Decía aquella fantástica cantautora española, la malograda Cecilia, en su canción «Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra.» Todo un himno a la unión en una España que hoy está más devastada y sesgada que nunca. En cierta forma que Pancho: El perro millonario, sea una crónica sobre la situación de España, tiene mucho que ver con esa unión que reclamaba Cecilia, son esa forma de levantarse a la adversidad. Y creo que tampoco sea casualidad que se haya usado la figura de Pancho y no cualquier otro perro para la realización de esta película. Porque realmente, en tiempos de adversidad, Pancho se convierte en el icono de la ilusión, ese perro de la lotería que representa la ilusión de cada español, que con cada boleto espera salir de esta horrible. Así Pancho, a resumidas cuenta viene ser una de las metáforas planteadas de manera más inteligente en nuestro cine, del que no tiene nada y vive de la servidumbre, tal y como lo vemos en los créditos, en clara referencia al periodo de la dictadura, para pasar a tenerlo todo, y posteriormente ser arrebatado por aquellos que tienen el poder, hasta luchar, gracias a la ilusión, contra esa casta que diría Pablo Iglesias, y recuperar lo que por derecho te pertenece.
Esa en resumidas es la historia de Pancho: El perro millonario, oculta tras una capa infantil, que puede atraer prejuicios y puede evitar que haya gente que no sepa leer entre líneas todo aquello que la película contiene, pero siendo justos, esto es lo que hace de Pancho: El perro millonario una de las películas más atrevidas que jamás se han filmado en este país. Una sutileza que los más pequeños gozarán y por supuesto, inconsciente, entenderán, en ocasiones mejor que los adultos que los acompañan. Pancho, ese perro del pueblo, tendrá que escapar de su hogar, ganado con su esfuerzo, después de que unos peligrosos maleantes amenacen con acabar con él y robar todo su dinero. Básicamente, esos maleantes son un banco más tratando de expropiar y Pancho es la más clara representación del pueblo, desahuciado, obligado a mendigar, convirtiéndose en el pelele de los poderosos, siendo incomprendido, más que por unos pocos, como ese personaje al que interpreta Ivan Massagué que viene a ser algo así como un político único y especial, esa rara avis que sabe que pese a que está en una posición social más acomodada, tiene que saber escuchar al pueblo y trabajar para él.
Pero hay algo que sorprende aún más en Pancho: El perro millonario que esta inteligente metáfora, esto es, sin lugar a dudas, su excitante ejercicio de cinefilia. El realizador Tom Fernández que debutó con la floja La torre de Suso, se descubre como un enérgico estudiante de la memoria del cine español. Pancho: El perro millonario parece la película definitiva de nuestro cine, en ella se juntan desde el sainete de Neville, el surrealismo de Buñuel o el cinismo de Berlanga hasta la vulgaridad de Almodóvar, el terror de Amenábar o la crónica social de Aranoa, sin olvidarnos, incluso, de la serie B de Jess Franco. Lo más brillante de todo esto es la forma de la que Fernández consigue darle forma a todo, evitando que parezca un pastiche exagerado, evitando cualquier referencia directa, uniendo todo en pequeñas sutilezas que acaban por formar en Pancho: El perro millonario una de las mejores películas de nuestro cine.
Pero nada de esto funcionaría de no ser su protagonista, el joven Cook, que hace su debut en el cine, realiza una de las más complejas interpretaciones que hayamos podido ver en la gran pantalla. Un actuación rica en matices, intensa en los momentos dramáticos e hilarante en los momentos más cómicas. Cook no sólo aparece en el panorama cinematográfico español con una fuerza inusitada, si no que demuestra que es el interprete más talentoso de esta nueva generación de actores, capaz además de paliar problemas tan comunes del cine español reciente como el de la vocalización, da gusto escuchar a un actor como Cook, que define cada palabra de su texto y se le entiende mucho mejor que a otros como a Mario Casas. Además, este valiente actor acepta un papel arriesgado, es fácil verle y acordarse de Michael Fassbender en Shame, pasando la película entera desnudo por exigencias del guión y mostrando sin ningún pudor su dotado miembro viril. Pero hay mucho más que Cook en este reparto, la sorpresa que descubre descubrir a una Patricia Conde como exquisita feme fatale, que mezcla la sensualidad de su tocaya Patricia Arquette con el erotismo de Marilyn Monroe, es de las mejores que se ha llevado el cine español en mucho tiempo. Y ese dueto de villanos interpretado por Secun de la Rosa y Alex O’Dogherty es uno de los más aterradores que hemos podido ver en mucho tiempo, a caballo entre los cómics de Ibáñez y los antagonistas de James Bond.
A resumidas cuentas, nada explica mejor lo que es Pancho: El perro millonario que ese anuncio que vemos en la tele que termina con un: «Cultura Europea». Pues eso, mi querida España, cultura europea.
Ficha técnica:
Título original: Pancho: El perro millonario Director: Tom Fernández Guión: Tom Fernández Música: Lucio Godoy Fotografía: Juan Carlos Gómez Reparto: Cook, Ivan Massagué, Patricia Conde, María Castro, Secun de la Rosa, Alex O’Dogherty, Armando del Río, David Fernández, Marta Hazas, César Sarachu, Eloy Azorín Distribuidora: DeAPlaneta Fecha de estreno: 06/06/2014