Siempre lo diré: puede que el cine francés no sea de mis favoritos pero pocas veces será capaz de decir que no a una película de Jean-Pierre Jeunet. Ya no sólo porque sus obras constituyen una auténtica maravilla visual, sino porque su particular estilo dota a las películas de un ritmo y un encanto que no he encontrado en ningún director actual. Es difícil que alguien no se enamorara de su cine con Amelie, y aunque es cierto que el director no ha vuelto a conseguir crear una película tan redonda como aquella, aún hoy sigue sorprendiéndonos con producciones divertidas, excéntricas e increíblemente bellas.
Y El extraordinario viaje de T.S. Spivet es una de esas producciones. Esta película de Jeunet conserva todas las extravagancias visuales que le acompañan desde el inicio de su carrera. Pero a lo visual hay que sumarle esta vez una historia muy humana que se forma mientras acompañamos a un niño en un viaje emocional que tiene como destino el redescubrimiento del amor (familiar). Puede que no se trate de la película más profunda de Jeunet, y seguramente tampoco sea la mejor historia que el realizador francés nos haya contado en la gran pantalla, pero la verdad es que es muy difícil no sentirse atraído por su cine, y aún más no simpatizar con sus personajes, siempre tan estrambóticos e interesantes. Con El extraordinario viaje de T.S. Spivet el espectador es consciente de que está ante una película en la que pesa más lo visual que lo narrativo, en la que lo digno de alabar está en el apartado técnico y no tanto en lo que Jeunet nos quiere decir, pero eso no quita que se trate de una película plenamente disfrutable.
Para contarnos esta historia Jeunet se ha servido de un reparto internacional (como otras veces en su carrera) en el que destaca especialmente Kyle Catlett, un chaval de apenas 10 años que se estrena como protagonista con este filme y que, a pesar de su escasa experiencia en el mundo del cine, ha sabido meterse en el papel de T.S. a la perfección, transmitiendo con mucha maña la inocencia y espontaneidad de su personaje. Catlett se enfrentaba a la difícil tarea de interpretar a un niño sobre el que se sustentaba toda la película, un peso muy grande con el que el joven intérprete ha sabido cargar con una destreza inusitada para su edad.
El extraordinario viaje de T. S. Spivet nos cuenta la historia de un genio de doce años que vive en un rancho en Montana con su peculiar familia. Su gran talento para la cartografía pronto tiene recompensa. Una institución científica le concede un prestigioso premio y, armado con una pequeña maleta, se dispone a cruzar el país para recogerlo.
En esta nueva aventura Jeunet cuenta con un recurso hasta el momento desconocido en su cine: el 3D. El paisaje campestre que preside buena parte del largometraje sirve al director francés para explotar al máximo el medio. En el primer tramo de la película, cuando la historia se desarrolla en esa región olvidada del noroeste de Estados Unidos, es cuando Jeunet nos deleita con los encuadres más bonitos del filme, unos encuadres en los que la naturaleza cubre la mayor parte del plano y en los que el entorno embellece sobremanera la fotografía de tonos cálidos de Thomas Hardmeier. Además, en esta parte del largometraje se introduce una de las constantes visuales del filme: los elementos superpuestos, un recurso utilizado con suma inteligencia y que dinamiza enormemente algunas partes del metraje. Sin duda, la estética western es la que hace que El extraordinario viaje de T.S. Spivet sea, como todas las obras de Jeunet, una delicia visual.
El extraordinario viaje de T.S. Spivet nos obliga a adentrarnos en el seno de una familia disfuncional cuyos miembros, distantes y aislados del mundo real, no pueden ser más antagónicos entre sí. La accidental muerte de Layton, el hermano pequeño de T.S., marcó un antes y un después en la familia. Desde entonces nadie ha sido capaz de superar su perdida. La madre, interpretada por una irreconocible Helena Bonham Carter (no por el físico sino porque está normal), permanece encerrada en sí misma y se dedica en exclusiva a sus insectos; el padre, un vaquero a la vieja usanza, siente que ha perdido a su único hijo, con el que salía al campo y que le ayudaba con sus tareas; Gracie, la hermana mayor de T.S., sólo piensa en marcharse de ese recóndito lugar y Spivet, un pequeño científico e inventor, siente que ha perdido el cariño de su madre, que no ha recibido nunca el de su padre y que su hermana sólo le hace caso cuando quiere sacar algo de él. Además, el pequeño no deja de sentirse culpable por la muerte de su hermano aunque nunca lo exprese.
Cuando Spivet tiene la oportunidad de abandonar su casa lo hace con la madurez que le acompaña en cada una de sus acciones. Y es en ese punto de la película cuando todo cobra ese cariz tan humano y emotivo. Nosotros como espectadores viajamos con él hacia Washington en esa caravana transportada por un tren, y descubrimos que la muerte de Layton le ha marcado profundamente. Al final poco importa que T.S. haya ganado un premio. La búsqueda de un perdón innecesario y el anhelo de encontrar consuelo y cariño en aquellos que no creía a su lado son su principal objetivo. Lo que pasa es que, como el propio Spivet dice en la película, las personas siempre elegimos el camino más difícil para afrontar las cosas.
En esta peculiar road movie Jeunet nos hace viajar junto a un niño cuya superioridad intelectual, lejos de repeler como cabría esperar, le hace aún más entrañable. La naturalidad con la responde ante lo que le ocurre, la valentía impropia de su edad con la que se lanza al mundo y la sensibilidad con la que reacciona ante las situaciones más humanas hacen que resulte imposible no sentir cariño hacia Spivet.
No obstante, El extraordinario viaje de T.S. Spivet tiene sus fallos. Es muy obvio que Jeunet intenta abarcar mucho en poco tiempo, y al final resuelve los conflictos de una manera muy simplona (no por ello inefectiva), apelando a la humanidad del espectador pero sin ahondar en los aspectos más complejos de los sentimientos de sus personajes (cabe destacar, por otra parte, la pequeña pincelada crítica que se hace de los circos mediáticos televisivos). Porque aunque la historia consiga emocionar a muchos, no cabe duda de que es la estética de Jeunet la que hace que su Spivet pase de ser un producto decente a uno notable.
Ficha técnica:
Título original: L’extravagant voyage du jeune et prodigieux T. S. Spivet (The Young and Prodigious Spivet) Director: Jean-Pierre Jeunet Guión: Jean-Pierre Jeunet, Guillaume Laurant Música: Denis Sanacore Fotografía: Thomas Hardmeier Reparto: Kyle Catlett, Helena Bonham Carter, Robert Maillet, Judy Davis, Callum Keith Rennie, Julian Richings, Jakob Davies Distribuidora: A Contracorriente Fecha de estreno: 04/07/2014