Tan solo cinco años después de que filmase el mejor retrato (hasta la fecha) de la figura de Jackie Kennedy, Larraín regresa a su peculiar estilo para recrear uno de los episodios más importantes y definitorios de la vida de una de las mujeres más relevantes e importantes de la Hª del siglo XX y sin lugar a dudas, la más querida por todos, Diana Spencer, más conocida como la inmortal Lady Di, la única princesa que el pueblo ha conocido y amado.
Desde el momento mismo en que Pablo Larraín, anunció que iba a recrear el fin de semana previo al divorcio de Diana y Carlos de Inglaterra y que lo haría con Kristen Stewart, la noticia corrió como la pólvora y se convirtió en el caldo de cultivo perfecto para los haters de la joven actriz asociada a la hiper popular franquicia de Crepúsculo (2008). Que el director detrás de la brillantísima El club (2015) y la sensacional Jackie (2016) tomase esa decisión artística, era algo tan raro como excepcional, pues la joven actriz norteamericana ya había dado muy buena cuenta de su talento interpretativo en films europeos de corte mucho más intelectual que los realizados en su continente natal, pero Lady Di parecía un riesgo demasiado grande a tener, y sin que (casi) nadie lo viese venir, se obró el milagro y lejos de ser un paso en falso, Diana ha sido la incontestable revelación mundial de que Kristen Stewart es una estrella, pero sobre todo una actriz extraordinaria.
Mediante una sugestiva y atronadora composición de Jonny Greenwood y una fotografía onírica, casi etérea de Claire Mathon, Larraín dirige un guión Steven Knight con una Diana a punto de sufrir una crisis de ansiedad, antes de empezar un fin de semana en la navidad de 1991, momento exacto en el que decidió poner fin a su matrimonio con Carlos de Inglaterra, antes de que éste acabase con ella, o al menos eso pretendía evitar ella. Una princesa que nunca se sintió como tal y un arraigo y amor por la naturalidad que siempre fue atacado por la Casa real de los Windsor, es el escenario en el que Larraín nos sitúa para entender cómo Spencer es más el perturbador cuento de Barbazul que el feliz cuento de hadas que Diana y toda una nación creyeron que era su matrimonio con Carlos.
Spencer es una opresiva y dolorosa recreación de cómo todo lo que Diana esperaba de su matrimonio se desvaneció hasta el punto de empujarla a la autolesión y a ser la protagonista del tormento más popularizado y exhibido por la prensa británica de la Historia de su país, cómo si su vida no fuese más que una telenovela que seguir. Kristen Stewart respira, habla, se mueve y sobre todo, mira como si fuese la mismísima Diana. Su trabajo de mimetización con la eterna princesa es tan asombroso que automáticamente dejas de ver a la actriz para ver al personaje real. Es una de esas interpretaciones que desde el segundo uno en que aparece en pantalla, sabes que va a ser recordada como la interpretación de su vida y que a partir de ahora probablemente ya nadie se plantee volver a retratar a Diana en cines, ese es el nivel de perfección de su apabullante interpretación. Tan bella y delicada como estremecedora.
El palacio de Sandringham en Norfolk, Inglaterra, sirve como escenario para entender lo diminuta que debió sentirse la princesa en aquellos años de su vida antes de revelarse a la Corona, con las nefastas consecuencias que como ya sabemos tuvo para la joven princesa. Más allá de caer en el típico biopic o retrato acartonado, Larraín construye un artístico contexto en el que a través de una metáforas – un tanto obvias – vemos y sentimos cómo se sentía Diana mientras se aferraba a los recuerdos de una infancia perdida y al acosador recuerdo de su antepasada Ana Bolena, una mujer que literalmente perdió la cabeza por amor y que acecha como el implacable fantasma de un futuro inminente.
Spencer no es una película fácil de digerir, pero sí fácil de ver y de empatizar con ella. Pablo Larraín crea una fábula muy próxima al terror en la que expone de forma descarnada y descorazonadora a una Diana al borde del abismo de su vida. Un abismo al que la precipitaron demasiado pronto y del que solo pudo zafarse poco antes de irse para siempre. Una película hermosamente dolorosa de una belleza apabullante sobre la única princesa con la que el pueblo se sintió identificado por primera y última vez. Una princesa que desafió los tabúes de la sociedad y que siempre y para siempre será princesa en nuestros corazones y que allá dónde esté, estará orgullosa del inolvidable homenaje que la futura ganadora del Oscar Kristen Stewart le ha dedicado.
Título original: Spencer Director: Pablo Larraín Guión: Steven Knight Música: Jonny Greenwood Fotografía: Claire Mathon Reparto: Kristen Stewart, Jack Farthing, Timothy Spall, Sally Hawkins, Sean Harris, Richard Sammel, Amy Manson, Ryan Wichert, Michael Epp, Wendy Patterson Distribuidora: Diamond Films Fecha de estreno: 19/11/2021