Hay mujeres, y además está Kate. Hay actrices, y además está Hepburn.
Frank Capra
¿QUIÉN FUE KATHARINE HEPBURN?
El próximo sábado hará diez años que nos dejo Katharine Hepburn (1907-2003), posiblemente la que fue la mejor actriz de la historia del cine. Es por ello que en La Cabecita hemos querido dedicarle esta semana a ella con este especial.
Katharine, desde su juventud, fue una joven con las ideas bien claras, la educación de sus padres le llevó a ser una comprometida feminista. Era rebelde e independiente, energética y entusiasta. Una persona confiada y que siempre permanecía activa. Cuando tenía más de 70 años seguía nadando en pleno invierno en las aguas heladas del estrecho de Long Island, vivía rodeada de flores y su bebida favorita era un vaso con hielo, un chorro de whisky y soda hasta el borde. También le gustaba pintar, fue una de las grandes pasiones de su vida. Era totalmente liberal, de esas personas a las que no le gusta decir que no. Cuando se desató la caza de brujas fue llamada a declarar, pero siempre negó ser simpatizante del comunismo. Además Hepburn se confesaba atea, decía que no había nada en lo que pudiéramos creer más allá de ser amables con los demás.
Cuando en los teatros nadie apostaba por ella, siguió luchando hasta conseguir el éxito, un éxito que no le llegó en las tablas, pero que fue inmediato en cuanto pisó Hollywood. Pero no le valió con esto, y siendo ya una de las actrices de mayor éxito, volvió a los escenarios para triunfar, y lo consiguió, como triunfó en todo lo que hizo, ya fuera cine o televisión.
Pero para Hepburn, nunca fue un camino fácil. Tras el éxito, su carácter y sus ideas feministas, le valieron el odio del gran público, siendo calificada como veneno para la taquilla durante varios años y tuvo que luchar por quitarse ese estigma, viendo como película tras película se estrellaba y los estudios dejaban de confiar en ella. Trabajo durante todo el siglo XX, algo que le reportó cuatro Oscars a la mejor actriz, un hazaña que aún a día de hoy, nadie ha sido capaz de igualar. Incluso podríamos añadir un quinto Oscar, cuando Cate Blanchett ganó un Oscar por interpretarla en El Aviador, y es que ningún actor o actriz ganador del Oscar le ha dado el premio a otro actor por interpretarle. La relación de los Oscar con Katharine es extraña, jamás fue a la gala cuando estuvo nominada, y sin embargo, las nominaciones no paraban de llegarle, 14 en total. Algo que sólo ha superado Meryl Streep. Junto a Laurence Olivier, Paul Newman, Jack Nicholson y la propia Streep, ha sido de las pocas que ha conseguido estar nominada durante cinco décadas distintas.
Hepburn no era una actriz instintiva. Le gustaba estudiar el texto y a sus personajes con la máxima atención, asegurándose que los conocía a fondo. Ensayaba tanto como le era posible, y grababa tantas tomas como podía de cada una de sus escenas. Era una actriz comprometida y trataba de aprender siempre todo lo que fuera necesario para interpretar a sus personajes.
No le bastaba con aprenderse sus propias líneas, también se sabía las de sus compañeros de reparto. Se involucraba tanto con cada una de sus película que no paraba de hacer sugerencias para el guión y opinaba de todo lo que rodeaba al rodaje. Esto también la llevó en cierto modo a dar la sensación de que Hepburn era una actriz poco versátil y en realidad siempre interpretaba el mismo personaje, mujeres fuertes e independientes que no dejaban de ser una extensión de sí misma. Ella misma, en una entrevista en 1991, se refirió a esto diciendo «Creo que siempre he hecho el mismo papel. Tenía una personalidad muy definida y me gustaba el material que mostraba mi personalidad». Pero lo cierto es que Hepburn nunca se amedrentaba y siempre trataba de tomar retos nuevos con los que crecer en su carrera. La actriz conseguía adaptarse rápidamente a cada papel, y lo hacía, además, sin perder un ápice de su estilo. Por si fuera poco, además la actriz interpretaba ella misma escenas de gran exigencia física, sin recurrir a dobles. Por todo esto fue nombrada la mayor leyenda de la historia del cine por el American Film Institute.
