La locura se ha apoderado de la animación, sólo hace falta hacer un repaso por los canales de animación para darse cuenta de que el humor blanco de las series infantiles de hace un par de décadas, ha dejado paso a un gamberrismo y una psicodelia que generaciones atrás consideraríamos impropias en programas de animación. Estupendas series de animación como Phineas y Ferb u Hora de aventuras, han cogido una bandera que posiblemente inaugurase Bob Esponja. Porque la serie de Nickleodeon era de todo menos común, la historia de una esponja de mar que vive en el fondo del mar, daba pie a las locuras más desfasadas, a las idas de olla absolutas, e incluso se permitía la licencia de meter claras referencias homosexuales sin ningún tapujo. Bob Esponja inauguró a una generación, que estaba mucho más espabilada, la llevó a su terreno, y demostró que la animación podía seguir viva.
Ese gamberrismo ya estaba presente en el primer acercamiento del personaje a la gran pantalla en Bob Esponja: La película, una película tan meta-referencial como la propia serie, que en su apuesta por el absurdo, el mejor momento de la película estaba protagonizado por un David Hasselhoff pasadísimo de rosca interpretándose (o más bien riéndose) a sí mismo. Oh, y aquello dejaba también una pregunta, ¿para los niños de qué edad estaban dirigidos estos dibujos? Quizá nos estemos equivocando, y el gran triunfo de estas animaciones no sea pensar en los niños, sino en los niños que los adultos seguimos llevando dentro. Quizá su gran triunfo haya sabido acercarse a los más pequeños, desde el prisma de los adultos que los veían con ella. Su capacidad de crear una sinergia única y un lazo generacional que aunase a los niños con sus progenitores.
Once años después Bob Esponja vuelve a la pantalla en Bob Esponja: Un héroe fuera del agua, ésta vez lo hace apostando por la animación tridimensional, eso sí, sin dejar de lado la tradicional. Porque pese a que en los anuncios se haya explotado al máximo esta nueva experiencia, lo cierto es que la nueva película de Bob Esponja es en su gran mayoría la apuesta de siempre, y eso funciona. Y funciona bien, porque si bien la trama podría ser la de cualquier otro capítulo, de hecho, estamos ante una de las tramas más recursivas de la serie: Placton tratando de robar la receta de las Buger Kangreburger, se sabe llevar con la suficiente inteligencia para que parezca más que un simple capítulo alargado. En esta odisea, Fondo de Bikini se convertirá en un mundo post-apocalíptica con evidencias claras a Mad Max, y Bob se tendrá que juntar a Placton para encontrar esa receta que ha desaparecido. Hasta llegar a un final en el que los héroes saldrán fuera del agua para enfrentarse a un inaudito pirata, que es el Antonio Banderas más cartoonesco que jamás podríamos haber imaginado.
Realmente enumerar las virtudes de la película resulta especialmente sencillo para cualquiera que haya visto la serie, pues están todas presentes en la película: su uso del humor visual, que va desde el slapstick de Los tres chiflados, al cartoonismo extremo de los Looney Tunes de Hanna-Barbera, su psicodelia más flipada imitada hasta la saciedad por los productos de Dan Harmon (véase Community o Rick & Morty como claras herederas de la serie de Nickleodeon), su ritmo trepidante, casi agotador, que incluso se permite la licencia de jugar a los cortes continuos en pos del humor desde la ruptura, eso que tan bien han explotado Phil Lord and Christopher Miller en sus Jump Street o La LEGO: Película. En resumidas cuentas, Bob Esponja: Un héroe fuera del agua aúna en sus escasos 80 minutos, una duración perfectamente medida (de hecho, dentro de la película también hay lugar, para de nuevo desde la mete-referencia, jactarse de la importancia de no alargar las cosas más de la cuenta), el sino de lo que es el humor en el Siglo XXI.
¿Para grandes o para pequeños? Quizá esa es la pregunta a plantearse, pero posiblemente la respuesta sea: para todos. Para los que son niños hoy, y para los que fueron ayer. Y ahí yace la principal virtud de un producto como esto, es capaz de tener chistes y humor para cualquiera que sea su público. Si Bob Esponja ya es un icono al nivel de Los Picapiedra o Los Simpson es precisamente por el poder que ha tenido para cambiar el nivel de la animación, para llevarlo a un nivel superior, para crear escuela y tendencia, y para ser parte fundamental para entender las nuevas tendencias de la infancia actual. Y nosotros lo gozamos, y da igual la edad, porque si algo es Bob Esponja, y lo es también su nueva experiencia en la gran pantalla, es una locura brutalmente divertida, y sí, también psicodélica, deliciosamente psicodélica.
Ficha técnica:
Título original: The SpongeBob Movie: Sponge Out of Water Director: Paul Tibbitt Guión: Jonathan Aibel, Glenn Berger Música: John Debney Fotografía: Phil Meheux Reparto: Antonio Banderas Distribuidora: Paramount Fecha de estreno: 06/02/2015