Aftersun – El verano en el que dejamos de ser niños | La Cabecita

El pasado mes de mayo, la industria cinematográfica posaba sus ojos sobre la 75ª edición del Festival de Cannes, donde cineastas de la talla de David Cronenberg, James Gray o Claire Denis, competían para llevarse a casa el galardón más codiciado del evento: la Palma de Oro.

Como de costumbre, muchas de estas producciones son seleccionadas únicamente por contar con grandes nombres detrás, y acaban revelándose como propuestas más prometedoras sobre el papel de lo que son realmente una vez proyectadas en la gran pantalla.No obstante, la decepción es siempre menos amarga gracias al descubrimiento de títulos más modestos que encuentran su hueco en las secciones paralelas del festival, como la Semana de la Crítica.

Es el caso de una de las grandes joyas de este año: ‘Aftersun’, la ópera prima de Charlotte Wells que utiliza el fugaz verano que un padre treintañero (Paul Mescal) y su hija (Frankie Corio) pasan en Turquía para reflexionar sobre el abismo que los separa.

Apadrinada por el oscarizado Barry Jenkins, Wells tiene la misma forma de entender el cine como experiencia sensorial, de componer poderosas poesías visuales como las que caracterizan a ‘Moonlight’ (2016) o ‘El blues de Beale Street’ (2018).

Desde sus primeros compases, la cinta rebosa tal nostalgia y melancolía que no será necesario un rótulo que indique que estamos ante una historia basada en hechos reales para darnos cuenta de que el debut de Wells es puramente autobiográfico.Para ello, la directora se apoya en diferentes recursos, que van desde las texturas que caracterizan las imágenes salidas de la antigua cámara analógica de Sophie (Corio), hasta una banda sonora en la que tienen cabida clasicazos de la época como ‘Tender’ de Blur o ‘Losing My Religition’ de R.E.M.

Por si el reto de experimentar con diferentes aspect ratios no fuese suficiente, Wells demuestra su valentía como cineasta balanceándose entre diferentes líneas narrativas, comunicando pasado y presente entre sí. Es cuando estas realidades chocan que la película se engrandece y deja conmovedores momentos para el recuerdo, como la entrevista que Sophie le hace a Calum (Mescal) sobre el día que cumplió once años, o la que es, sin duda alguna, una de las mejores secuencias que nos ha dejado 2022: el baile entre padre e hija a ritmo de ‘Under Pressure’ de Queen y David Bowie.

Todo ello es posible gracias al formidable trabajo en edición de Blair McClendor, montador también de la más desapercibida ‘The Assistant’ (Kitty Green, 2019), y que bien debería valerle numerosos reconocimientos en la inminente temporada de premios.

Otra buena parte del mérito de que la película desprenda veracidad recae en lo implicados que están Paul Mescal y su prodigiosa co-protagonista, quienes pasaron las dos semanas previas al inicio del rodaje conociéndose mejor y desarrollando su química. Si ‘Normal People’ puso al irlandés en el mapa, aquí termina de consagrarse como uno de los jóvenes talentos a tener en cuenta salidos de la más reciente cantera de actores de Hollywood.

‘Aftersun’ es un debut tan personal como ambicioso que sorprende por la madurez de su responsable, capaz de rodar un retrato sutil sobre la complejidad de las relaciones paternofiliales y el paso de la niñez a la edad adulta. Es uno de esos veranos en los que parece que no ocurre nada, pero pasa absolutamente todo.

Crítica escrita por Fran Medina

Título original: Aftersun Director: Charlotte Wells Guión: Charlotte Wells Música: Oliver Coates Fotografía: Gregory Oke Reparto: Paul Mescal, Frankie Corio, Celia Rowlson-Hall, Kayleigh Coleman, Sally Messham, Harry Perdios, Ethan Smith Distribuidora: Elastica Films Fecha de estreno: 16/12/2022