Hepburn rompió el molde de la mujer en el cine. Ella simbolizó el cambio hacia la mujer moderna e independiente y fue la pieza clave en el cambio de actitud respecto a la figura femenina en Hollywood. Incluso más allá del cine, la fuerza de Hepburn se puede ver, fue la pionera en llevar pantalones, cuando estaba visto como un símbolo de radicalidad y ninguna mujer los llevaba. Asistía a las entrevistas con ellos, y poco a poco fue marcando tendencia. No es de extrañar que en 1986 recibiera un premio por su trayectoria de parte del Council of Fashion Designers of America por su importancia en el mundo de la moda. Está presente en multitud de listas de mujeres que cambiaron el mundo durante el siglo XX, incluida en la lista de Variety de los 100 iconos del siglo, y aparece en el puesto 84 de la lista que realizó VH1 de las 100 figuras más importantes en la historia de la cultura pop. Fue una de las pocas grandes estrellas de Hollywood que no hizo ningún intento por disimular su verdadera personalidad, una personalidad que de lo más contundente.
Con la moda también mostró en varias ocasiones su fuerte carácter, es conocido que en los años 30, el equipo de vestuario de la película que estaba rodando le robó las pantalones, así que la actriz se paseó por el estudio en ropa interior hasta que su ropa le fue devuelta. Pero por mucho que se la acusara de ir vestida siempre de forma informal, de apenas arreglarse, ni usar maquillaje, lo cierto es que Hepburn era una mujer bella, tenía un tipo de belleza que ha perdurado, propiciada por su gran porte de mujer alta, con un cuello largo, altos pómulos y las facciones angulosas.
Hepburn sólo se casó una vez, tras divorciarse de su primer marido, Ludlow Ogden Smith, la actriz expresó porqué nunca tendría familia. Y es que tras este matrimonio decidió no volver a casarse y no tener hijos. Sentía que la maternidad era un compromiso a tiempo completo que no estaba dispuesta a hacer, decía que habría sido un madre terrible porque básicamente era un ser humano muy egoísta. Había experimentado la paternidad a través de sus hermanos más pequeños y no tenía ninguna necesidad de tener hijos propios. Desde los años 30 siempre existieron rumores de su supuesta homosexualidad. En la biografía sobre la actriz que publicó William J. Mann en 2007, el autor sostenía que fue así, pero recibió la respuesta de Katharine Houghton, sobrina de la actriz, diciendo que nunca habían descubierto pruebas de que su tía fuera lesbiana.
Hepburn era conocida por preservar su privacidad, no dio entrevistas ni habló con los fans durante la mayor parte de su carrera. Tomó un camino muy distinto al resto de celebridades de su época. Veía el escenario social como algo aburrido y superficial, y solía alejarse por completo del glamour. Pocas veces se la veía en público, incluso trataba de evitar los restaurantes, llegó a pelear con un fotógrafo por que le saco una foto sin permiso, y en otra ocasión, mientras escapaba de la prensa en un aeropuerto, estuvo a punto de ser decapitada por un avión. Aún así, la actriz disfrutó de la fama y dijo que no le hubiera gustado evitar a la prensa por completo, con el paso de los años, Hepburn fue más abierta.
Durante los próximos días vamos a repasar la vida de Katharine, y no os olvidéis que se escribe con «a» pues la actriz siempre corregía a aquellos que la llamaban Katherine.
JUVENTUD Y SUS INICIOS EN EL TEATRO
Hepburn nació en Harford, Connecticut el 12 de Mayo de 1907, la segunda de seis hermanos. Sus padres eran Thomas Norval Hepburn, un urólogo en el Hospital de Hatford y Katharine Martha Houghton, una activista feminista. Ambos lucharon por el cambio social en América: su padre ayudó a establecer la New England Social Hygiene Association, con la que educaba a la gente sobre enfermedades venéreas, mientras Katharine Martha encabezó la campaña del sufragio femenino de Connectictut y posteriormente hizo campaña para el control natal con Margaret Sanger. De niña, Hepburn se unió a su madre en varias manifestaciones por el voto de la mujer. Sus padres siempre criaron a todos sus hijos para que estos ejercieran la libertad de expresión y nunca dudasen en defender aquello en lo que creían. El hecho de que sus padres fueran criticados por sus ideas, hizo que Hepburn siempre luchase contra los obstáculos que encontró. Siempre estuvo muy agradecida la educación de sus padres, que consideró la base de su triunfo, y no se alejó jamás de su familia.
De joven, Hepburn era un marimacho, se cortó el pelo corto y se llamaba a sí misma Jimmy. Su padre les incentivó siempre a hacer deporte y a activar la mente. Hepburn era una fanática de las películas desde bien pequeña, y todos los sábados por la noche iba al cine a ver una película. Con sus amigos y hermanos, montaba obras de teatro ante sus vecinos, a los que cobraba 50 centavos por entrada y destinaba este dinero que ganaba, en ayudar al pueblo Navajo. Pero aún así era una niña muy tímida y reservada, tanto que tuvo que estudiar en casa durante la mayor parte de su infancia.
