base de nuestra propia existencia.
Ficha técnica:
Título Original: Love is Strange Director: Ira Sachs Guión: Ira Sachs, Mauricio Zacharias Música: Frédéric Chopin Fotografía: Christos Voudouris Reparto: John Lithgow, Alfred Molina, Marisa Tomei, Darren Burrows, Charlie Tahan, Cheyenne Jackson, Tatyana Zbirovskaya, Olya Zueva Distribuidora: Golem Fecha de estreno: 07/11/2014