¡Felicidades Morgan Freeman! – «Una carrera llena de éxitos llena de calidad» | La Cabecita

Para terminar la entrada cumpleañera de hoy (mañana finalizaré con una doble de Hugh Laurie y Neil Patrick Harris) paso a escribir sobre Morgan Freeman, otro veterano de Hollywood que cumplió 74 años el 1 de Junio.

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Con su profunda voz (Clint Eastwood le quiso para narrar un documental de Más allá de la vida en los contenidos adicionales del Blu-ray) Freeman logró llegar a todo el público desde sus inicios, de ahí que con el paso de las años cada una de sus narraciones se hayan convertido en delicias para los espectadores. ¿Quién no recuerda su impecable palabra en Million Dollar Baby? ¿O la emotividad con que la que impregnó Cadena perpetua? Imposible de olvidar. La mejor voz en off (incluso doblada) que quien escribe estas líneas ha podido escuchar jamás.

Hasta 1980 apenas se sabía algo acerca de ese actor de color que en Brubaker sorprendió a muchos. Compartir cartel con Robert Redford debe estimular a cualquier y Freeman puede presumir de haberlo hecho en su primera película. Un drama carcelario con muy buena crítica que estuvo nominada al Mejor guión original. Sólo era el comienzo.

Desafortunadamente pasó el tiempo y Freeman no encontró su lugar, ni bajo las órdenes de Paul Newman (Harry e hijo) ni Glenn Gordon Caron (Luz de luna, Medium) ni Brian De Palma (La hoguera de las vanidades, gran desperdicio el que se hizo con el reparto de esta película). Quizá se puede salvar Escuela de rebeldes, un drama basado en hechos reales que se deja ver pero nada trascendental en la carrera de Morgan Freeman. Sin embargo, antes de acabar los ochenta Edward Zwick tenía una película por estrenar que contentaría a todos, Tiempos de gloria se estrenó bajo el respaldo de grandes como Matthew Broderick, Denzel Washington y Morgan Freeman y no defraudó, cinco fueron las nominaciones a los Oscars que se llevó por la fotografía y el sonido entre otros. Nada mal para resurgir y hacerse notar. Acto seguido llegó Paseando a Miss Daisy, el papel que Freeman necesitaba, por el que fue nominado al Oscar a Mejor Actor y donde compartía protagonismo con una sublime Jessica Tandy y salió una verdadera joya del cine de amistad. Y con la música de Hans Zimmer no podíamos pedir más.

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De la mano de su amigo Clint Eastwood llegó pronto Sin perdón, unos años después de su evidente despegue Freeman se encontró con un papel maravilloso, un western dramático capaz de impulsar a cualquiera al estrellato y así fue. A partir de este momento el actor se enfrentaría a un gran proyecto tras otro, a nominaciones a los Oscar y a halagos por parte de medio mundo. Estaba claro, Morgan Freeman era grande.

La fuerza de uno precedió a una de sus mejores películas. Cadena perpetua es considerada por muchos uno de las mejores películas de la historia del cine y tenía a Tim Robbins y a Freeman como principales atractivos, pero Cadena perpetua no era tan solo ellos dos, el filme pasó a la historia por la complicidad de cada uno de sus actores, por su realismo y emotividad. Una historia dura que nadie podía haber contado mejor que Frank Darabont, profunda, soberbia, obra maestra, cine en mayúsculas. El siguiente paso era Fincher, Se7en se convirtió en una de las películas de la década por la maestría de su director y de su dúo protagonista, compuesto por Brad Pitt y Morgan. Otra actuación majestuosa y masterpiece para Morgan en una película trepidante, violenta y muy inteligente.

Lo más difícil ya estaba hecho, todo el mundo sabía que era un grandísimo actor, capaz de adaptarse a cualquier género pero con sus salientes en el drama. Así lo demostró de nuevo junto a Clint Eastwood en Million Dollar Baby, donde su voz es uno de los muchos atractivos de un filme casi perfecto en el que su química con Eastwood es más que evidente. Esta vez sí consiguió el Oscar al Mejor actor de reparto, merecidísimo, aunque tardío.

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Llegó Nolan y su Batman Begins, luego Paul McGuigan con El caso Slevin, Rob Reiner y Ahora o nunca, junto con Jack Nicholson. ¿Qué más podía ofrecernos este hombre? Ver actuar a Morgan Freeman se ha convertido en un placer que nadie puede permitirse esquivar. Como pasó en Adiós pequeña, adiós (Ben Affleck, 2007) o El caballero oscuro (Christopher Nolan, 2008) Freeman nos recordaba porque le adorábamos en cada película. Aunque todavía le quedaba algo más, Nelson Mandela. Bajo el mandato de Eastwood, Morgan Freeman y Matt Damon llegaron a las pantallas con Invictus, un drama acongojante que vale la pena solo por ver a un maravilloso Freeman en un papel muy difícil del que salió victorioso lleno de nominaciones.

Después de tantos éxitos, resaltar que esta gente, ya sea Eastwood o Freeman, dedican toda su vida a algo que aman tanto ellos como nosotros. Lo mínimo que podemos hacer es valorarlo como se merecen, porque son la sabiduría en persona, el genio del cine, lo que hará falta siempre. ¡Felicidades genio!