El 3 de abril de 1921, mientras visitaba a unos amigos en Greenwich Village, Hepburn descubrió el cadáver de su hermano mayor, Tom, muerto de aparente suicidio. Se había atado una sábana alrededor de una viga y se ahorcó. La familia Hepburn negó que se tratase de un suicidio y mantenía que la muerte de Tom debía de haber sido un experimento que había salido mal. Pero no era el primer suicidio dentro de la familia Hepburn, su abuelo materno, y su tío Charlie también habían muerto suicidados. Hepburn, que estaba muy unida a su hermano Tom, con el que prácticamente crió a sus otros cuatro hermanos pequeños, se llevó un duro golpe. El incidente, convirtió a Hepburn en una chica nerviosa, mal humorada y desconfiada. Durante muchos años utilizó el cumpleaños de Tom (8 de Noviembre) como el suyo. No fue hasta 1991, en su autobiografía «Yo: Historias de mi vida» cuando Hepburn reveló su verdadera fecha de nacimiento.
El 1924, Hepburn consiguió una beca para el Bryn Mawr College. Asistió a la institución, sobre todo, para satisfacer a su madre que había estudiado allí. Era la primera vez que estaba en la escuela después de varios años y se sentía incómoda con sus compañeros de clase. Luchó contra las exigencias escolares de la universidad, y fue suspendida por fumar en su habitación. Hepburn se sintió atraída por la actuación, pero los papeles en las obras universitarias eran condicionadas a las buenas notas. Una vez que sus notas mejoraron, ella comenzó a actuar regularmente. El papel principal en una producción de «The woman in the moon» en su último año, y la respuesta positiva que recibió, fueron las que pusieron los cimientos sobre los planes de Hepburn para seguir una carrera teatral. Se graduó con una licenciatura en historia y filosofía en junio de 1928.
Hepburn dejó Bryn Mawr decidida a convertirse en actriz. El día después de graduarse, viajó a Baltimore para conocer a Edwin H. Knopf, que dirigía una exitosa compañía de teatro. Impresionado por su impaciencia, Knopf introdujo a Hepburn en la producción que estaba llevando en ese momento, «The Czarina». Ella recibió buenas críticas por su pequeño papel, la prensa dijo que su actuación era fascinante, por esta obra recibió su primer mote «La Zarina». Se le dio un papel en el siguiente show de la semana, pero aquí Hepburn estuvo menos convincente. Fue criticada por su voz chillona, y decidió dejar Baltimore para estudiar con un aclamado tutor de voz en Nueva York.
Knopf decidió producir «The Big Pond» en Nueva York y pidió a Hepburn que fuera la suplente de la actriz principal. Una semana antes del estreno, la actriz protagonista fue despedida y reemplazada por Hepburn, que obtuvo un papel protagonista después de solo cuatro semanas en el teatro. La noche del estreno, Hepburn apareció tarde, mezcló sus líneas, tropezó y tartamudeaba constantemente. Fue despedida inmediatamente y se volvió a contratar a la actriz original. Hepburn se unió con el productor Arthur Hopkins y aceptó el papel de una colegiala en «These Days». Su debut en Broadway llegó el 12 de noviembre de 1928, en el Teatro Cort, pero las críticas del espectáculo eran malas y se cerró después de ocho noches. Hopkins contrató rápidamente Hepburn como suplente de la actriz principal en «Vivir para Gozar» una obra de Philip Barry. Ese mismo año, en diciembre, Hepburn se casó con el que sería su único marido, Ludlow Ogden Smith, su novio de la universidad, ella tenía 21 años y él 29, y le obligó a cambiar el orden de los apellidos porque consideraba que «Kate Smith» sonaba muy vulgar. La actriz planeaba dejar el teatro, y llegó a dejar su trabajo, pero rápidamente retomó el papel de suplente en «Vivir para gozar», dónde estuvo durante seis meses.
En 1929 le dieron un papel en el Teatro Guild para interpretar a la protagonista de «La muerte de vacaciones». Sentía que el papel era perfecto, pero de nuevo fue despedida. Hepburn volvió al Guild y tomó un papel suplente con un salario mínimo en «Un mes de vacaciones». En la primavera de 1930, Hepburn se unió a una sociedad anónima en Stockbridge, Massachusetts. Se fue a mitad de la temporada de verano, y continuó estudiando con un profesor particular de teatro. A principios de 1931 fue elegida en la producción de Broadway «Art and Mrs. Bottle». Pero fue echada de la función después de que el dramaturgo tomó aversión por ella diciendo que su actitud era inaceptable, y no tenía talento. Pero finalmente fue re-contratada cuando no se pudo contratar a ninguna otra actriz. Fue un pequeño éxito.
