Tres años después de aquella infame Annabelle, perpetrada por aquel director (por decir algo) John R. Leonetti, que debería ser detenido y encerrado en una celda para posteriormente tirar la llave al fondo del mar, nos llega por fin una película que en forma de precuela cuenta la terrorífica historia de la muñeca más escalofriante del cine, con perdón de Tiffany (La Novia de Chucky, 1998), expandiendo el sensacional y necesario universo de esa maravilla del género que es Expediente Warren.
Para esta ocasión han esperado un poco más y tras tomarse las cosas con algo más de necesaria calma, han llamado a David F. Sandberg, responsable del que es posiblemente el cortometraje de terror más famoso y premiado de todos los tiempos: Lights Outs, producción que tras volverse viral como pocas cosas, dio el paso al cine en forma de película titulada Nunca apagues la luz (2016), que de forma un tanto irregular adaptaba la genial premisa de un corto que daba mucho, mucho miedo. Ahora con la acertada decisión de querer borrar de nuestras mentes aquel despropósito de la primera Annabelle, nos encontramos ante una película que se centra en la historia que dio lugar a la creación de la muñeca y a su correspondiente maldición que originó ser uno de los más terroríficos expedientes x reales investigado por los parapsicólogos Warren.
El buen hacer de David F. Sandberg para generar situaciones de absoluto miedo queda nuevamente demostrado en esta cinta de terror convencional, que juega a representar todos y cada uno de los más habituales clichés del cine de terror y hacer que sorprendentemente y contra todo pronóstico funcione y además, muy bien. Annabelle: Creation, tal y como su nombre indica, cuenta la historia de un habilidoso juguetero que crea muñecas de gran realismo y de cómo una vez sufre el fallecimiento de su única hija, se sume junto a su mujer en una larga depresión y doce años después decide ofrecer su casa a un orfanato de niñas y convertir la antigua casa en una residencia. Será en ese momento cuando los oscuros secretos de la familia saldrán a la luz frente al constante terror de un grupo de niñas que se toparán con la inagotable maldad de una muñeca realmente espeluznante que te hará que te lo pienses dos veces antes de entrar en una juguetería durante la próxima campaña de navidad.
A pesar de no contar con un guión tan bien ejecutado como el de las dos entregas de Expediente Warren del genial James Wan, Annabelle: Creation solventa muy bien la papeleta como solvente película de terror que de forma muy apañada se las ingenia para conectar con diferentes aspectos de la franquicia y funcionar como perfecta precuela de Annabelle. Para esta ocasión han contado con un notable reparto encabezado por Sthepanie Sigman, Lulu Wilson y el solvente matrimonio formado por Anthony LaPaglia y Miranda Otto que son junto con los flashbacks, lo infinitamente mejor del film.
La única pega que se le puede poner (sin querer ir aquí de muy sibaritas, pues al final es terror y al terror se le pide lo que se pide y punto) es que el film alcanza niveles mucho más alto de interés y excelencia cuando a modo de flashbacks recurren a contar qué ocurrió con el matrimonio protagonista durante y después del trágico accidente que mató a su hija. Es ahí cuando la película funciona mejor con mucha diferencia. Pese a esto, la cinta es un recomendado ejercicio de terror convencional que juega muy bien sus cartas y que dignamente expande un nuevo universo que en forma de franquicia se extenderá en forma de entretenidas y tétricas secuelas, que aquí un servidor esperará como agua de mayo.
Título original: Annabelle: Creation Director: David F. Sandberg Guión: Gary Dauberman Música: Benjamin Wallfisch Fotografía: Maxime Alexandre Reparto: Stephanie Sigman, Talitha Bateman, Lulu Wilson, Philippa Anne Coulthard, Grace Fulton, Lou Lou Safran, Samara Lee, Tayler Buck, Anthony LaPaglia, Miranda Otto, Javier Botet Distribuidora: Warner Bros. Pictures Fecha de estreno: 12/10/2017