Recién estrenada el pasado viernes, un día después sólo eramos 15 personas en la sala en un cine que sólo la proyecta una vez al día. Y eso que entre los actores está el Fotogramas de Plata a la actriz más buscada en Internet el pasado año, María Valverde. Ni la presencia de Nick Nolte parece haber llamado la atención. Una lástima que películas de pequeño formato como esta no cuenten con el apoyo del público. Luego vendrán protestas que el cine español es malo, siempre es igual o que en todas sale Mario Casas. Para los que la habéis visto en un cine, ¿estaba vacía la sala, también?
Antonio Dechent es la película, lleva el peso de su personaje con solidez y naturalidad. En todo momento controla los registros y con la misma naturalidad que bebe resignado un whisky en la barra del bar, luego pone en práctica toda su caradura y su humor andaluz para tratar de cerrar negocios. Parte de su mérito está en el equilibrio bien medido con los demás personajes, principalmente con los dos que cierran el triángulo protagonista: María Valverde y Nick Nolte. La primera, el puente hacia un lugar mejor: su personaje habla inglés, el idioma del señor Battleworth, mientras que el personaje de Dechent desconoce el idioma completamente. A su vez, un carismático Nick Nolte representa la oportunidad de triunfar y no perder su trabajo. Un camino complicado porque su jefe estará siguiéndole de cerca, además de tener un nuevo y joven compañero para que le ayude con su zona, cuando realmente será su sustituto.
La inclusión de Nick Nolte en el reparto, además de potenciar el valor actoral de la película, ayuda a dar relieve al personaje de Salva y su pérdida de adaptación al medio. Ni Salva habla inglés ni el señor Battleworth habla castellano, lo que les obliga a tener una intérprete que también dará más relieve a los dos personajes. Aquí se encuentra el equilibrio de la película con tres actores que están a la altura de sus personajes que no dejan de retroalimentarse hasta desembocar al final en una situación complicada en la que deberán decidir entre el inmobilismo o evolucionar.
Otro de los reflejos que su mundo ha cambiado es el personaje de Carmelo (Héctor Colomé), un ex compañero de Salva que ahora trabaja en una «importante empresa de tecnología alemana». Este personaje representa el declive de la profesión. De aspecto sereno, vive atormentado por lo que le sucede hasta que amargamente se pregunta en qué ha quedado todo, qué ha pasado con esta profesión. Los tiempos están cambiando y ellos dos representan dos dinosaurios que no han sabido adaptarse.
Xavi Puebla cuaja un guión sencillo con una realización simple. El equilibrio que encontramos en unos personajes muy elaborados también se encuentra en la historia y en cómo está planificada. Puebla no se incomoda al usar planos largos y no sucumbe a la tentación de llenar los silencios con frases accesorias que no harían más que redundar. Valiente, ha dejado que el reparto llene esos silencios con la colaboración del público. Mención a parte me merece Nick Nolte que sin saber una palabra de castellano tira de casta y completa una actuación formidable. A puerta fría es una pequeña joya, sencilla, que nadie debería perderse pues dice más de lo que parece.
Título original: A puerta fría. Director: Xavi Puebla. Guión: Xavi Puebla, Jesús Gil Vilda. Fotografía: Mauro Herce. Reparto: Antonio Dechent, María Valverde, Nick Nolte, José Luis García Pérez, Alex O’Dogherty, José Ángel Egido, Héctor Colomé, Sergio Caballero.