En verano de 1931, Philip Barry le pidió que apareciera en su nueva obra, «The Animal Kingdom», junto a Leslie Howard. Comenzaron los ensayos en noviembre, Hepburn se sentía segura de que ese papel sería el que haría de ella una estrella. Pero a Howard no le gustaba la actriz y otra vez fue despedida. Cuando le preguntó a Barry por qué la había dejado ir, él respondió: «Bueno, siendo francamente honesto, no eres demasiado buena». Esto dejo a la Hepburn insegura de sí misma, pero continuó en busca de trabajo. Tuvo un pequeño papel en otra obra, pero al comenzar los ensayos recibió una oferta para el papel principal en una representación de la fábula griega «The Warrior’s Husband».
«The Warrior’s Husband» resultó ser la gran confirmación de Hepburn. El biógrafo Charles Higham señala que el papel era ideal para la actriz, ya que requería una energía agresiva y atlética y se involucró con entusiasmo en la producción. El 11 de Marzo de 1932 se inauguró en el teatro Morosco de Broadway. El espectáculo duró tres meses y Hepburn recibió críticas positivas. Richard Garland de la New World-Telegram escribió: «Han pasado muchas noches dese que una actuación tan brillante iluminase la escena de Broadway».
EL SALTO A HOLLYWOOD
Un cazatalentos de Hollywood, vio a Hepburn en «The Warrior’s Husband» y le preguntó si quería hacer una prueba para el papel de Sydney Farifield en la siguiente película de la RKO, «Doble Sacrificio». En el casting, Hepburn no estaba contenta con la escena que le tocaba interpretar e hizo una de «Vivir para Gozar» en su lugar. El director George Cukor quedó impresionado por ella y le ofreció el papel. Hepburn pidió 1.500 dólares a la semana, una cantidad desorbitada para una actriz desconocida, que además venía ganando apenas 100 dólares semanales en el teatro. Cukor presionó al estudio para que aceptaran las condiciones y firmaron un contrato temporal con tres semanas de prueba. David O. Selznick, cabeza de la RKO, dijo que tomo una excelente oportunidad con una actriz inusual.
Hepburn llegó a California en julio de 1932, a los 25 años. Protagonizó «Doble Sacrificio» junto a John Barrymore si mostrar signos de intimidación. A pesar de que tuvo problemas para adaptarse a la naturaleza de la película de acción, Hepburn se quedó fascinada por la industria desde el principio. La película fue un éxito y ella recibió críticas muy favorables. Con el éxito de la película RKO firmó un contrato de larga duración con la actriz. Además George Cukor se convirtió en un gran amigo para ella y rodaron diez películas juntos. Ese mismo año, la actriz empezó a distanciarse de su marido, mientras que comenzaba una relación con su agente, Leland Hayward. El agente le propuso matrimonio a la actriz una vez que ambos se divorciasen, pero ella se negó ya que le gustaba la idea de ser la única que mandase en su vida. El romance duró cuatro años
La segunda película de Hepburn fue «Hacia las alturas», la historia de una aviadora y su romance con un hombre casado. La película no fue un éxito comercial pero los comentarios hacia Hepburn fueron muy buenos. La confirmación definitiva como una de las grandes actrices de Hollwood le llegó con su tercera película, con su interpretación de la aspirante a actriz Eva Lovelace en «Gloria de un día» por la que además, ganó su primer Oscar. Ella había visto el guión en el escritorio del productor Pandro S. Berman y convencida que había nacido para interpretar el papel, insistió en que se lo debían dar. Hepburn decidió no asistir a los Oscar (algo que haría durante toda su carrera), pero estaba encantada con la victoria. Su éxito continuó con el papel de Jo en la adaptación cinematográfica de Mujercitas. La película fue un éxito, uno de de los mayores de la industria del cine hasta la fecha y Hepburn ganó el premio a la mejor actriz en el festival de Venecia. Mujercitas fue una de las películas favoritas de Hepburn y estaba tan orgullosa de su actuación que dijo que retaba a cualquiera a ser tan buena Jo como ella.
Pero el éxito es efímero, la actitud de Hepburn hizo que sus películas fracasaran en taquilla, mañana veremos como su carrera empezó a hundirse, y como consiguió salir de ese pozo mientras que conocía al gran amor de su vida: Spencer Tracy.
>> Katharine Hepburn; la primera mujer. Parte I – Su infancia y la llegada a Hollywood
>> Katharine Hepburn; la primera mujer. Parte II – Caer, levantarse y retarse
>> Katharine Hepburn; la primera mujer. Parte III – Llega la televisión y sus últimos años